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Basta un primer plano de Elisabeth Moss, durante el primer episodio (quien lo vea sabrá perfectamente de qué momento estamos hablando), para concentrar toda la incomodidad, el miedo y la desazón que se apodera del espectador mientras ve 'The Handmaid's Tale', desde ya una de las series más importantes (a muchos niveles) de 2017.
Alexis Bledel es Ofglen, otra de las criadas de 'The Handmaid's Tale'
Las mujeres son sometidas a un estricto adoctrinamiento a cargo de la terrorífica Tía Lydia (brutal Ann Dowd, una de las mejores y más infravaloradas secundarias del cine y la televisión de Estados Unidos). La protagonista de la historia es Offred (Elisabeth Moss), una de las fértiles secuestradas, que es la criada de El Comandante (Joseph Fiennes) y su mujer, Serena Joy (Yvonne Strahovski), a la que usan para poder tener hijos.
Turbar al espectador sin caer en lo explícito
'The Handmaid's Tale', a pesar de que es diferente a todo lo que podamos ver ahora mismo en televisión, recuerda, tanto en forma (ese prólogo) como en temática a "Hijos de los hombres", la película de Alfonso Cuarón basada en otra novela, en este caso de P.D. James. Pero solo en la primera toma de contacto, pues el componente sexual de la historia la hace más terrorífica que aquella e introducirnos en las interioridades de esa especie de prisión en la que se mutila a las mujeres que no obedecen es puro cine de terror.
Creada por Bruce Miller ('Eureka', 'The 100'), la serie de 10 episodios que se estrena el 26 de abril en HBO España con sus tres primeros episodios, está visualmente muy cuidada (hay planos que parecen haber sido dibujados por Vermeer), dosifica la información para que el espectador siempre esté alerta y en ningún momento baja el ritmo. De hecho, como decíamos al principio, hay secuencias brutales que, al más puro estilo Haneke, dejan muy mal cuerpo sin recrearse en lo explícito ni cayendo en la vulgaridad.
Elisabeth Moss en 'The Handmaid's Tale'
Quizás le sobre tanto abuso de la voz en off y de los flashbacks, recursos de los que parece que las series de hoy en día no sean capaces de prescindir, aunque en esta ocasión esté justificado para poder conocer los pensamientos y la manera de ser de una mujer a la que apenas se le permite hablar si no es para soltar las consignas que le han enseñado.
'The Handmaid's Tale' es buena, muy buena, pero más allá de su calidad, es una serie que va a trascender su condición de producto televisivo por sus (terroríficos) paralelismos con el mundo actual, donde el fanatismo religioso, el ultraconservadurismo y el recorte de libertades están en auge en la mayor parte del mundo.