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El plan de Netflix se presentaba ambicioso cuando anunció, allá por 2013, que produciría cuatro series de superhéroes que acabarían culminando en un crossover. A pesar de estar decididos a ello y de la cierta independencia de la plataforma con respecto al éxito de audiencia, los planes a largo plazo son una rareza en televisión y siempre pueden variar en función de la respuesta del público. Sin embargo, nada ha detenido el proyecto heroico y este 18 de agosto llega a nuestras pantallas 'The Defenders', la culminación de la Fase 1 de Marvel y Netflix.
En 'The Defenders' Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist se ven obligados a sumar fuerzas para hacer frente a una gran amenaza que acecha Nueva York. Tal y como veníamos viendo en las anteriores ficciones, La Mano ha conseguido extender su poder sobre la Gran Manzana y cada uno de los héroes por separado no es capaz de detener a su nuevo arma humana: Elektra. No son amigos, ni posiblemente aliados de por vida, pero los cuatro protagonistas saben que se necesitan los unos a los otros, que su ciudad y el mundo entero necesita su unión.No es una unión fácil. De hecho, los cuatro héroes elegidos por Netflix y Marvel tienen un marcado carácter solitario poco dado a la cooperación del que el espectador es consciente en todo momento. Lo positivo de que los cuatro personajes hayan sido presentados previamente en su propia serie es que somos conocedores de cada uno de sus universos y el choque de trenes que se produce en sus escenas conjuntas es palpable. Cada uno mantiene sus propios métodos, su propio código moral. La alianza de los Defenders no anula, en ningún caso, la personalidad única de cada superhéroe, para alegría de los fans de las anteriores ficciones.
El encuentro entre los cuatro superhéroes de 'The Defenders' resulta en una colorida explosión. Literalmente.
Charlie Cox, Krysten Ritter, Mike Colter y Finn Jones mantienen, pues, su integridad mientras tratan de encontrar un tono equilibrado para el crossover, uno de los mayores retos de esta nueva serie. Matt Murdock y Jessica Jones se disputan el liderazgo del grupo, a la vez que Luke Cage se distingue como la fuerza bruta y Danny Rand como el desahogo cómico entre tanta intensidad. Secundarios como Karen (Deborah Ann Woll), Claire (Rosario Dawson), Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss), Foggy (Elden Henson), Trish (Rachael Taylor) o Colleen (Jessica Henwick) hacen sus apariciones en su justa medida, lo suficiente para que no los echemos de menos y sus tramas con los protagonistas avancen ligeramente.
Por su parte, y tal y como nos adelantaban Cox y Jones en una entrevista, la actriz Sigourney Weaver eleva la serie con su interpretación de Alexandra, la fiera villana al frente de La Mano. Weaver sorprende con un personaje frío e inquebrantable que se atreve incluso con las escenas de acción; aunque, como todos los personajes de Netflix y Marvel, esconde su propia psicología. Esta se va descubriendo a través de la genuina relación que establece con Elektra (Elodie Yung), una especie de vínculo tóxico de madre-hija del que la examante de Murdock trata de escapar en su búsqueda por reconectar con su yo pasado, aparentemente muerto.
Sigourney Weaver (Alexandra) se atreve en las escenas de acción con Elodie Yung (Elektra) en 'The Defenders'
En cuanto al ritmo de la serie, cierto es que en un principio se podría esperar que fuera mayor, dado que la temporada cuenta con tan solo ocho entregas. Los primeros episodios presentan la amenaza de La Mano y descubren qué ha ocurrido con los personajes tras los cliffhangers de sus respectivas ficciones -porque sí, lo que ocurre en 'The Defenders' tendrá continuidad en el resto de las series-, por lo que el espectador debe esperar hasta el tercer capítulo para empezar a ver a los cuatro superhéroes poniendo en marcha un engranaje común. Una introducción quizás demasiado extensa da paso, no obstante, a un ritmo mucho más vertiginoso desde el momento en que los protagonistas entran en contacto.
'The Defenders' es la culminación de las historias que comenzaron a plantearse en las cuatro series anteriores y, a la vez, su continuación. Cada uno de los personajes mantiene su esencia mientras la ficción encuentra su propio tono, algo que, como curiosidad, queda patente a nivel visual: cada héroe se identifica con un color (Daredevil, el rojo, Jessica Jones, el azul; Luke Cage, el amarillo; Iron Fist, el verde) que invade la iluminación y etalonaje de cada escena y hasta la ropa que llevan puesta. Cuando por fin se juntan en un restaurante chino, los neones de los distintos colores invaden la imagen con un resultado visual tan explosivo como el grupo. Los detalles están cuidados al milímetro y el esperado crossover se convierte precisamente en lo que todo fan de las historias de superhéroes lleva años esperando ver en televisión.