'Anatomía de Grey' 13x18 Recap: "Be Still, My Soul"

La semana pasada en 'Anatomía de Grey' Maggie descubría por fin que su madre tiene cáncer. Tras recibir la noticia, el mundo de Maggie se venía abajo, sobre todo después de darse cuenta de cómo había tratado a su madre en lugar de apoyarla. Ahora se enfrenta junto a ella a una difícil prueba, ¿logrará vencer esta terrible enfermedad? ¿Contará con el cariño de sus compañeros para salir adelante?

En este decimoctavo episodio de la decimotercera temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "Be Still, My Soul", Diane tiene que hacer frente a varias operaciones para superar el cáncer, sin embargo, las cosas no van a ser tan fáciles como hubiese deseado. Mientras tanto, la relación entre Meredith y Riggs se ve afectada por la situación que está pasando Maggie. Veamos al detalle lo sucedido en este nuevo capítulo.

Nada es suficiente

Solo quien ha padecido cáncer o ha vivido junto a una persona que ha tenido que luchar contra esta enfermedad sabe lo complicado y duro que es. Maggie ahora tiene que ser el gran apoyo de su madre y estar con ella en cada momento para demostrarle que no está sola en este difícil proceso. Lamentablemente, la metástasis impide la recuperación de Diane, lo que provoca, a su vez, un enfrentamiento entre Maggie y Meredith por la elección del tratamiento a seguir.

Siempre hemos escuchado aquello de que los médicos no pueden tratar a pacientes con los que tengan una relación, y Maggie es un claro ejemplo del porqué. Cuando se trata de salvar la vida a alguien a quien aprecias haces lo imposible para lograrlo, sin pararte a mirar realmente qué es lo mejor para esa persona. Esto mismo le ha ocurrido a Maggie, que incluso ha logrado que su madre "despida" a Meredith, confiando en el criterio de su hija.

Tras varias investigaciones, Maggie ha encontrado un ensayo en el que podrían incluir a Diane, un intento desesperado por salvarle la vida. Bailey, Jackson y Webber no están convencidos de que los resultados sean tan esperanzadores como indican los estudios porque el ensayo es una fase experimental y desconocen las verdaderas consecuencias y secuelas de ese tratamiento. Pero Diane tiene la última palabra y decide seguir el consejo de su hija y someterse al ensayo.

Ya que Maggie no es capaz de razonar porque simplemente piensa en salvar la vida de la persona que la crió, Webber intenta hacerle ver a Diane los peligros del ensayo, pero la mujer sabe que su hija nunca haría algo que le hiciera empeorar. Finalmente, Diane entra en el ensayo, le advierten de que tiene que estar preparada para cualquier cosa, para cualquier tipo de reacción en su cuerpo y, efectivamente, todos los temores se cumplen.

No es momento para el amor

Mientras tanto, la relación de Grey y Riggs ha entrado en pausa, Meredith ha optado por convertirse en el apoyo de su hermana y no tiene tiempo para nada más que no sea estar al lado de Maggie y Diane. Nunca le habíamos visto mostrar tanto apoyo a alguien que no fuera Cristina o Karev, pero Maggie ha sabido ganarse el cariño de su hermana, aunque hayan tardado tanto tiempo en conocerse.

Por su parte, la relación de Webber y Bailey sigue igual de mal que desde que Miranda contrató a Minnick. Tanto rencor tiene acumulado Richard que le recuerda a Bailey que si necesitara ayuda ella sería su último recurso. Webber ha ido a hacer daño con unas palabras totalmente planificadas, lo que no augura una próxima reconciliación. Sin embargo, sentir la muerte cerca hace cambiar de opinión a Richard, perdonando a Bailey y disculpándose con ella. Al fin y al cabo, la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado.

El cariño de los nuestros

Para pasar un mal trago, nada mejor que una cena todos juntos, algo que siempre nos ha regalado grandes escenas y, en este caso, no iba a ser menos. Desvelan detalles de la infancia de Maggie y también que Ellis nunca fue enterrada ni sus cenizas se conservan, sino que fueron arrojadas por el desagüe de uno de los lavabos de uno de los quirófanos del hospital. Un toque de humor entre tanto drama, un recurso muy utilizado y que se ha convertido en seña de identidad de 'Anatomía de Grey'.

El estado de Diane se complica cuando un ataque de tos desvela que tiene problemas en el esófago, lo que implica una operación de urgencia. Pero Maggie no quiere abrir los ojos y darse cuenta del daño que está provocando el ensayo en su madre y está empeñada en seguir adelante a costa de todo. Esto ocasiona que Maggie hable muy mal a Meredith, cuando Grey lo único que intenta es ayudarla. Pero Meredith decide ejerce de hermana mayor, no se va de su lado y le aconseja cómo afrontar la inminente muerte de Diane.

Desgraciadamente, Diane no logra vencer al cáncer y fallece acompañada de Maggie, justo tras una agradable conversación entre madre e hija. Rota de dolor, Maggie cuenta con el apoyo de Meredith y Amelia, devolviéndole el apoyo que ella les brindó tiempo atrás, cuando casi ni las conocía. Además, Richard, después de haber escuchado de boca de su hija que quería a su padre, al que realmente le cuidó, decide contactar con el padre adoptivo de Maggie para que esté junto a ella en estos duros momentos, aunque en el fondo sea muy difícil para él ver a su hija llamar "padre" a otra persona.