'Fear The Walking Dead' 3x01 Recap: "Eye of the Beholder"

Comienza la tercera temporada de 'Fear The Walking Dead' con un episodio cargado de momentos de tensión y acción. Si hacemos memoria la temporada anterior acababa con la familia huyendo del hotel y siguiendo la pista de Nick. Por su parte, el propio Nick acababa envuelto en una emboscada junto a Luciana y otros miembros de la colonia, dejándonos el futuro de cada uno de la familia sin decidir. En este inicio, por fin sabremos si consiguen salir con vida y si vuelven a reunirse.

En este primer episodio de la tercera temporada de 'Fear The Walking Dead', titulado "Eye of the Beholder", Travis, Madison y Alicia llegan a una base militar en la que les volverán a separar. Por un lado, Travis será dirigido hacia una sala con otros presos, por otro lado, Madison y Alicia serán aisladas en una habitación con muchas más comodidades esperando a que decidan qué hacer con ellas. Además, allí se producirá el encuentro con Nick y Luciana, momento en el que reunirán fuerzas para luchar e intentar salir con vida de ese lugar. Veamos al detalle lo ocurrido en este primer capítulo.

Llegada a una base militar

Tras la emboscada en la que se vieron envueltos Nick y Luciana, como era de esperar Madison, Travis y Alicia han caído en la misma trampa intentando seguir la pista del chico. Ahora están todos retenidos en una base militar, un nuevo emplazamiento en el que observamos a gente de todo tipo. Por una parte, destacan unos jóvenes militares vestidos de uniforme y armados que no dudan en asesinar a todo aquel que esté herido o muestre signos de debilidad. Por otro lado, tenemos a los rehenes, seres inocentes que son utilizados para experimentar cuánto tarda una persona en convertirse en caminante una vez muerto, algo que parece divertirles a esos supuestos militares

El primero encontrarse con Nick y Luciana es Travis, ya que le han llevado al mismo lugar donde les hacen esperar para después ser asesinados, instante en el que Nick se entera de la muerte de Chris y del cambio de actitud de Travis, que no duda en prometerle al chico que va a hacer lo imposible por sacarles de allí. Por otra parte, Madison y Alicia se encuentran a salvo en un lugar mucho más agradable, solo por su condición de americanas. Allí conocen a Troy, un joven aparentemente simpático que parece ser el cabecilla. Sin embargo, ambas desconocen cuál va a ser su destino e intentan salir de allí de todas las formas posibles para encontrar a Travis y a Nick.

El fin del mundo tal y como lo conocemos provocó que las normas desaparecieran y, poco a poco, vamos viendo cómo lo peor del ser humano sale a relucir. En este caso, los jóvenes militares se han convertido en los primeros villanos de esta temporada, decidiendo quién debe morir en un estúpido juego con el que solo buscan apostar y divertirse y, de paso, eliminar a todo aquel que sea débil o incluso que no sea compatriota, un acto de lo más racista y miserable.

La lucha por mantenerse unidos

El afán por reencontrarse y permanecer juntos es el motivo que provoca que la tensión aumente en la segunda mitad del capítulo. Travis y Nick hacen muestra de su ingenio compinchándose con Steven, uno de los rehenes, y logran salir del habitáculo justo antes de que Travis fuera ejecutado. Cierto es que no les ha resultado muy complicado engañar a los supuestos militares, pero simplemente por el hecho de que ellos poseían armas que podían haber usado y haberles matado al instante, ya ha sido muy valiente el acto que han realizado.

Sin embargo, la estrategia se viene abajo cuando Travis es capturado y Steven asesinado, siendo Nick y Luciana los únicos que han conseguido llegar hasta un túnel para buscar un camino hacia el exterior. Durante ese periplo descubrimos que Nick está verdaderamente enamorado de Luciana, ya que no piensa dejarla abandonada, aunque la joven suponga un lastre en su huida porque las heridas y el dolor le impiden avanzar con normalidad. A duras penas consiguen llegar al exterior, pero se dan cuenta de que están rodeados por una gran horda de caminantes. Nos alegramos de que las cosas no sean tan sencillas porque escapar estaba resultando un juego de niños.

Mientras tanto, Madison y Alicia hacen lo propio para salir de la oficina en la que las tienen retenidas. En capítulos anteriores pudimos comprobar que las dos están dispuestas a hacer cualquier cosa sin importarles las consecuencias, dejándonos ver un lado oscuro de ambos personajes. Quizá la fuerza por salvar a sus hijos y a Travis sea lo que haga que Madison tenga esa garra y ese coraje para luchar cuerpo a cuerpo con Troy y conseguir inmovilizarlo al clavarle una cuchara en el ojo y usarlo como moneda de cambio.

Al mismo tiempo, Travis es lanzado a una fosa repleta de caminantes, a los que tiene que derrotar para poder salir con vida. Y Alicia se convierte en el ángel de la guarda de Nick y Luciana al ayudarles justo cuando estaban siendo atacados por un caminante. Con la aparición en escena de Jake, que descubrimos que se trata del hermano de Troy, un chico mucho más comprensivo y amable, la situación se calma y todos son liberados, permitiéndoles reunirse y que todo acabe de repente y con un final feliz.

Separados de nuevo

Con las cosas aclaradas -hablando se entiende la gente- todos se reencuentran en una emotiva escena donde la paz y la armonía se convierten en protagonistas. Sin embargo, el orden y la tranquilidad desaparecen cuando se ven sorprendidos por los caminantes que han llegado a entrar por los túneles que quedaron abiertos por culpa de Nick. Así pues, la emoción vuelve a imperar en un final en el que la vida de Madison y su familia corre peligro.

Si eres de los que disfrutan viendo cómo los caminantes van cayendo uno a uno, los minutos finales serán de tu agrado, sobre todo cuando Madison y Nick trabajan codo a codo para conseguir que todos logren salir de la base con vida, acabando con cualquier caminante que se pone a su paso. Travis no se queda atrás, no solo salva la vida de Luciana y ayuda a Alicia, sino que también, rifle en mano, demuestra su buena puntería.

Las circunstancias han provocado que se vuelvan a separar de nuevo, aunque bajo la promesa de que van a ser trasladados al mismo sitio, un rancho regentado por el padre de Troy y Jake y que parece el único lugar seguro. No obstante, resulta de lo más lógico que ninguno se fíe de ellos cuando no han hecho otra cosa que atacarlos e intentar asesinarlos. De momento se tienen que conformar y confiar en llegar al mismo sitio, aunque unos vayan en helicóptero y otras por carretera, con la esperanza de poder abrazarse de nuevo.