El pasado 23 de mayo la jueza cerró la investigación sobre el accidente del metro de Valencia que costó la vida a 43 personas y dejó heridas a 47. Lo hizo por segunda vez, completamente segura de que el único responsable de aquella tragedia fue uno de los fallecidos, el maquinista, por conducir al doble de la velocidad permitida. Ni una sola responsabilidad más.
Pero su versión, la judicial, es pequeña si se compara con la versión de las víctimas, que llevan desde 2006 recopilando pruebas para sostener que el accidente fue en realidad una negligencia que se podría haber evitado con la simple colocación de una baliza que hubiera frenado automáticamente al tren ante una situación como la que finalmente se dio. Y al margen de las cuestiones técnicas, las víctimas han denunciado también que el Gobierno valenciano intentó comprar su silencio y consiguió infectar con su doctrina a los peritos y a los periodistas que tendrían que haber actuado de manera independiente.
El 'Salvados' que lo cambió todo
En 2013, 'Salvados' consiguió que algunos de los trabajadores de la empresa del metro describieran las deficiencias técnicas del tren y de la línea en la que se accidentó. Evidenció cómo el PP había conseguido manipular con su versión a casi todos los que tenían que explicar si se pudo o no evitar la tragedia. El equipo de Jordi Évole reunió tantos indicios que no solo sirvió para reabrir la investigación, sino que impulsó la protesta ciudadana, consiguiendo que miles de valencianos arroparan a las víctimas.
Este domingo 28 de mayo, a las 22:45 horas, laSexta estrena 'La estrategia del silencio', un documental que, en realidad, fue el origen de aquel 'Salvados'. Así lo explica su director, Vicent Peris, el periodista que se ha empeñado en contar cómo fue la tormenta judicial, política y mediática que tuvieron que soportar las víctimas. Cuando ocurrió el accidente, Vicent trabajaba en una pequeña televisión de la Comunidad Valenciana desde la que se cubrió las reivindicaciones de las familias. Cuando el Gobierno del PP cerró esta televisión en 2007, Vicent se fue alejando poco a poco de la lucha de las víctimas, y así hasta que unos años más tarde recordó que para ellas todavía no existía justicia.
'La estrategia del silencio' es un documental producido por Barret Films y Mediapro. ¿Teníais el propósito de que se acabara emitiendo en televisión?
Empezamos en 2012, seis años después del accidente. Yo, como periodista, sí que cubrí el accidente, las concentraciones de la asociación, pero cuando termina la televisión, abandonamos la actualidad. En 2012 nos ponemos en contacto con la asociación para ayudarles en la difusión del sexto aniversario, y fue cuando nos dimos cuenta de que nosotros mismos nos habíamos olvidado de que la asociación seguía exigiendo respuestas y responsabilidades políticas. No recordábamos ni que cada día 3 se concentraban en la plaza de Valencia.
Les propusimos hacer un documental para contar esta historia, pero teníamos claro que teníamos que tomar partido. Traspasamos esa frontera, decidimos que queríamos ayudar a que esto cambiara y que dejaran de ser invisibles. Hicimos una web documental con toda la documentación y la pusimos a disposición de todos los medios para que lo utilizaran como les viniera en gana. Fue entonces cuando pensamos que necesitábamos un altavoz para difundir esta historia, y es cuando nos pusimos en contacto, la asociación y Barret, con 'Salvados'. Les pedimos que Évole publicara un tuit para convocar a la manifestación y que hubiera 500 personas en vez de 100. Con eso nos dábamos con un canto en los dientes. Pero lo que realmente queríamos es que 'Salvados' viera si podía incorporar esta historia en alguno de sus programas.
