'Me cambio de década' creaba gran expectación, o al menos cierta curiosidad. La pena es que esa curiosidad puede que no vaya más allá de su primera entrega que ha demostrado no ser tan potente como esperábamos. La idea es buena, potente y juega con la nostalgia que siempre es un sello de garantía, pero posiblemente podría haberse llevado por otro camino para que resultara más atractivo y creíble.
Se agradece ver un programa didáctico en prime time, donde te enseñan momentos clave de nuestra historia reciente, pero no van mucho más allá de temas como que la mujer estaba al servicio del hombre, que no había móviles ni tele (hasta que llegó) y poco más. La familia se adentra en esta época para vivir como si fueran los 60, pero el problema es que ni ellos mismos se lo creen. No es que haga falta verles sufrir, pero sí ver cómo se sacan las castañas del fuego para intentar adaptarse y no lo hacen porque se lo toman a cachondeo. Sólo se les vio luchar, prácticamente, cuando tienen que desplumar un pollo.
Arturo Valls con la familia de 'Me cambio de década'
Podrían estar los participantes más obligados a asumir sus roles, pero el problema es que dentro del teatrillo formado, la familia ni se lo creía ni se lo tomaba en serio, sino que se sentían como si estuvieran en un parque temático. ¿La hija es castigada por llegar tarde al cole? Lo asume, pero se ríe. Y así varias situaciones más. Hubiese sido más interesante si se hubiesen metido de lleno en la situación, si se notara que se juegan algo... Pero no lo hacen. Lo viven como si estuvieran dentro de una obrita de teatro con la intención de "vamos a hacer el paripé". No los vemos echar de menos ciertas cosas como, por ejemplo, los teléfonos móviles que, aunque sí que lo mencionan en alguna ocasión, no parece ser ningún problema prescindir de ellos.
Con el momento del colegio, los espectadores pudimos disfrutar de un maravilloso flashback con el que viajamos hasta 'Curso del 63', sólo que volviendo a lo mismo de lo que hablábamos antes: todo tratado de una forma muy rápida sin que los participantes lleguen a implicarse como sí que lo hacían en el otro programa. También era inevitable que 'Me cambio de década' nos recordase a la serie 'Cuéntame cómo pasó', pero son formatos diferentes y tendía todas las de perder la nueva apuesta si comparásemos ambos espacios, ya que no cuentan con el mismo prepuesto, ni tiempos para recrear las épocas, ni para ahondar en cada uno de los acontecimientos. Lo que Antena 3 te contó en una emisión, la serie de La 1 puede hacerlo en diez años.
El carisma de los participantes
Todo el programa gira en torno a una familia compuesta por dos adultos y tres jóvenes (más las apariciones de otros miembros). Los creadores del programa corren un riesgo importante: te pueden gustar más o te pueden gustar menos y lo bueno es que el casting contó con la aprobación del público. Los dos hombres tienen menor participación en el programa y quedan en un segundo plano. Esto no es negativo, pues el protagonismo de las tres mujeres, aunque dan juego entre ellas, llega a cansar.
Un gran acierto que haría que el programa fuese no solo más ameno sino también más didáctico es añadir más familias. Ver cómo distintas familias de 2017 viajan a la década de los 60 y cómo sería vivir entonces con todas y cada una de las circunstancias. Además de tener esta familia de clase media que conocimos en el programa, habría estado bien intercalarla con otra rica, otra pobre, otra con 6 hijos, otra de una raza diferente, otra formada por un matrimonio homosexual... No obstante, también se agradece que el programa no se alargue y sea eterno, pues su duración de poco más de una hora fue un acierto.
El todoterreno Arturo Valls
No es ninguna sorpresa que Arturo Valls presente un programa de Antena 3 cuando ha demostrado sobradamente que es un gran conductor que encanta a los espectadores. Arturo está correcto en esta nueva apuesta y, aunque no es un programa principalmente de humor, también hay hueco para los chascarrillos de Valls.No obstante, no estaría mal que reposase, sobre todo habiendo capitaneado tres programas este verano como son '¡Ahora caigo!', 'Ninja Warrior' o 'Me resbala'. Quizás no habría estado mal variar y apostar por otras caras del grupo como Juanra Bonet o Jorge Fernández.
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Conclusión: la nostalgia gana
'Me cambio de década' parece creado explícitamente para aquellos que ven la tele con su familia y son los mayores los que van contando sus propias vivencias a sus hijos o nietos a medida que se van mostrando temas en la televisión. Con esas anécdotas familiares y cercanas es con lo que el programa crece, logrando que la nostalgia nos emocione y consiguiendo el objetivo de Antena 3 (y el resto de generalistas): reunir a la familia frente al televisor.