La semana pasada en 'Anatomía de Grey' vivimos un episodio bastante anodino en el que lo único emocionante fue la historia de un niño al que Karev salvaba la vida jugándose su carrera profesional. Nos temíamos lo peor para el final de temporada pero, sorprendentemente, en este capítulo nos han regalado justo lo que pedíamos y necesitábamos: emoción, tensión y mucho drama para la season finale.
En este vigésimo tercer episodio de la decimotercera temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "Leave It Inside", los médicos del Grey-Sloan Memorial Hospital se verán inmersos en el caso de un paciente complicado y peligroso. Por su parte, Owen recibirá una noticia que cambiará su vida y necesitará del apoyo de Amelia. Además, Karev acudirá a una conferencia tras dar con el paradero de una persona a la que hace tiempo quería concoer. Veamos al detalle lo sucedido en el penúltimo capítulo de la temporada.
Sentimiento de culpabilidad
Queríamos un plato fuerte para despedir la temporada y nada mejor que rescatar un tema del pasado y abrir una vieja herida para hacer frente a los dos últimos episodios de la temporada. Sin previo aviso, dos miembros del ejército se presentan en casa de Owen para darle una noticia que no llegamos a escuchar. Los guionistas quieren tenernos en ascuas y lo logran, provocando que creemos nuestras propias hipótesis que, lógicamente, apuntan hacia Megan, la hermana desaparecida de Hunt.
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Para darle más intensidad al asunto, nos muestran a un Owen fuera de sí, distraído y malhumorado, lo que nos hace temer la peor de las noticias. Hasta mitad del capítulo no nos desvelan la verdad: Megan está viva. Para sorpresa de mucho, una Amelia de lo más madura y comprensiva le ayuda a tranquilizarse y le explica que se van a asegurar de averiguar si es de verdad Megan la mujer que han encontrado o si han cometido un error.
Con el objetivo de cerciorarse de que se trata de Megan, contactan con una vieja conocida, con Teddy Altman, que les confirma que sí que es la hermana de Owen. En esa escena no podemos pasar por alto que Hunt se ha negado a conversar con Teddy, no sabemos si por la mala relación o por no seguir abriendo heridas del pasado. Pero ahora el asunto importante es Megan, a la que van a trasladar al Grey Sloan Memorial Hospital para que pueda estar con su hermana y ser atendida adecuadamente.
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Aunque Megan está viva después de más de diez años desaparecida, Owen se siente culpable por haber seguido con su vida mientas su hermana estaba abandonada en un hoyo. Además, esta noticia inesperada podría cambiar la vida de muchos de nuestros protagonistas. Por un lado, la de Owen y Amelia, que han vuelto a unirse ante la adversidad. Por otro lado, ahora que todo iba a la perfección entre Meredith y Riggs, la aparición de Megan podría provocar que Natahn se replanteara su recién iniciada relación con Grey.
Actuar o dejar pasar la ocasión
Aunque la semana pasada nos quedamos con la pequeña duda de si Alex iba a tener problemas legales de nuevo por ayudar al pequeño paciente cuando el padre no quería que trataran a su hijo, finalmente parece que el asunto no ha tenido más repercusión. De hecho, ahora Karev tiene otro objetivo, encontrar al ex marido de Jo. ¿Para qué? No lo sabemos, pero con Alex cualquier cosa podría pasar y no precisamente buena.
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En un primer momento nos hacen creer que Alex ha logrado ganarse la confianza del hombre y emborracharse junto a él para luego propinarle una paliza y acabar en la cárcel. Posteriormente, nos muestran unas imágenes en las que Karev amenaza al hombre y luego este aparece en casa de Jo pegándole. Sin embargo, todo eran ideas que han pasado por la cabeza de Alex, pero finalmente no ha conseguido entrar en acción y ha dejado pasar la ocasión de vengarse, siendo esta la idea más sensata de todas.
Involucrarse demasiado
Si la historia de Megan no era suficiente para aportar emoción e intensidad a los últimos capítulos, nada mejor que un secuestro para animar todavía más el episodio final. Tras regresar a su puesto de trabajo después de haberse involucrado demasiado en el caso del niño del episodio anterior, Edwards vuelve a saltarse las normas por otro paciente, en esta ocasión, un hombre que parece ser la pareja de otra mujer con la que ha llegado al hospital tras sufrir un aparatoso accidente de coche.
Sin embargo, las apariencias engañan y el hombre resulta ser un violador, todo lo contrario de lo que los médicos creían, que apostaban más por una historia de amor y pasión. El asunto se complica y Edwards termina de rehén de su propio paciente, que le obliga a acompañarle a la salida del hospital bajo amenaza con un bisturí. Gracias a la otra mujer, el resto de médicos descubren la verdad y comienza la búsqueda del hombre, bloqueando todas las salidas.
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