Les enganchamos una noche que estaban grabando un programa en Valencia. Les planteamos todos esto, les dimos un dossier y tres meses después nos llamaron y nos dijeron que no es que fueran a publicar un tuit, sino que iban a hacer un programa especial sobre el tema. Nos volcamos en ayudar para que el programa fuera lo mejor posible. Ese programa es el punto de inflexión de la historia de la sociedad valenciana, que había estado dando la espalda y mirando hacia otro lado, y ahora decidió dar un paso adelante y llenar la plaza. A partir de aquel momento, la realidad cambia. Cambia la realidad judicial porque la Fiscalía pide la reapertura del caso y la audiencia también y se reabre. La sociedad empezó a reaccionar y la oposición política exigía respuestas en las Cortes. Con el cambio de gobierno en 2015 se dieron los pasos que el PP no había querido dar.
Víctimas del metro de Valencia siguiendo desde sus casas el programa que 'Salvados' dedicó al accidente
Y, sin embargo, recientemente hemos conocido que la jueza ha vuelto a archivar la causa al entender que no hay más responsabilidades que la del maquinista. ¿Para qué ha servido entonces esta lucha ciudadana?
Más allá del tema judicial, la lucha de la asociación tiene varios puntos: la victoria social nadie se la va a quitar ya, y la batalla mediática y política por supuesto que también se ha ganado. Les queda la parte judicial, que como ciudadanos no podemos hacer nada más que exigir que se haga justicia. La jueza no ha movido ni una coma desde aquel 2007 en el que archivo por primera vez la causa. Ella tenía clara cuál era la causa: el exceso de velocidad y que, como el maquinista había fallecido, no había lugar a juicio. Y archivó. Y archivó con un único informe pericial, que fue el del perito Cortabitarte, y con su único testimonio. No dejó la jueza que se investigara más allá. Durante todos estos años en los que Audiencia y Fiscalía han estado presionando para que se siguiera investigando, la jueza obviamente ha tenido el mandato de tomar declaración a más testimonios y de seguir investigando, pero cuando hemos visto que ha cerrado el caso y la versión que ha dado, hemos visto que no ha movido ni una coma. Da mucha rabia porque no se ha querido investigar más allá. Todo está conforme a Derecho, la jueza no hace nada que se salga de la ley, pero no tiene intención de hacer justicia ni de reparar. Con el documental del domingo tenemos las expectativas de que sirva para que la gente entienda la sensación de rabia y de frustración que da.
No sé si ha tenido la oportunidad de hablar estos días con las víctimas del accidente, ¿cómo se han tomado el archivo de la causa?
Es una decisión que yo creo que se esperaban si han ido siguiendo las actuaciones de la jueza. Ahora está en manos de la Audiencia que se reabra. Entre las familias la sensación es de mucha rabia porque, más allá de las responsabilidades penales, lo que sí pedían es que la jueza investigara para saber qué pasó. Sobre todo cuando trabajadores de la empresa Ferrocarriles han reconocido que se taparon y manipularon muchas pruebas. Lo menos es que la jueza hubiera querido investigar esto.
Me ha comentado antes que este no es un documental neutral, que ustedes decidieron tomar partido, apoyar la reivindicación de las familias. Más allá de que son víctimas, ¿qué elementos de peso les impulsaron a tomar esta decisión?
La primera sensación que tuvimos es de rabia hacia nosotros por no haber ido a apoyar a las víctimas y teníamos la necesidad de intentar compensar aquellos años en los que les habíamos abandonado. Pero decidimos traspasar esa frontera cuando empezamos a investigar, a entrevistarles a ellos. Te cuentan no solo ya la cuestión técnica o de los testimonios de Ferrocarril, sino, sobre todo, la gestión política. Te cuentan cómo Juan Cotino [consejero de la Generalitat por entonces] había ido a los tanatorios repartiendo tarjetas y casa por casa ofreciendo dinero y trabajo para que las familias se desactivaran, para desactivar la vía judicial. Eso sale a raíz de unas entrevistas que les hicimos y que ni habían hablado entre ellos. Luego te llega el archivo de Canal 9, los cuatro días de cobertura mediática, y cómo la argumentación que utiliza el PP es exactamente la misma que utilizó Canal 9 durante cuatro día para explicarles a los valencianos que aquello había sido un accidente totalmente imprevisible e inevitable y que no había ninguna responsabilidad política. Ves la estrategia del Gobierno y de Canal 9.... y la línea argumental es la misma. Y piensas que alguien se tiene que sentar a pensar cómo se gestionaba políticamente este tema. Y eso fue lo que más rabia nos dio, porque descubrimos que había habido una intención política de silenciar todo aquello y que el Gobierno regional se había negado a recibir a las víctimas.
