'¿Quién quiere casarse con mi hijo?': Conoce a los cinco nuevos participantes de su quinta edición

Los tróspidos regresan a Cuatro. El conocido dating show de Cuatro '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' ya engrasa la maquinaria para el estreno de su quinta temporada. El formato que conduce Luján Argüelles ha presentado ya a sus nuevos pretendientes, que en esta entrega afrontarán la siempre difícil tarea de encontrar pareja aderezada con el más potente cóctel posible: la presencia de sus madres.

El famoso programa del amor vuelve después del éxito que cosechó su anterior edición, que cerró temporada con una media de 12,6%, un porcentaje superior a la media del canal. Ahora, Cuatro ha decidido presentar a los nuevos protagonistas de las historias que deberían terminar en el altar, a no ser que sus progenitoras u otro factor lo impidan.

1 Jaime, un modelo internacional

Atractivo, seductor y con una mirada penetrante. Se apoya encima de un descapotable rojo y viste una cazadora de cuero, mientras su madre lo presenta como el partido perfecto por fuera y por dentro. "Es modelo internacional, y habla un poco de chino".

2 Fernando, "chapadito" a la antigua

Arreglado y sonriente se presenta Fernando. Con un aspecto que podría encasillarlo como el "pijo" de la edición, su madre Silvia se afana en remarcar el principal escollo que encuentra su retoño para encontrar novia: "Es chapadito a la antigua".

3 Pepe, el "marqués" de la edición

En un ambiente un tanto señorial, Joaquina habla de su hijo Pepe. El joven, dependiente de una boutique, adopta una pose recta, casi aristócrata, mientras que su madre refrenda su postura: "Tiene alma de marqués".

4 David, la joya de su madre

Charo se ocupa de presentarnos a David. Con aspecto elegante, trajeado y hechuras de alto ejecutivo, la mujer que le dio la vida le califica de "joya". Sin embargo, parece que sus pretendientas tendrán que pasar el peaje de su madre, que remarca un posesivo "mi" delante de la mención a su hijo.

5 Jesús, musculoso pero sensible

Maricruz explica que su hijo no es el representante del típico cliché de hombre de gimnasio. Mientras Jesús posa a su espalda luciendo sus bíceps, su madre trata de convencernos de que es todo fachada y que detrás de su aspecto rudo se halla una persona sentimental.