"Hay que arriesgarlo todo. Nunca hay que dudar porque en el amor no está prohibido nada", pero sí hay que saber decir "no" cuando Cupido no ha querido darse un paseo por el restaurante del amor de 'First Dates'. Esa fue la breve historia "romántica" que vivieron Luis Miguel y Carmen, dos participantes que estaban algo desilusionados con el amor y que no quieren quedarse solos bajo ningún concepto. Mientras que Luis Miguel llevaba alrededor de seis años separado, Carmen confesó que ha estado sin pareja durante más de diez años.
Un gaditano y una catalana en 'First Dates'
"La mujer ideal sería una mujer gordita, que tenga pechos, sea morena, trabajadora y de su casa". Así fue como Luis Miguel quería que fuese su cita en el programa presentado por Carlos Sobera y al parecer dio en el clavo con la descripción física de la mujer que se sentó a cenar junto a él al restaurante del amor. Sin embargo, el hombre de Cádiz y la mujer de Barcelona no tuvieron química desde el principio. Mientras que ella era amante de los tatuajes y prefería llevar una vida con un "relaxing que te cagas", Luis Miguel es un hombre "campechano" que le gusta socializar con la gente en las ferias y los carnavales gaditanos. Además, Luis Miguel llegó a decir abiertamente: "Soy un romántico por eso no me quieren ni mis perros".
Ni físico, ni química, ni feeling
Tanto Luis Miguel como Carmen no han tenido suerte en el amor. Luis Miguel es un hombre de 51 años que estuvo casado durante 25 años y se separó porque se había acabado el amor. El gaditano confesó que lo había pasado muy mal en el amor. Por su parte, Carmen se casó con un chico que era gay y después conoció a otro que era su primo y no lo sabía. Con él tuvo dos hijos, pero llegó a afirmar que donde hay un golfo, allá que va y como esa no es la forma de ser de Luis Miguel, Carmen no ha acertado esta vez en su puntería.
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La pareja no congenió en nada de lo que hablaban. Ni en los tatuajes, ni en el fanatismo político y ni siquiera en su forma de ver la vida cuando se trata de salir de fiesta. Y aunque a Carmen le gustaba la iniciativa de Luis Miguel para ayudar a la gente sin techo se notaba mucho que su relación con él no podía ir más allá de una simple amistad. Por este motivo, ambos se fueron a casa como vinieron: Desilusionados e incomprendidos.