El 27 de agosto de 2007 nos dejaba Emma Penella, una de las grandes actrices de la que hemos podido disfrutar tanto en la gran como en la pequeña pantalla. Hermana de las también intérpretes Terele Pávez y Elisa Montés, durante su amplia trayectoria, Emma Penella participó en películas como "Los ojos dejan huella", "Los peces rojos", "Carne de horca", "El verdugo", "La estanquera de Vallecas" o "El amor brujo"; y en varias series televisivas como 'Juncal' o 'El Quijote de Miguel de Cervantes'. Sus personajes quedan en la memoria de muchos, especialmente el que interpretó en 'Aquí no hay quien viva'.
En concreto, en la comedia creada por los hermanos Alberto y Laura Caballero, Emma se metía de lleno en la piel de doña Concha. Junto a sus inseparables amigas Marisa y Vicenta formaba un peculiar trío apodado cariñosamente por sus vecinos como "las supernenas". De las tres, Concha era la más gruñona y agarrada, puesto que siempre estaba quejándose por todo y negándose a pagar cualquier gasto inesperado. Además, era miembro activo de "Radio patio", y no perdía ni una oportunidad de cotillear a sus vecinos y visitantes de Desengaño 21, siempre que sus problemas de salud no le impidieran estar pegada a la mirilla o asomada a la ventana. Desde FormulaTV queremos rendir un pequeño homenaje a esta entrañable actriz recordando las mejores frases y expresiones de Concha en 'Aquí no hay quien viva'.
1 "¡Váyase, señor Cuesta! ¡Váyase!"
Aquí no hay quien viva
Una de las frases más recordadas de 'Aquí no hay quien viva' es, sin duda alguna, la que doña Concha vociferaba cada vez que quería reprochar al señor Cuesta sus malas decisiones y acciones como presidente. A la voz de "¡Váyase, señor Cuesta! ¡Váyase!", Concha se desahogaba al mismo tiempo que mostraba ese odio que siempre le tuvo tanto a Juan como a su primera mujer, Paloma. En el momento en el que otro de los vecinos tomaba el relevo de la presidencia, Concha mantenía su frase, aunque cambiando el apellido, pero un "¡Váyase, señor Heredia! ¡Váyase!" ya no sonaba igual.
2 "¡Yo no pago otra derrama!"
Aquí no hay quien viva
En una comunidad de vecinos como la de Desengaño 21, donde pasaban las cosas más surrealistas que podamos imaginar, las derramas para hacer frente a diferentes pagos inesperados eran algo habitual, casi el pan de cada día. Sin embargo, doña Concha, en su afán de demostrar su lado más tacaño, siempre se negaba a soltar un solo euro. No es de extrañar su actitud, ya que pagaban derramas hasta para organizar fiestas o incluso para comprar un sofá para poder seguir la historia de amor de un inmigrante con una policía, aunque en esa ocasión no dijo que no.
3 "¡Chorizo!"
Aquí no hay quien viva
Una de las aficiones favoritas de doña Concha era increpar e insultar al señor Cuesta siempre que pudiera. Cada vez que Juan pasaba por su lado, Concha no dudaba ni un segundo en vociferar algún que otro adjetivo para menospreciar al presidente de la comunidad. Así pues, la expresión "¡Chorizo!" se convirtió en su calificativo favorito y en otras más de sus señas de identidad, siendo utilizado especialmente cuando Cuesta comunicaba a sus vecinos que debían hacer frente a una de sus famosas derramas. Sin embargo, cuando se trataba de engañar a la compañía de seguros para sacar provecho, ella era la primera que se apuntaba.
4 "Luna de miel homosexual en Kenia, Alicante"
Aquí no hay quien viva
Cubrir todos los eventos especiales que sucedían en la comunidad más famosa de la televisión era la misión preferida de Concha, Vicenta y Marisa. Cada vez que se producía un enlace, un bautizo o una fiesta, allí estaban las tres para obtener información de primera mano. Cuando Mauri y Fernando se casaron, decidieron realizar el típico viaje de recién casados y pasar su luna de miel en África, sin embargo, cuando Concha comunicó la noticia se equivocó unos cuantos kilómetros en el mapa, ya que confundió Kenia con Denia, la ciudad alicantina.
5 "Este un día nos pone a todas contra los buzones"
Aquí no hay quien viva
Una de las características principales de doña Concha era la desconfianza. Si hacemos memoria, le encantaba guardar sus ahorros debajo del colchón porque no le gustaban los bancos o siempre aparecía por sorpresa visitando a sus alquiladas por si habían estropeado algo de su piso. Desconfiaba de las personas y hasta de la orientación sexual de Mauri, llegando a temer que un día todas las mujeres del vecindario -incluida ella- pudieran ser violentadas por su vecino, ese que tantas veces se había declarado homosexual.
6 "¡Gentuza!"
Aquí no hay quien viva
7 "A mí mi Antonio me dejó bien servida en eso"
Aquí no hay quien viva
Cuando conocimos a doña Concha la vimos como una mujer mayor y viuda que vivía con su hijo divorciado y su nieto. Sin embargo, antes de marcharse al otro barrio, su querido Antonio le dejó "bien servida", haciendo referencia a que había tenido una vida sexual de lo más activa durante su matrimonio. Fue una confesión bastante sorprendente porque en pocas ocasiones Concha hablaba tan abiertamente del sexo, más bien se escandalizaba ante todo con lo que tuviera con ver con la práctica de sexo y en alguna que otra ocasión le escuchamos decir otra de sus expresiones favoritas: "¡Cuánto vicio!".
A lo largo de muchos episodios fuimos conociendo pequeñas pincelas de Manolo, el ex marido de Marisa, gracias a los comentarios de Vicenta, esos con los que siempre le recordaba a su hermana que su esposo le había abandonado. Sin embargo, un día nos sorprendieron con la noticia de la muerte de Manolo. Al ver la esquela en el periódico, Vicenta, Marisa y Concha acudieron al tanatorio, donde descubrieron que en realidad no había fallecido, sino que quería reencontrarse con su familia. Del impacto, Vicenta se desmayó, pero a Concha no le pareció el mejor sitio para "hacerse la muerta".
9 "¡Que no son horas!"
Aquí no hay quien viva
10 "¡Golfas!"
Aquí no hay quien viva
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