En enero de 2017 Carme Chaparro dio las buenas tardes por primera vez en 'Noticias Cuatro 1'. Llevaba 20 años presentando 'Informativos Telecinco', así que se había convertido en una de las voces más reconocidas de los informativos españoles. En este caso, cambiar de cadena era perder cierto protagonismo, pero Carme no se lo pensó dos veces.
Carme Chaparro en el plató en 'Noticias Cuatro'
Tantos años metida en la redacción, presentando y editando telediarios, era una buena excusa para escribir una novela de intriga protagonizada por una periodista que se pasa las horas investigando casos de pederastia, desapariciones y asesinatos. Carme sabe de lo que habla. Los sucesos ocupan cada día buena parte de los informativos españoles, y ella defiende ("y te lo digo de verdad") que en Mediaset son especialmente "pudorosos" con este tipo de noticias.
Y como sabe de lo que habla, porque lo tiene entre sus manos cada mañana, ha querido reflejarlo en "No soy un monstruo", su primera novela, un libro en el que la historia nace de una desaparición, la de Kike, un niño de cuatro años que se acaba de evaporar de entre las tiendas de un centro comercial. Kike se parece a otro joven que también desapareció en aquel mismo lugar dos años atrás y del que nada se sabe. Quizá solo sea una coincidencia, pero es lo suficientemente importante como para que la Policía y los periodistas empiecen a tirar del hilo.
¿Cómo resumiría "No soy un monstruo"?
Es un thriller muy intenso, muy difícil de soltar. Cuando empiezas no puedes parar de leer. Y trata sobre la desaparición de varios niños y la investigación periodística y policial que hay alrededor de este caso, que es muy mediático y mantiene en vilo a toda España. Cómo lo tratan los medios, las redes sociales y cómo se entrecruzan las vidas de varias personas que cambian para siempre.
Una de las protagonistas del libro, Inés, es periodista, como usted. Imagino que no es casualidad, ¿qué parecidos hay entre Inés y Carme Chaparro?
Escribir la historia de Inés en primera persona tiene un por qué. Porque para mí era más fácil, creíble, escribir como periodista. Lo que hacemos en una redacción, cómo se cuentan los sucesos, cómo se trabajan determinados temas, cómo funciona el informativo, por qué se da prioridad a algunas historias y a otras no, y para mí eso era lo más sencillo porque es lo que llevo haciendo 20 años.
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Da la impresión de que a Inés no le gusta cubrir información de sucesos...
Lo que no le gusta es cómo las redes sociales están haciendo que determinadas historias que periodísticamente no hubieran sido relevantes, tengan que ser contadas en los medios por la magnitud, o la presión, o las bolas de nieve gigantes que se crean en las redes sociales. Cómo eso marca la agenda, no solo de los sucesos sino también de otros temas en los medios. Y eso es lo que enfada a Inés.
Y a usted, ¿le gustan este tipo de noticias?
Pero es que define sucesos. Desaparece un niño o una chica, ¿es noticia? Claro que lo es. Recrearse en el morbo ajeno, en el dolor ajeno, no es noticia. Los datos son noticia, la investigación policial es noticia, contar lo que ha pasado es noticia, pero cuando traspasamos la barrera del morbo... ahí tendríamos que entrar a debatir e hilar muy fino. En la redacción de Mediaset, hoy por ejemplo, nos han llegado unas imágenes terribles de Siria, de niños sirios, tras una ataque con armas químicas que parece gas sarín, pero todavía no está confirmado. Y, de todo lo que nos ha llegado, hemos emitido quizá un 10% y pixelando las imágenes y advirtiendo al espectador que eran imágenes muy duras, porque creemos que eso hay que darlo a conocer, pero hay un montón de cosas que no emitimos o contamos por seriedad periodística. Y de hecho, los periodistas de sucesos valen más por lo que callan que por lo que cuentan.
En su libro dice que las personas que investigan casos de pederastia ven imágenes tan brutales que sus mentes quedan "sucias para siempre" porque es difícil que olviden aquellas escenas. Usted me acaba de decir que en su trabajo también están expuestos a una violencia parecida. ¿También quedan sucios para siempre?
Sí. Todos nos llevamos a casa parte de la miseria del mundo porque en el informativo contamos historias muy duras, y muchas no las trasladamos al espectador porque son demasiado duras. Entonces, claro que te llevas a casa esas historias en la cabeza. Y al final, en "No soy un monstruo" van apareciendo algunas de esas historias que a mí me han marcado más en los 20 años que llevo como periodista en Mediaset.
