Mayim Bialik, una de las actrices que más cobra en televisión por la sitcom 'The Big Bang Theory' y la estrella preadolescente de 'Blossom' tampoco se ha quedado de brazos cruzados después de conocer el escándalo de Harvey Weinstein. Como feminista consagrada que es, ha decidido enviar una carta al New York Times en la que expone su punto de vista sobre los hechos.
Selfue de Mayim enseñando su lectura
¿Qué dice esa carta?
El comienzo es toda una declaración de intenciones: "Entré en la industria de Hollywood como una niña judía, con nariz prominente, torpe y friki de once años, básicamente, una versión más débil de lo que soy ahora". A partir de ahí, lo que primero hace es contar su propia experiencia en un mundo en el que ella admite por activa y pasiva que se explota y cosifica a las mujeres tanto en pantalla como fuera de ella.
"No teníamos Internet, ni redes sociales, pero no necesitaba nada de eso para entender que no quería parecerme o actuar como otras chicas. Sabía que estaba adentrándome en un lugar que buscaba belleza física y atractivo sexual por encima de todo (...) Siempre he tenido una relación incómoda con eso de ser una trabajadora en una industria que se beneficia de la cosificación de la mujer".
Afirma que los titulares y el reportaje del New York Times ha sido de lo más desagradable, pero no lo califica como "revelación", sino más bien como "recordatorio", porque como ella dice: "el hecho de que Harvey Weinstein haya abusado de su posición de poder no me sorprende". De esta manera, condena la actuación del productor, pero prefiere ir más allá, al verdadero punto clave del asunto, aquel que puede marcar la diferencia entre que quede en un escándalo más del que quizás, veremos una película basada en hechos reales en unos años o de verdad haya hecho mella en la sociedad.
Mayim con el resto del elenco de 'The big Bang Theory'
La sinceridad de Mayim
"He crecido siendo juzgada de manera constante por mi apariencia; incluso por los miembros de mi familia. Mi nariz y mi barbilla han sido los principales objetos de discusión. De adolescente, empecé a obsesionarme con la posibilidad hacerme una rinoplastia, para poder parecerme más a Danica McKellar (...) Comencé a pensar si necesitaba implantes de pecho, para ser más como Christina Applegate, que conseguía mucha más atención por sus curvas".
"Me sentía como un troll, siempre, comparada con mis contemporáneos", confiesa Mayim en la carta. "Un crítico de televisión me describió por la review del piloto de 'Blossom' como un despropósito de rasgos que no tienen proporción entre ellos. Nunca me recuperé de eso". Con el fin de convencer a las mujeres y en una posición de poder que se ha ganado a base de esfuerzo, no duda un segundo en contar experiencias personales que puedan hacer entender su visión del caso. "Mi madre no me dejaba a usar maquillaje, me instó a ser yo misma en las audiciones y seguí su ejemplo. No dejaba que nadie me llamara 'baby' o me pidiera abrazos en el rodaje. Siempre estuve alerta".
"Al final, dejé la interpretación a los 19 años para doctorarme en neurociencia por la Universidad de Los Ángeles. Me rodeé de gente que valoraba más lo que tenía dentro del cerebro que de mi sujetador". La actriz continúa su historia, para seguir demostrando que las mujeres son las primeras que tienen que luchar por su emancipación.
"No he tenido casi experiencias con hombres pidiéndome reuniones personales"
"Después de 12 años, volví (...) Como una mujer con una apariencia no tradicional, volvía a un lugar en el que me tenían haciendo audiciones para ser la amiga rancia o la secretaria gorda, a pesar de que había conseguido cuatro nominaciones a los Emmy", cuenta, refiriéndose a 'Blossom', la serie en la que consiguió el papel protagonista.
Después de sincerarse, se sigue usando a sí misma de ejemplo para demostrar que a pesar de que existan personas del nivel de Harvey Weinstein, las mujeres pueden hacer muchas cosas para impedirlo: "Como orgullosa feminista con el mínimo deseo de hacer dieta, someterme a cirugía plástica o pagarle a un entrenador personal, no he tenido casi experiencias con hombres pidiéndome reuniones personales en sus habitaciones de hotel. Aquellas que no somos la representación de un estándar imposible en Hollywood tenemos el lujo de ser ignoradas por los hombres de poder (...) Estoy totalmente en guardia. Las mujeres deberían ser capaces de ponerse lo que quieren, de ligar con quien quieran ¿quiénes son los que deciden autorizar y vigilar nuestro comportamiento?".
Mayim Bialik, además de actriz es neurocientífica
Intenta conseguir un mundo más justo
"En un mundo perfecto, las mujeres deberían sentirse libres de actuar tal y como quieren, pero nuestro mundo no es perfecto. Nada, absolutamente nada, excusa a los hombres del acoso pero no podemos ignorar la cultura en la que vivimos". A esas alturas de la carta, Mayim Bialik decide ser lo más crítica posible, con el fin de hacer a la gente reflexionar y ahondar más en el tema.
"Creo que podemos cambiar nuestra cultura pero no va a ser algo que pase sin más. Vivimos en una sociedad que ha tratado a las mujeres como objetos durante mucho más tiempo del que Winstein ha estado viéndose con chicas ingenuas en hoteles". A partir de aquí, la actriz que da vida a Amy Farrah no se muerde la lengua.
"Que la gente celebre tu belleza no es el modo de alcanzar el sentido"
"Continuaré trabajando duro para animar a las mujeres a que cultiven esas partes de sí mismas que no van a traerles fama y dinero. Si eres guapa y sexy es genial, pero que la gente celebre tu belleza física no es el modo de alcanzar el sentido de la vida". La carta llega casi al final, así que la conclusión de Mayim es de lo más explícita, pues no se trata de una situación en la que pueda permitirse el lujo de que solo la entiendan unos pocos.
"Y si como yo, no eres un 10 perfecto, que sepas que hay gente ahí fuera que te encontrará increíble, irresistible y merecedora de interés, respeto y amor. La mejor parte de todo es que no tendrás que ir a una habitación de hotel o un casting para encontrar a esas personas".