¿Qué pasaría si de repente mueres asesinado pero te permiten volver a la vida en otro cuerpo radicalmente distinto al tuyo aunque con una clara norma: nadie debe saber quién eras antes? Esa es precisamente la premisa de 'Estoy vivo', la nueva creación de Globomedia con Daniel Écija a la cabeza para TVE, tras 'Águila Roja'. La serie llega a la pública con el objetivo de reconquistar al público desencantado con la forma de producir ficción en TVE y sí, puede conseguirlo. Es un producto que puede funcionar perfectamente en una cadena así.
Anna Castillo y Javier Gutiérrez en 'Estoy vivo'
Nos encontramos ante una serie que está claramente producida para un público generalista. Aquí nos alejamos de series de género, enfocadas a un target concreto, volvemos a la ficción clásica, la que durante años ha funcionado en nuestro país; Globomedia quiere volver a reunir a toda la familia frente al televisor y sí, puede conseguirlo. En 'Estoy vivo' se utiliza una fórmula que ha sido llevada a 2017 con acierto y que perfectamente puede encajar a un público afín a la pública. Acción, humor y drama se unen en una serie al más puro estilo Globomedia.
Un problema: iniciar los conflictos
La serie arranca fuerte, con unos primeros minutos impactantes que logran atrapar al espectador, pero a medida que avanza el episodio se evidencia un claro problema en ella: posicionar a los protagonistas en sus tramas. Es precisamente en el final de ese piloto cuando la serie despega completamente y los conflictos empiezan a aflorar. ¿El problema de hacerlo así? Perder a espectadores en el camino.
Otro punto de la serie que chirría (y mucho) es la Pasarela del Tránsito. Ese lugar intermedio ente el mundo de los muertos y los vivos. No, no era necesario recrear un lugar tan sumamente surrealista y exagerado, posiblemente algo más discreto, sencillo y neutro hubiese funcionado mejor. Aunque hay que reconocer que ver a la mítica Julia Gutiérrez Caba en un lugar así es sin duda surrealista y genial a partes iguales.
El humor funciona... sin abusar
Más allá de eso, esta es una serie que sí funciona entre el publico al que va dirigida. Juega muy bien con la acción, con las tramas personales aunque posiblemente abusa mucho de la comedia. Ganaría muchos enteros si apostase menos por los chistes y gags, no los necesita para ser una ficción agradable, no es necesario intentar provocar una carcajada constante.
Javier Gutiérrez en 'Estoy vivo'
El gran acierto: su reparto
El reparto es sin duda el gran éxito de la serie. Javier Gutiérrez sobresale. Funciona, encarna a un personaje que parece estar hecho para él y consigue llevar el peso de la serie de una forma casi perfecta. Destacar su química con Anna Castillo, que es más que evidente. Era fundamental crear un vínculo emocional entre ambos y los dos lo consiguen. A ella también la vemos muy bien, con un papel en el que no sorprende pero con el que consigue seguir funcionando.
También lo hace Alfonso Bassave que juega muy bien con su rol de "antagonista" o Cristina Plazas que emociona y gusta a partes iguales. Alejo Sauras posiblemente es el que menos convence aunque su personaje tiene mucho que ver. Este es el más exagerado y surrealista y eso no le ayuda. Resta naturalidad a la historia y esto puede suponer un problema en próximos episodios ya que su peso es destacado.
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Conclusión
En definitiva, 'Estoy vivo' funciona. Es una serie claramente enfocada a un público generalista que puede encontrar en ella la serie que llevaba tiempo buscando. Buena estética, buenos actores y un punto de partida atractivo. ¿Su gran reto? Conseguir mantener la atención más allá del shock inicial y lograr que los conflictos que parece que arrancan al final del piloto exploten en los siguientes episodios.