Algunos periodistas de Canal 9 hicieron autocrítica de sus informaciones sobre el accidente, pero lo hicieron cuando se enteraron de que el Gobierno iba a cerrar la cadena. ¿Cree que fueron sinceras aquellas disculpas, que llegaron tarde o que habrían llegado si no se hubiera cerrado la televisión?
Es un tema delicado y la película incide en esto, en los medios de comunicación y los periodistas valencianos que no estuvieron a la altura. Llegó tardísimo ese perdón. Tarde y en esas circunstancias. Bienvenido sea que reconocieran ante los valencianos que conscientemente se había silenciado aquello, pero es muy triste que haya tenido que llegar una situación en la que se vean tan al límite como para tener que hacer una limpieza de conciencia. En el documental hemos querido hablar con los periodistas de Canal 9 pero solo accedió un solo editor, y ya estaba el ERE en marcha y él hablaba porque era sindicalista y, de algún modo, estaba más protegido. Más allá de su testimonio fue imposible conseguir otros.
Presentadora de Canal 9 durante la cobertura sobre el accidente de metro de Valencia
¿Por qué?
Por miedo. En cualquier comunidad en la que un mismo Gobierno ha gobernado durante tantos años y controla todos los resortes del poder... En Valencia la gente tiene mucho miedo a hablar porque se les controla y se les amenaza. En Canal 9 solo tuvimos acceso a dos o tres personas de una plantilla de casi 2.000 trabajadores. No hablan porque saben que se la juegan ellos y sus familias. Cuando controlas todo la gente tiene miedo.
A Jordi Évole le dijimos: "Mira, hemos investigado hasta aquí, pero donde no podemos llegar nosotros es a interpelar a los responsables políticos de arriba". Y ves que Jordi Évole sí reúne las suficientes agallas como para coger a Juan Cotino y preguntarle directamente por el accidente. Eso no había pasado nunca. Muchos periodistas e incluso políticos de la oposición nos decían que tuviéramos cuidado porque estábamos tocando un tema delicado y que estábamos apuntando a un señor, Juan Cotino, que tenía mucho poder. Pero qué íbamos a hacer, ¿dejar de contarlo? Esa plaza llena posterior al 'Salvados' significó muchas cosas. Perderle el miedo a los políticos, a reivindicar, a exigir, y cambió todo: la justicia, la sociedad y los medios.
Jordi Évole con Juan Cotino, expresidente de las Cortes Valencianas
Se critica la cobertura de Canal 9, pero, ¿el resto de medios sí hicieron las cosas como debían?
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Cuando pasó el accidente, informativamente no había mucho más porque los trabajadores de Ferrocarril no hablaban ni filtraban información. No había nuevos hechos, así que era complicado que los medios le dieran seguimiento. Otra cosa es que más allá de cubrir las concentraciones o de publicar lo poco que se iba filtrando, no se hubiera diseñado una estrategia periodística de querer profundizar, de investigar mas allá de la versión oficial y de buscar responsables. No había necesidad en ensuciar la imagen de Valencia porque decían que ibas en contra de los valencianos. El poder del periodismo en este caso se demostró que cuando se hace periodismo y se dan a conocer las cosas, la sociedad reacciona y el periodismo tiene capacidad transformadora. Con 'Salvados' vimos cómo cambió la realidad valenciana y esta película tiene la intención de hacer ver que las cosas se pueden cambiar, que un grupo de ciudadanos que llevaba nueve años reivindicando en una plaza ha conseguido muchísimas victorias. Y ese es el ejemplo que da este grupo de familiares de las víctimas, que la única lucha que se pierde es la que se abandona.