¿Podría ponernos algún ejemplo?
Hay una historia que sucede al principio del libro, la historia de una madre con tres hijos que tiene que tomar una decisión. Es algo que pasó de verdad. Yo lo he novelado, lo he ficcionado un poco, pero le ocurrió hace diez años a una madre, aquí en España. Es una de esas historias que no te quitas de la cabeza. Y yo quise rendir un homenaje a esa madre que tuvo que tomar una decisión terrible, durísima.
¿A qué se refiere cuando dice en su libro que los casos de sucesos más mediáticos generan muchísimas presiones?
Presiones han existido siempre y hay casos mas mediáticos que generan alarma social y en los que hay presiones del estamento político a la Policía para que se resuelvan con rapidez. Pero luego hay otro tipo de presión más nueva, la de las redes sociales, ya sea desde familiares o ciertos grupos que se unen, que consiguen llevar a la primera plana de los medios de comunicación temas que hubieran pasado desapercibidos.
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¿Y cómo os las ingeniáis en Mediaset para no ir al rebufo de las redes sociales, para que os marquen la agenda?
Nosotros nos reunimos y debatimos mucho para evitar eso, para hacer que lo que prevalezca sea nuestra opinión profesional y nuestra experiencia de tantos años haciendo televisión para decidir lo que es noticia y lo que no. Ya no te digo solo la agenda que marcan las redes sociales, sino también, por ejemplo, la agenda que nos intentan marcar los políticos. Al final eres tú como periodista quien tiene que decidir qué es noticia y qué no lo es.
Y a la hora de tomar esas decisiones, ¿cuántas personas participan?
Afortunadamente trabajo en una casa, Mediaset, en la que nunca he recibido una presión para contar o no contar alguna cosa o para contarla de alguna manera, y eso es un regalazo. Nosotros nos reunimos con el equipo de edición y con los jefes de sección en una primera reunión, y luego otra con el director de informativos, Juan Pedro Valentin, y el subdirector, José Luis Fuentecilla, para acabar de perfilar la escaleta y debatirla entre todos. Porque al final, con debate y el punto de vista de muchas personas es como podemos enriquecer el informativo.
Haga autocrítica, ¿cómo se trata la información de sucesos en Mediaset?
Te voy a decir una cosa y te la digo de verdad. Nosotros somos muy pudorosos con los sucesos, y solo tienes que compararnos con otras cadenas. Hay sucesos que hay que dar; la desaparición de Diana Quer, ¿la das o no la das? Claro que la das. Y fue un tema de resonancia durante muchísimos días. El accidente de tren en Galicia, ¿lo das o no? Claro que tienes que darlo. Pero tienes que hacer que las imágenes que estás ofreciendo sean lo menos gráficas y dolorosas posible. Yo siempre pienso que quizá me esté viendo un familiar de alguien que iba en el tren, o en un coche, o de la persona que ha desaparecido. Y todo mi respeto es para ese familiar, para intentar que no se sienta herido con lo que estoy contando.
Usted ha presentado 'Informativos Telecinco' durante 12 años cada fin de semana. Lleva tres meses en 'Noticias Cuatro'. ¿Qué cosas han cambiado?
Pues que yo me he cambiado tres mesas más allá. Lo que más he notado es que yo he pasado de trabajar los fines de semana, en el que la agenda es más ligera, hay pocos actos políticos, económicos, y el tipo de informativo es diferente, a trabajar en un informativo a las dos de la tarde en el que está pasando todo y la mitad del informativo tienes que estar improvisando porque son cosas que están ocurriendo en ese momento. Y he pasado también de presentar en pareja a presentar sola. Al final, llevamos desde la fusión juntos en la misma redacción. Juntos pero no revueltos, y tenemos unos estilos muy parecidos.
La periodista que protagoniza su novela está muy agobiada porque ha escrito un libro y se comprometió con su editor a escribir una segunda novela. Y usted, ¿se ha planteado una segunda parte de su libro o escribir otro nuevo?
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Lo que me he planteado es sobrevivir a la promoción, porque al final yo sumo mi trabajo diario en la televisión, desde las siete de la mañana, a la promoción que estamos haciendo todas las tardes. Cuando acabe la promoción, y si se me ocurre un final como el que se me ocurrió para escribir "No soy un monstruo", y vista la gran aceptación que está teniendo entre los lectores y lo que les está gustando, pues igual sí, pero se me tiene que ocurrir un argumento tan bueno como el de "No soy un monstruo".