Tras la caótica pasada gala de 'Supervivientes 2017', Lucía Pariente, madre de Alba Carrillo, se encuentra ya de vuelta a España tras su repentino abandono. Su salida del concurso se produjo tras una fuerte discusión con Laura Matamoros y este fin de semana le ha concedido una entrevista a Lara Álvarez desde Honduras haciendo balance de su paso por el programa.
La exconcursante reconoce haber "pecado de callar y de hablar" al mismo tiempo, y considera que tendría que haber hecho un concurso más alejada de sus compañeros. Unos compañeros que, considera, le han perjudicado por su "sobreexperiencia con los medios de comunicación".
Lucía durante su entrevista con Lara Álvarez
No obstante, a pesar de la decisión que tomó el pasado jueves, Lucía se ha negado a admitir que abandonó el concurso. La reservista militar considera que lo sucedido fue fruto de un malentendido: "No abandoné. Me quise marchar porque hubo un malentendido con mi hija, por mi falta de experiencia con los medios. Yo contesté una cosa honestamente, y me equivoqué en intentar ser honesta", contesta, en alusión a la discusión que mantuvo por su comentario acerca de Kiko Matamoros.
Su relación con su hija
Lucía se ve a sí misma como una víctima que ha sido demasiado honesta y confiesa no haber faltado el respeto a sus compañeros en ningún momento. Ni ella ni su hija Alba Carrillo: "¿Qué hizo Alba mal para que arremetieran contra ella?", se pregunta. Y es que su concurso ha estado marcado, irremediablemente, por la presencia de su hija en Playa Uva.
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Preguntada sobre si cree que ha perjudicado el concurso de Alba, Lucía se ha tomado su tiempo para responder, aunque finalmente ha reconocido creer que así ha sido, aunque la exconcursante considera que también ha ocurrido de manera contraria: "Me ha restado libertad de poder decir ciertas cosas con la misma libertad de los demás. Cualquier cosa que yo dijera iba a afectar a Alba. Sin ella, a lo mejor hubiera estado más a gusto".