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10 frases inolvidables de Concha en 'Aquí no hay quien viva'

Recordamos algunas de las mejores frases del personaje interpretado por la gran Emma Penella.

Por Azucena PereiraPublicado: Domingo 27 Agosto 2017 12:00

El 27 de agosto de 2007 nos dejaba Emma Penella, una de las grandes actrices de la que hemos podido disfrutar tanto en la gran como en la pequeña pantalla. Hermana de las también intérpretes Terele Pávez y Elisa Montés, durante su amplia trayectoria, Emma Penella participó en películas como "Los ojos dejan huella", "Los peces rojos", "Carne de horca", "El verdugo", "La estanquera de Vallecas" o "El amor brujo"; y en varias series televisivas como 'Juncal' o 'El Quijote de Miguel de Cervantes'. Sus personajes quedan en la memoria de muchos, especialmente el que interpretó en 'Aquí no hay quien viva'.

En concreto, en la comedia creada por los hermanos Alberto y Laura Caballero, Emma se metía de lleno en la piel de doña Concha. Junto a sus inseparables amigas Marisa y Vicenta formaba un peculiar trío apodado cariñosamente por sus vecinos como "las supernenas". De las tres, Concha era la más gruñona y agarrada, puesto que siempre estaba quejándose por todo y negándose a pagar cualquier gasto inesperado. Además, era miembro activo de "Radio patio", y no perdía ni una oportunidad de cotillear a sus vecinos y visitantes de Desengaño 21, siempre que sus problemas de salud no le impidieran estar pegada a la mirilla o asomada a la ventana. Desde FormulaTV queremos rendir un pequeño homenaje a esta entrañable actriz recordando las mejores frases y expresiones de Concha en 'Aquí no hay quien viva'.

1 "¡Váyase, señor Cuesta! ¡Váyase!"

Aquí no hay quien viva

Doña Concha en una de las juntas en 'Aquí no hay quien viva'

Una de las frases más recordadas de 'Aquí no hay quien viva' es, sin duda alguna, la que doña Concha vociferaba cada vez que quería reprochar al señor Cuesta sus malas decisiones y acciones como presidente. A la voz de "¡Váyase, señor Cuesta! ¡Váyase!", Concha se desahogaba al mismo tiempo que mostraba ese odio que siempre le tuvo tanto a Juan como a su primera mujer, Paloma. En el momento en el que otro de los vecinos tomaba el relevo de la presidencia, Concha mantenía su frase, aunque cambiando el apellido, pero un "¡Váyase, señor Heredia! ¡Váyase!" ya no sonaba igual.

2 "¡Yo no pago otra derrama!"

Aquí no hay quien viva

A la derecha, Concha en una junta de vecinos en 'Aquí no hay quien viva'

En una comunidad de vecinos como la de Desengaño 21, donde pasaban las cosas más surrealistas que podamos imaginar, las derramas para hacer frente a diferentes pagos inesperados eran algo habitual, casi el pan de cada día. Sin embargo, doña Concha, en su afán de demostrar su lado más tacaño, siempre se negaba a soltar un solo euro. No es de extrañar su actitud, ya que pagaban derramas hasta para organizar fiestas o incluso para comprar un sofá para poder seguir la historia de amor de un inmigrante con una policía, aunque en esa ocasión no dijo que no.

3 "¡Chorizo!"

Aquí no hay quien viva

Vicenta y Cocha durante la falsa huelga de hambre en 'Aquí no hay quien viva'

Una de las aficiones favoritas de doña Concha era increpar e insultar al señor Cuesta siempre que pudiera. Cada vez que Juan pasaba por su lado, Concha no dudaba ni un segundo en vociferar algún que otro adjetivo para menospreciar al presidente de la comunidad. Así pues, la expresión "¡Chorizo!" se convirtió en su calificativo favorito y en otras más de sus señas de identidad, siendo utilizado especialmente cuando Cuesta comunicaba a sus vecinos que debían hacer frente a una de sus famosas derramas. Sin embargo, cuando se trataba de engañar a la compañía de seguros para sacar provecho, ella era la primera que se apuntaba.

4 "Luna de miel homosexual en Kenia, Alicante"

Aquí no hay quien viva

Concha como locutora en 'Aquí no hay quien viva'

Cubrir todos los eventos especiales que sucedían en la comunidad más famosa de la televisión era la misión preferida de Concha, Vicenta y Marisa. Cada vez que se producía un enlace, un bautizo o una fiesta, allí estaban las tres para obtener información de primera mano. Cuando Mauri y Fernando se casaron, decidieron realizar el típico viaje de recién casados y pasar su luna de miel en África, sin embargo, cuando Concha comunicó la noticia se equivocó unos cuantos kilómetros en el mapa, ya que confundió Kenia con Denia, la ciudad alicantina.

