'Anatomía de Grey' 13x22 Recap: "Leave It Inside"

La semana pasada en 'Anatomía de Grey' la paz llegaba al hospital con la reconciliación de Webber y Catherine, poniendo así punto y final a la disputa iniciada con la llegada de Minnick. Además, Meredith tenía que hacer lo imposible para recuperar la confianza de Maggie, que se sentía totalmente decepcionada con su hermana. Ahora, encaramos los últimos capítulos sin muchos frentes abiertos, esperando ver con qué son capaces de sorprendernos.

En este vigésimo segundo episodio de 'Anatomía de Grey', titulado "Leave It Inside", llega el momento de valorar la evolución de los residentes, lo que no dejará en muy buen lugar a Warren. Además, Karev se jugará su puesto como cirujano al atender a un niño cuyos tutores legales no quieren que sea tratado bajo tratamiento médico. Asimismo, Meredith tendrá algún problema para quedar con Riggs en su propia casa. Veamos al detalle lo sucedido en este nuevo capítulo.

Hora de pasar el examen

Ha llegado el momento de que Minnick, junto a Webber y Bailey, analicen el trabajo realizado por cada residente del programa. La valoración parece sencilla, hasta que llega el turno de evaluar a Warren, marido de la directora y gran amigo de Richard. Un tanto insegura por las palabras que va a decir (cualquiera lo estaría en su situación), Minnick les explica que no ve ninguna evolución en Ben, que básicamente se dedica a realizar las operaciones más sencillas y no es capaz de comprometerse en casos complicados o que puedan suponerle un nuevo reto.

Bailey se queda totalmente sorprendida, tiempo atrás tuvo que sancionar a su marido por cometer una imprudencia, lo que ocasionó numerosos problemas que no olvidaremos. Desde entonces, quizá, por miedo a volver a perder su puesto en el hospital, Warren ha optado por cubrirse las espaldas y no complicarse la vida, pero menos mal que Webber se ha atrevido a decírselo y Ben parece que va a reaccionar para volver a ser el de antes, el hombre valiente que disfrutaba con cualquier reto que se pusiera en su camino.

Quien parece no estar tan preocupado por su carrera médica es DeLuca, que se interesa más por Jo y por saber si ha vuelto con Karev. Es más que evidente que todavía siente algo por su compañera, aunque nunca se haya atrevido a decírselo explícitamente e incluso tirara la toalla en lugar de luchar por ella. Lo que podría haber sido un triángulo amoroso y habernos regalado una historia interesante de amor y desamor se ha quedado en una simple anécdota.

Por su parte, la relación entre Arizona y Minnick también está pasando por una etapa de valoración y evaluación, llegando a un punto en el que se afianza la pareja o se rompe para siempre. Ambas están enamoradas por lo que simplemente les queda dar rienda suelta a esa pasión y a esas ganas de pasar cada noche juntas. Como hemos podido comprobar, Arizona ha sabido rehacer su vida sentimental, encontrando de nuevo el amor con un bonita historia que no sabemos cuánto durará, más que nada por los antecedentes que hay en este ficción con las parejas.

Arriesgar hasta el final

Una aparatosa caída por las escaleras provoca que una mujer sea trasladada al hospital, donde descubren que, además de las lesiones ocasionadas por los golpes, tiene un tumor en el corazón. Sin embargo, la paciente ya sabía de su enfermedad y que solo le queda un año aproximadamente de vida. En su lugar, mucha gente estaría deprimida, pero ella ha optado por aprovechar cada segundo y disfrutar de una vida sexual muy activa.

Aunque la actitud de la mujer es bastante optimista, Maggie se empeña en ofrecerle una alternativa, operarle para quitarle el tumor y que pueda seguir viviendo. No obstante, aunque acaba aceptando, la paciente sabe de antemano que es una misión imposible porque ya lo han intentado muchos otros cirujanos. Finalmente, la operación no surge efecto y no son capaces de quitarle todo el tumor, ya que a veces las cosas no siempre salen como nos gustaría.

Mientras tanto, aunque no terminan de acostumbrarse a la presencia de Nathan, Maggie y Amelia deciden apoyar a Meredith en su historia con Riggs, se han dado cuenta de que está pasando página respecto a Derek y que va en serio con su nueva pareja. Por fin comienza una nueva era para Grey, que hasta ha dado un gran paso al quitar de su cuarto todo lo que le pueda recordar a su difunto marido, algo que jamás pensamos que pudiese llegar a ocurrir.

La siguiente historia es de esas que logran tener al espectador con el corazón en un puño, uno de los puntos fuertes de los guionistas de 'Anatomía de Grey'. En concreto, esta trama del episodio tiene como protagonista a Liam, un niño que acude al hospital solo, sin sus padres, porque no se encuentra bien. Tras unos análisis, Karev y Edwards descubren que tiene un tumor que podría provocar la muerte del niño si no le operan, pero los responsables del pequeño no creen en la ciencia y no quieren dar el consentimiento para que operen a Liam.

Al día siguiente, el niño regresa al hospital, ha perdido momentáneamente la vista y eso consigue que Karev y Edwards se alíen para que parezca que no han tenido más remedio que intervenir porque Liam estaba sufriendo convulsiones, jugándose así su futuro profesional. Al final le operan y le salvan la vida, consiguiendo que el pequeño se sienta agradecido y contento, pero el padre del niño amenaza con demandarles, aunque ella parece que también se alegra de haber conseguido salvar a Liam y que no comparte opinión con su marido. Sabemos que Alex también está orgulloso de su decisión porque sus pacientes son lo más importante y jamás dejaría que un niño muriese si él puede evitarlo. ¿Será este el final de la carrera de Karev? ¿Qué habrías hecho tú en su lugar?