5 razones por las que Alonso de Entrerríos ha conquistado a la audiencia de 'El Ministerio del Tiempo'

Alonso de Enterríos llegaba a la vida de la audiencia de 'El Ministerio del Tiempo' bajo la apariencia propia de un soldado del siglo XVI forjado en la batalla, con una visión de la vida que distaría de cualquier perspectiva que se pudiera dar en la actualidad. Sin embargo, el personaje de Nacho Fresneda ocultaría bajo sus vestimentas una personalidad que conseguiría meterse en el bolsillo a cualquier ministérico que se precie.

La amenaza de la horca con los Tercios de Flandes como telón de fondo obligaron al aguerrido soldado a abandonar su mundo conocido, con el corazón dividido entre el acérrimo amor que dedicaba a su esposa e hijo y la necesidad de sobrevivir. Y menos mal que tomó la mejor de las decisiones porque sin Nacho Fresneda y su Entrerríos en este elenco la serie no hubiese sido, ni por asomo, lo mismo. Por eso, desde FormulaTV celebramos el cumpleaños del actor y su paso por la ficción de viajes en el tiempo de TVE ensalzando los valores que representa este protector del tiempo así como el cambio vivido en las tres temporadas.

1 La lealtad

El mejor compañero al que podrías acudir. A pesar de los tintes machistas que se dibujaron en el personaje en la primera temporada propios de la mentalidad de la época a la que pertenecía, el soldado ha demostrado ser un amigo fiel a su patrulla, sobretodo para Amelia, con la que ha compartido las idas y venidas de Julián y Pacino, siendo el compañero en la sombra que salvaguarda el bienestar de la universitaria del siglo XIX.

Aunque inseguro por sus desconocimientos, nunca dudó en apoyar a los que considera como su familia, poniendo en más de una ocasión su vida en peligro. Y así ha sido, a lo largo de estas tres temporadas Alonso ha sido el gran salvador de muchos de los protagonistas. Regresó a tiempos de la inquisición a lomos de una Harley en ayuda de Ernesto, viajó hasta la mismísima Filipinas para recuperar a Julián y se convirtió en la mano derecha de Pacino para descubrir los planes de los "eslavos". Un compañero hasta el final que no dudaría en dar su vida por los que rodean su día a día.

2 El honor

Valor propio de todo soldado que se precie. El personaje de Nacho Fresneda cumple con sus valores hasta en los momentos donde es difícil mantener las buenas formas, y todo porque cree fervientemente en sus principios. A pesar de haber cambiado de tiempo, el soldado mantiene los valores que le hicieron grande en su época y en numerosas ocasiones ha hecho referencia al honor como la mejor arma de la justicia.

De esta manera se muestra una de las mejores facetas del personaje. Entrerríos no tiene miedo a nada, aunque suela ver signos de malfario en casi cada capítulo, y a la hora de la verdad se enfrenta a cualquier peligro en pro de aquello que considera justo.

3 La inocencia

Lo mejor que han podido hacer los hermanos Olivares era trasladar a Entrerríos de tiempo y exponerle a un mundo tan distinto al suyo. En contra de su imagen de soldado pulcro y moderado, la llegada del personaje de Nacho Fresneda al siglo XXI resulta un nido de todo tipo de anécdotas de lo más simpáticas para la audiencia.

Tal es así, que Alonso te conquista por ese carácter a veces aniñado al descubrir sus nuevas realidades. Lo más común del mundo actual se convierte en un juego indispensable con el espectador. De esta manera, abrir la nevera con Alonso es uno de los momentos favoritos de los ministéricos, así como su primera toma de contacto con clásicos como "Terminator", 'Historias para no dormir' o las expresiones de nuestro tiempo, que se toma demasiado al pie de la letra, y sobretodo, su incapacidad para leer entre líneas. ¿Cuántas veces Pacino intentó estar a solas con Amelia y Alonso se unió al plan sin enterarse de las intenciones?

4 El amor

La trama principal que escondía este personaje en su debut en la ficción de TVE era su devoción hacia su mujer y su hijo. A lo largo de las primeras temporadas se pudo comprobar cómo el personaje se debatía entre los principios "inamovibles" del Ministerio o la protección de su familia.

Finalmente, el personaje siempre sucumbió al amor tranquilizando a Blanca en alguna que otra escapada a modo de espíritu y salvando a su hijo de una muerte segura en la destrucción de la Armada Invencible, encargándole proteger a Lope de Vega en el San Juan y cambiando así su destino final. Una curiosidad que ofrece esta historia tras el personaje es que Nacho Fresneda compartió escena con su verdadero hijo durante el encuentro entre padre e hijo ficticios en la infancia del segundo. Por otro lado, el amor tiene múltiples formas, y la llegada de Elena a la vida del soldado muestra esa solidaridad del personaje, que a pesar de sus diferencias culturales lucha por adaptarse y entender lo nuevo que le podría traer un amor tan acólito del original.

5 La evolución

Si alguien ha tenido que luchar contra sí mismo y aprender a adaptarse ese ha sido Alonso. Arrancando una sonrisa al espectador, el personaje de Nacho Fresneda se ve expuesto a realidades muy distintas de las de su tiempo y, con paciencia, se ha asegurado un lugar en la nueva época que ocupa.

Pero no solo este tipo de realidades han hecho evolucionar el carácter del personaje, sino que sus tramas con el resto de protagonistas han ido formando a un Alonso que se aleja de aquel primer soldado. Su férrea creencia en las normas, así como del poder y de los principios del país han ido convirtiendo a Entrerríos en un individuo más complejo y, por tanto, completo.

6 Bonustrack: El pegamento de la patrulla

Aunque Javier Olivares ha asegurado en numerosas ocasiones que la patrulla está concebida para que puedan entrar y salir personajes, es cierto que Alonso se dibuja como el personaje visagra de unos y otros. Porque, si bien es cierto que las relaciones de Amelia con Julián y Pacino han acaparado la atención, no menos importante son las que se desarrollan en primer lugar con el soldado y que suelen ser la primera prueba de que el nuevo miembro funciona con la patrulla.

Así pasó con Julián, cuya amistad con Alonso fue haciendo que este abriese los ojos con las nuevas realidades a la par que el médico se convertía en testigo mudo de la chispa que nacía entre el personaje de Rodolfo Sancho y Aura Garrido. Con la llegada de Hugo Silva, el proceso tuvo el mismo recorrido llegándose a crear una relación más cómica e interesante para el espectador entre el policía de los 80 y el espadachín.