ENTREVISTA

Santi ('La Isla'): "Dejar de lado el orgullo y aceptar tus límites es lo más sensato que puedes hacer"

El concursante del programa presentado por Pedro García Aguado asegura que lo que más destacaría es la crudeza de la primera noche.

Por Redacción El 31 de Mayo 2017 | 15:05

laSexta emite este miércoles 31 de mayo una nueva entrega de 'La Isla', el programa de superación conducido por Pedro García Aguado, en el que catorce hombres se enfrentan a retos vitales en un entorno extremo y hostil. Uno de los protagonistas, Santi, nos cuenta cómo es esta experiencia:

Santi, concursante de 'La Isla'

¿Qué sentiste nada más aterrizar en 'La Isla'?

Toda una subida de adrenalina ya que, al poner los pies en tierra, tu instinto se dispara y tomas plena conciencia de que esa idea para la que te has preparado durante mucho tiempo es real. Sientes miedo, dudas, agresividad, valor, fuerza... toda una serie de emociones a flor de piel que apenas te permiten pararte a contemplar el entorno y focalizarte en una sola cosa, y te obligan a seguir el camino que se abre ante ti.

¿Cómo te cortaste?

Fue construyendo un cobertizo para la madera de la hoguera, ya que si llovía nuestra posibilidad de mantener un fuego se vería reducida a cuanta madera seca pudiésemos almacenar. Simplemente cortando una pequeña rama y un leve desajuste de las fuerzas arrastró la hoja del machete al dedo. Parece una torpeza de novato, pero dada nuestra deshidratación y nuestra escasez de alimentos, nuestra habilidad para manejar herramientas se tornaba en un peligroso acto, tus fuerzas te fallan, la vista se te nubla y la mente no reacciona con rapidez.

¿Crees que la intervención de Juan fue imprescindible?

Definitivamente la intervención de Juan y su supervisión durante todos los días venideros de la herida fue más que imprescindible. Sumado a una técnica muy experimentada, la mala sutura o la ausencia de Juan en aquel evento podría haber significado una mala cicatrización, infección, incluso gangrena. Debido a la profundidad del corte, si no hubiese habido un "medico en la sala" con la experiencia de Juan probablemente hoy no tendría dedo debido a las infecciones por la altísima humedad del ambiente.

Santi, concursante de 'La Isla'

Cuando te encuentras en un terreno así... ¿crees que una herida o un pequeño accidente puede llegar a ser mortal?

Definitivamente, sí. La segunda regla de la supervivencia es aceptar las leyes del entorno que te rodea y actuar según ellas. Cualquier mínimo tropiezo, un mal paso, un leve corte en la mano pueden convertirse fácilmente en accidentes mortales, por lo que extremar la precaución e incluso decidir qué hacer o no hacer es un imperativo de la supervivencia.

Ahora soy mucho más consciente del tiempo, un elemento que en una vida saturada de comodidades y distracciones carece de valor. He aprendido a valorar cada segundo que estoy vivo.

¿Qué compañero crees que ayudó más a calmar los ánimos y quién os puso más en el disparadero?

Como sonidista... ¿qué ha sido lo más difícil de compatibilizar la experiencia con una función tan importante?

Sin lugar a dudas la sed y el hambre. He estado en rodajes y festivales como técnico de sonido demoledores, pero nunca había experimentado mi profesión deshidratado y famélico. Hasta las acciones más simples se volvían titánicas, no puedes centrar la cabeza, te distraes con facilidad, el sueño te ataca constantemente, la vista se te nubla. Me costó mucho aceptar que mis condiciones físicas estaban afectando tan drásticamente al rendimiento de mi trabajo. Una lucha constante contra el orgullo y la naturaleza por conseguir que el sonido nunca dejase de grabar en aquella isla.

La inventiva de ciertos utensilios imprescindibles para la potabilización del agua, el mantenimiento del fuego, la experiencia y voz de aviso ante los peligros que nos acechaban, y aunque sea un arma de doble filo, mi neutralidad en las cuestiones personales para hacer desaparecer emociones innecesarias en un entorno hostil. Creo que esas son las cosas más destacables que puedo aportar.

¿Qué consejo darías para enfrentarte ante una situación de alto riesgo?

Conoce tus límites, respétalos y nunca bajo ningún concepto vayas más allá. En la comodidad de tu casa puedes permitirte sobrepasarlos, pero en un entorno salvaje, tu energía es un reloj invertido, y cada movimiento o cada respiración provoca que el reloj vaya más rápido o más lento. Por lo que dejar de lado el orgullo y aceptar tus límites es lo más sensato que puedes hacer.

Creo que no, ya he conseguido lo que quería, saber cuáles son mis límites. Ahora soy un poco más sabio por lo que mientras la necesidad no lo precise, disfrutaré intensamente cada segundo que me quede cerca de la naturaleza como he hecho siempre, pero con la barriga llena.

¿Cuál crees que es la clave para no desmoralizarse después de tantos días casi sin agua, sin alimento...?

¿Cómo ha sido la experiencia con la naturaleza? ¿Qué conocimientos has podido poner en práctica?

He comprobado que especialmente en las situaciones más hostiles y salvajes, tu supervivencia depende casi exclusivamente de tu habilidad para adaptarte al entorno. Un aprendizaje que no ha sido nada fácil debido a todas las emociones y egos que traemos de la civilización, pero que me ha permitido comprobar algo que desde pequeño me enseñaron. En la naturaleza salvaje, tú no eres la especie dominante, adáptate o sufrirás.

He podido usar casi todos los conocimientos que he aprendido durante toda mi vida, pero lo mejor que me llevo, es haber aprendido otros muchos nuevos que aprendí de los demás compañeros.

Pedro García Aguado presenta 'La Isla'

¿En esos primeros días sin agua, pensaste en abandonar?

Creo que, como todos, alguna que otra vez se me pasó por la cabeza, pero tú mismo te repites que esas emociones son fruto del cansancio, que son efímeras, y gracias a ver las conquistas y apartar las derrotas, el tirar la toalla solo se convertía en un mal sueño.

De tu tiempo allí, ¿qué momento destacarías?

Uno de los momentos que destacaría... es la crudeza de la primera noche. Lo que aparentemente sería una tranquila velada al raso en una isla, se convierte en un bofetón de realismo que no te deja dormir. Es cuando sientes el frío y la humedad calar por todo tu cuerpo, como te pican a más no poder miles de insectos, como el cansancio y la deshidratación hace que no sientas parte de tu cuerpo, y el saber que estas muy muy lejos de casa y que vas a seguir así de jodido durante mucho tiempo es lo que te indica que la cosa va en serio, ahí empezaba realmente la aventura.