Un comensal de 'First Dates' cuenta su trágica historia: "Mi hermano y yo fuimos secuestrados en Venezuela"

Joaquín asistía a 'First Dates' con una dura historia a sus espaldas: "Mi familia fue perseguida, mi hermano fue secuestrado, y yo fui secuestrado". Así es como el comensal venezolano ha comenzado a contar su larga historia nada más entrar en el restaurante. Además, los momentos duros por los que tuvo que pasar le han marcado tanto que, de alguna manera, le han influido a la hora de conocer a alguien: "Creo que por eso no ha salido bien la historia con las personas que he conocido aquí, porque conocerme a mí es también conocer la realidad de un país y tener que cargar con eso a cuestas".

El comensal se definía como un chico simpático a la vez que recibía a Dante, su compañero de mesa. Por si fuera poco, nada más verse se han reconocido, y es que Joaquín conoció a este chico en su lugar de trabajo para hacer un casting de modelos para un catálogo. Pese a que el fotógrafo no quedó convencido con Dante, Joaquín trató de que este fuese elegido.

Varios meses después, el destino los ha vuelto a unir, ¿tendrán más suerte en esta ocasión? Lejos de caer en respuestas ambiguas, Joaquín lo tenía claro desde el principio: "Me parece un chico guapísimo". Sin embargo, Dante se ha mostrado menos receptivo, ya que su compañero no le dejó un recuerdo especialmente bueno: "Fue una persona demasiado insistente en el momento". Pese a ello, ha querido tener la cita con él.

Pasar de largo

A la llegada del final de la cita, Joaquín ha dejado que fuese su compañero quien respondiera a la pregunta de si quería tener una segunda cita. Por suerte o por desgracia, Dante ha decidido no volver a quedar con él llegando así a un final en el que sus respuestas no estaban encajando demasiado. A Dante le gustaría poder saludarse con su compañero si algún día se cruzan en la calle, algo a lo que Joaquín ha respondido: "Siempre nos saludamos". Aún sin ponerse de acuerdo, ambos se han despedido cordialmente y, al menos, les queda la esperanza de volver a cruzar sus palabras.