5 "Este un día nos pone a todas contra los buzones"

Aquí no hay quien viva

Marisa, Vicenta y Concha en 'Aquí no hay quien viva'

Una de las características principales de doña Concha era la desconfianza. Si hacemos memoria, le encantaba guardar sus ahorros debajo del colchón porque no le gustaban los bancos o siempre aparecía por sorpresa visitando a sus alquiladas por si habían estropeado algo de su piso. Desconfiaba de las personas y hasta de la orientación sexual de Mauri, llegando a temer que un día todas las mujeres del vecindario -incluida ella- pudieran ser violentadas por su vecino, ese que tantas veces se había declarado homosexual.

6 "¡Gentuza!"

Aquí no hay quien viva

Concha junto a Marisa y Vicenta haciendo vudú en 'Aquí no hay quien viva'

El amor de doña Concha por sus vecinos era más bien casi inexistente ya que en muy pocas ocasiones le pudimos ver demostrando algún tipo de afecto hacia alguno de ellos, más bien todo lo contrario. Si Juan Cuesta era su objetivo favorito para desahogarse, el resto no se quedaba atrás y a la mínima molestia que sintiera Concha, siempre utilizaba la misma expresión para referirse a ellos como "¡Gentuza!". Quienes tampoco se libraban del odio y la ira de Concha eran Belén y Alicia, sus alquiladas, que tenían que soportar todo tipo de improperios.

7 "A mí mi Antonio me dejó bien servida en eso"

Aquí no hay quien viva

Doña Concha en la ventana del patio en 'Aquí no hay quien viva'

Cuando conocimos a doña Concha la vimos como una mujer mayor y viuda que vivía con su hijo divorciado y su nieto. Sin embargo, antes de marcharse al otro barrio, su querido Antonio le dejó "bien servida", haciendo referencia a que había tenido una vida sexual de lo más activa durante su matrimonio. Fue una confesión bastante sorprendente porque en pocas ocasiones Concha hablaba tan abiertamente del sexo, más bien se escandalizaba ante todo con lo que tuviera con ver con la práctica de sexo y en alguna que otra ocasión le escuchamos decir otra de sus expresiones favoritas: "¡Cuánto vicio!".

8 "Levanta Vicenta, que este es mal sitio para hacerse la muerta"

Aquí no hay quien viva

Vicenta, Marisa y Concha en el supuesto velatorio de Manolo en 'Aquí no hay quien viva'

A lo largo de muchos episodios fuimos conociendo pequeñas pincelas de Manolo, el ex marido de Marisa, gracias a los comentarios de Vicenta, esos con los que siempre le recordaba a su hermana que su esposo le había abandonado. Sin embargo, un día nos sorprendieron con la noticia de la muerte de Manolo. Al ver la esquela en el periódico, Vicenta, Marisa y Concha acudieron al tanatorio, donde descubrieron que en realidad no había fallecido, sino que quería reencontrarse con su familia. Del impacto, Vicenta se desmayó, pero a Concha no le pareció el mejor sitio para "hacerse la muerta".

9 "¡Que no son horas!"

Aquí no hay quien viva

Doña Concha atenta a cualquier ruido y movimiento en 'Aquí no hay quien viva'

A cualquier mínimo ruido que le molestara, doña Concha siempre tenía algún reproche en la boca. La frase habitual que empleaba en estos casos era "¡Que no son horas!", sobre todo cuando sus vecinos armaban más jaleo de la cuenta en horario nocturno, perturbando así sus horas de descanso. Las quejas eran habituales en Concha y en la mayoría del vecindario, puesto que siempre estaban metidos de lleno en algún follón, muestra de ello son todas las veces que la policía se tuvo que presentar en Desengaño 21 para hacer frente a una pelea, a una fiesta que se iba de las manos o a negocios ilegales.

10 "¡Golfas!"

Aquí no hay quien viva

Doña Concha en una de sus visitas sorpresas a Alicia y Belén en 'Aquí no hay quien viva'

Belén y Alicia, las alquiladas del 3ºB, piso en propiedad de doña Concha, sufrieron en sus propias carnes las consecuencias de tener una casera como ella, una señora que no dudaba en entrar sin avisar para ver qué hacían sus inquilinas, esas a las que prohibía llevar hombres a casa y a las que siempre tildaba de "golfas". Y es que sus alquiladas no eran santo de su devoción, "Golfa, a ti ni agua", era una de las muchas frases que empleaba para mostrar el poco aprecio que tenía hacia Belén, Por ese motivo Belén tuvo que recurrir a Mauri para poder comprarle piso, ya que si hubiese sabido desde un primer momento que "la golfa" iba a adquirir su inmueble jamás lo habría permitido.

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