La lucha de Carlota Corredera contra la obesidad es toda una historia de superación. La presentadora de 'Cámbiame' cambió radicalmente desde que tuvo su primera y única hija y decidió adelgazar para cuidar su salud. El camino que recorrió hasta cumplir su objetivo no fue precisamente de rosas y eso es lo que ha querido contar en el libro con el que ha comenzado su andadura como escritora: "Tú también puedes. Cómo conseguí perder 60 kilos y ganar salud".
Carlota Corredera, presentadora de 'Sálvame'
El 18 de mayo salió a la venta y desde ese momento, Corredera no ha dejado de hablar en televisión sobre su libro y ha concedido entrevistas a muchos medios de comunicación. En una entrevista para El Norte de Castilla, la presentadora ha vuelto a recordar cómo fue su adicción con la comida y cómo consiguió alejarse de ella y perder más de 60 kilos: "Empezó cuatro meses después de ser mamá, cuando una doctora me dijo que estaba en riesgo metabólico, y pensé en que mi hija se merecía una madre sana".
La conductora de 'Sálvame' ha asegurado que comenzó a escribir cuando algunos de sus seguidores trataban de ponerse en contacto con ella para preguntarle por su método de adelgazamiento: "No me puedo tomar un café con todo el mundo que me ha pedido ayuda, pero pueden conocer mi historia a través de este libro". La modelo curvy ha definido su autobiografía como "un pedazo" de ella.
"La comida fue mi ansiolítico y mi verdugo"
Aunque la presentadora siempre ha hablado abiertamente de su peso, nunca ha mencionado la cifra exacta que marca la báscula cada vez que se sube a ella. "Es un pacto de silencio que hay entre mi madre, mi ginecóloga y yo", ha comentado Corredera y ha confesado que ni siquiera su marido "sabe cuánto he llegado a pesar". Además ha manifestado que recordar ese número le toca por dentro: "No puedo verbalizar esa cifra porque me impresiona mucho".
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Para concluir, Carlota ha sacado su lado más sensible y ha reconocido que, mientras estaba sentada delante del papel redactando su último proyecto, no pudo evitar llorar al recordar la pesadilla que vivió durante tantos años. "Para mí la comida fue un tabla de salvación, un ansiolítico, pero también fue mi verdugo. La comida siempre será mi talón de aquiles. He tardado 42 años en llegar a este punto", ha declarado.