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Matías Roure en imágenes 10 fotos
Aunque la premisa de 'First Dates' es encontrar el amor, los participantes no siempre la cumplen. Eso fue lo que le pasó a Nicolás y a Melani, que llegaron al restaurante más famoso de la televisión dispuestos a abrir sus corazones y se fueron por la puerta de atrás. La pasividad y el nulo interés por parte de él y la poca paciencia de ella fueron creando la que podría considerarse la peor cita de la historia del programa.
Melani y Nicolás en 'First Dates'
La conversación continuó y las pullitas no cesaron. "Yo tengo un hermano pequeño igual que tú, rubio, con ojos azules, pero más guapo", aseguró la malagueña. Y llegó el momento de hablar de amor. Nicolás, sin pelos en la lengua, soltó otra de sus perlitas cuando Melani le preguntó por lo que busca en el plano sentimental: "Soy romántico antiguo y como mi corazón pertenece a una persona, es muy complicado cambiar eso".
Melani, a punto de abandonar la cita
La perplejidad de la chica al escuchar las palabras de Nicolás iba creciendo por momentos hasta el punto en el que el propio comensal se dio cuenta de que estaba molestando a Melani. "La he dejado un poquillo rayada, un poquillo", admitía detrás de las cámaras. Y aquí no acabó todo. Parece que la meta del chico no era encontrar a su media naranja en televisión. "A Nico no le gusta gustar, a Nico le gusta ir a su rollo y que le dejen tranquilo con sus libros", declaró.
Melani, decepcionada en 'First Dates'
Melani, cada vez más decepcionada, no pudo evitar preguntarle por el motivo que le había llevado a 'First Dates' y él, ni corto ni perezoso, le respondió lo siguiente: "Porque tengo amigos muy hijos de puta y la presión social hace mella". Para más inri, añadió que lo que buscaba era pasar un buen rato y echarse unas risas y que había cumplido su objetivo con creces.
A pesar de compartir lugar de procedencia y algunas aficiones, la prepotencia de Nicolás acabó con la paciencia de Melani, que estuvo a punto de abandonar la cita. Como era de esperar, el encuentro no terminó bien y los dos decidieron que una vez había sido suficiente y que no seguirían conociéndose. Y es que, como dice el refrán, mejor solo que mal acompañado.