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Conway parece no querer sacar partido de su pasado como héroe y es tanto su esfuerzo que hace que sea muy evidente el hecho de que esconde algo. Es tan obvio que no hay personaje en 'House of Cards' que no lo piense. LeAnn está detrás de una llamada, el candidato republicano se está sometiendo a un maratón de preguntas el día antes de las elecciones, que debería haber dejado en apuros a Will. Un testigo que prefiere callar, quizás dejando que la metralla de la futura explosión engorde.
Chapter 55
Las cosas no pintan muy bien para los Underwood. Claire está confiada aunque algo desesperada por dar un golpe de efecto mientras que Frank está exhausto, apenas le queda voz, y con pocas ganas de medrar. El gobernador y ex-vicepresidente Matthews, no cumple su parte del trato en cuanto a la militarización los centros electorales. Doug consigue hacerle cambiar su opinión y vemos aquí cómo el presidente anda en horas bajas cuando le dice a su mano ejecutora que se ha excedido. Nada altera más a Stamper que desagradar a su jefe. Eso le lleva a casi finiquitar su extraña relación con la viuda de Moretti y, lo peor de todo, casi le hace volver a beber alcohol.
Conway en 'House of Cards'
La tensión entre el presidente y la secretaria Durant es palpable, al mostrarle ésta alguna que otra bala que podrían usar en su campaña "contra" el miedo, por muy de bajona que ande Francis. Lo mismo le ocurre con Conway cuando, casi a la desesperada, decide llamarle en su maratón de preguntas. Ambos andan tan cansados que su conversación parece no pasar de la anécdota.
Francis y Claire, con Tom de fondo, en 'House of Cards'
El gran día llega y los Underwood se dedican a ver 'Perdición' de Billy Wilder. Parece que es la tradición en un día de elecciones. Siempre les ha traído suerte pero en esta ocasión debe ser interrumpida cuando indican a Frank que la participación es extremadamente baja en Carolina del Sur. Cuando todo parece perdido ambos prometen seguir juntos sin ningún tipo de condicionantes: "Esta es nuestra casa. No vamos a irnos".
Knock, Knock
"Chapter 55" ha estado repleto de detalles. Desde Doug inscribiendo, a modo de despedida, sus iniciales en el cajón de la mesa del despacho oval hasta la gloriosa escena de los Underwood diciendo las frases de los personajes de 'Perdición' del gran Billy Wilder. Antes de esto habíamos presenciado otro gran momento: Frank y Claire conversando sobre Tom, mientras éste permanecía dormido, como un bebé, en la cama que últimamente comparte con la primera dama.
Claire y Francis en 'House of Cards'
Estas escenas nos han mostrado el lado más fetichista de Frank y, quizás también, su lado más vulnerable. A la muerte de su amigo Tim se ha sumado su casi segura derrota electoral. Esta combinación saca su lado más humano. Algo derrotista, o simplemente realista, presenciamos la caída de la persona más poderosa del mundo. Sólo cuando se asoma al vacío para regresar el auténtico Frank, que quizás se aplica para sí mismo aquello de que alguien que está destruido se convierte en alguien indestructible.
Doug en el despacho de Matthews en 'House of Cards'
Tanto detalle y tanto guiño cinéfilo precisaba de una fotografía especial. En este sentido 'House of Cards' hace, una vez más un alarde de escenas enmarcadas en decorados que multiplican por diez el peso narrativa. Dos ejemplos claros son los planos en el kubrickiano despacho del gobernador Matthews o la escena de Francis y Claire con sus sombras cayendo sobre el proyector, en el que a su vez podía verse a Fred MacMurray y a Barbara Stanwyck.
