CRÍTICA

Crítica de '¿Cómo lo ves?': Un innecesario debate para una televisión pública en el que (casi) todo falla

Carlos Herrera regresa a La 1 con un programa con aires noventeros que ni se entretiene ni se aporta nada.

Por Redacción El 16 de Octubre 2017 | 12:20

Los debates han vuelto al prime time de La 1 aunque posiblemente no de la forma que muchos esperaban. La cadena pública lanzaba este domingo 15 de octubre '¿Cómo lo ves?', un nuevo espacio de entretenimiento y reflexión de la mano de Carlos Herrera en el que cada semana se habla sobre todo tipo de cuestiones, ya sean políticas, sociales, de sexo, pareja... en definitiva, un espacio de diálogo en el que hasta los espectadores pueden participar desde sus casas opinando mediante un app para smartphones.

Plató de '¿Cómo lo ves?'

Inicialmente la idea no parece mala, es importante que una televisión pública tenga un espacio de debate y reflexión en prime time, y posiblemente esta era una oportunidad de oro para lograrlo: debate + entretenimiento. Un cóctel aparentemente perfecto para reconquistar al público que ha resultado absolutamente fallido. TVE ha vuelto a estrenar un programa que no funciona, apenas genera interés y tampoco cumple la función de servicio público que debería tener la cadena. '¿Cómo lo ves?' es un claro no.

¿Por qué esos temas?

Uno de los principales problemas que tiene el programa son los temas elegidos. "¿Usted fantasea con otros mientras mantiene relaciones sexuales? ¿Qué es lo que más le molestan que hagan en la vía pública? ¿Qué opina de la bandera de España? ¿Perdonaría una infidelidad?". Estos son sólo ejemplos de las cuestiones que se trataron a lo largo de la primera entrega. Y sí, efectivamente, nos encontramos ante debates que apenas generan interés frente al espectador. No era necesario caer en clichés, preguntas típicas y muy manidas como éstas para crear un espacio de debate más allá de la política. Hay infinidad de cuestiones más interesantes que permiten generar debates mucho más entretenidos, que aporten algo al espectador. ¿De verdad no se podía hablar de otra cosa en el programa de estreno, el que tiene que servir para enganchar al público?

Nuria Roca en '¿Cómo lo ves?'

¿Ritmo ágil? No, gracias

Como vemos, la variedad de temas fue prácticamente infinita. Se hablaron de cuestiones totalmente dispares y apenas había tiempo para debatir sobre cada una de ellas. Esta necesidad de crear un ritmo ágil, que no aburra al espectador y donde se hable de todo en muy poco tiempo es sin duda otro de los grandes fallos del formato. No es necesario acelerar tanto la conversación, se acaba generando un caos entre el público que acaba siendo contraproducente. Además, empobrece (y mucho) el debate ya que no se profundiza en ningún tema, no se permiten generar razonamientos de calidad y se acaba teniendo una sensación de vacío sobre todo lo que se habla. Mucho mejor focalizar el debate en menos temas y tratarlos mejor.

¿Dónde están los expertos?

Los colaboradores elegidos para hacerlo tampoco fueron un acierto, más bien todo lo contrario. Hay que reconocer que el grupo contaba con rostros muy potentes y reconocibles por el público como Carmen Lomana, Isabel Gemio, Pepe Navarro, Nuria Roca, César Cadaval y Santiago Segura. ¿El problema? No eran expertos en casi ningún tema, no tenían datos adicionales que aportar y finalmente, todo acababa reducido a una simple conversación entre amigos en el salón de su hogar.

Y eso no es lo que buscamos en una televisión pública como TVE. Si hay un espacio de debate y diálogo, aunque se pretenda que sea entretenido y ágil es importante que se combinen ese tipo de rostros con gente cualificada para razonar sobre cuestiones concretas. Porque no señores, no es necesario que en un debate como este tengamos a César Cadaval haciendo chistes (de dudosa gracia) durante toda la noche, no lo es. Pese a ello, sí es justo recalcar que Santiago Segura y Nuria Roca fueron sin duda lo mejor del programa, ambos dieron juego y supieron debatir con estilo y rigurosidad.

Momento del debate en '¿Cómo lo ves?'

Situaciones... ¿Reales?

Pero la situación no mejoró cuando se empezó a conectar con cuatro familias de toda España que tenían la misión de opinar desde sus hogares. Se pretendía que fuesen una de los grandes atractivos del programa y sí, también fallaron. La mayoría hablaba sin apenas tener apenas argumentos, entorpecían el debate y además acabaron protagonizando surrealistas escenas más propias de una sitcom que de un debate serio.

Carlos Herrera, correcto en su papel secundario

También es importante recalcar el papel de Carlos Herrera. Es un profesional curtido en la radio y la pequeña pantalla y aquí lo demostró. Supo repartir los tiempos y jugar con sus colaboradores aunque se mantuvo siempre en un papel secundario. ¿Podría haber dado más juego? Sí. ¿Se podría haber implicado más? También. Pero cuando contamos con Herrera en un programa sí imaginamos que va a tener un papel así, y en este caso sí convence. Es posiblemente lo poco positivo que tiene el formato.

La imagen sí destaca

Otro gran acierto de '¿Cómo lo ves?' fue sin duda su línea gráfica. Es totalmente moderna, actual y lo importante: sí aporta al debate. La forma de mostrar los resultados era atractiva (incluso se jugó con la realidad aumentada de una forma muy buena o con cambiar al público de color para resaltar los resultados) y sí, eso sí era de agradecer. En ese sentido el programa sí daba una imagen de televisión moderna y actual. Era necesario hacerlo. Al igual que el uso de la app, que también hubiese sido interesante si no hubiese empezado a fallar en mitad del programa por "los millones de personas que se la estaban descargando", según Herrera.

En definitiva... así, no

Esa es la conclusión clara que extraemos de '¿Cómo lo ves?'. Señores, no es necesario volver a la televisión de los 90, a caer en clichés y tópicos. Ésta era la oportunidad perfecta para debatir sobre cuestiones interesantes, para generar una conversación distendida con rostros reconocidos y que aporten una opinión contrastada e interesante. El formato era perfecto para tener un debate entretenido pero con rigor pero no se ha conseguido. Y yo, ¿cómo lo veo? Mal.