Kit Harington ('Juego de Tronos') habla del piloto que nunca vio la luz y de las amenazas de los productores

El actor Kit Harington ha enamorado tanto dentro de la pantalla como fuera. El que poco a poco se va labrando una fama de caballero inglés, serio y educado, parece que no tiene que esforzarse gran cosa para conseguir ese aire taciturno característico de Jon Nieve. No es un hombre de muchas palabras pero ha concedido al periódico británico The Guardian, una entrevista de lo más reveladora para conocer un poco más al actor que da vida al bastardo de Invernalia en 'Juego de Tronos'.

Poco después de dejar la escuela de interpretación, Kit Harington firmó un contrato para rodar el capítulo piloto de lo que le habían dicho que era una serie muy prometedora, de temática fantástica. Ese fue su primer papel en la pantalla. "No podíamos saber si iba a funcionar, pero era HBO, un canal americano, así que se sentía como si fuera a ser un reto enorme".

Un capítulo piloto que nunca vio la luz

Ese piloto no lo vio mucha gente, ni siquiera él. Fue el primer intento, pero no el definitivo de los creadores, DB Weiss y David Denioff, quienes guardan una copia a la que han encontrado uso. "Dicen que si alguna vez les cabreo mucho, la publicarán en Youtube", confiesa, haciéndose una idea de cómo sería verlo en un momento en el que Jon Nieve llevaba peluca y no tenía barba, mostrando la cara de niño del actor. "De vez en cuando me enseñan capturas de pantalla, como una amenaza".

"Crees que conoces el mundo y te tomas muy en serio lo que haces, vas poco a poco, con café y un guion, de negro...", Kit Harrington habla sobre los comienzos de su vida profesional en la escuela de interpretación y al momento, para. Se ha dado cuenta de que en ese momento, años después, va entero vestido de negro. "Estoy vestido de negro y hablando de cosas importantes. No he cambiado mucho ¿verdad?".

Un fenómeno televisivo mundial

Después de aquel casi "experimento" en el que Kit Harington "no se veía bien", ni "se sentía bien", dejó crecer el pelo y la barba por primera vez. Al igual que él, toda la ficción maduró y para el final de la primera temporada, ya se podía prever el fenómeno en el que se convertiría con el paso de los años.

El gran descubrimiento de Jon Snow

"¿Cómo se va a sentir Jon cuando se dé cuenta de que la mujer de la que se ha enamorado también es su tía?, le preguntan desde la redacción de The Guardian. Más que responder, lo que contesta es cómo tiene planeado actuar, para proyectar una impresión determinada: "Es como sentir que Jon ha tenido una mente enferma todo el tiempo. Esa es la manera en la que me encantaría grabarlo. Intentaré hacerlo en una sola toma", explica.

Unas escenas de sexo... difíciles de rodar

Siguiendo con el tema, también confiesa que le ha resultado bastante extraño grabar la escena de sexo tan previsible como esperada con su compañera de reparto, Emilia Clarke, la madre de dragones: "La cosa es que estaba intentando no reírme. Era como...'vale, si nos reímos, nunca conseguiremos rodar esta escena', así que lo hicimos en el menor número de takes posibles y después ya rompimos a reír".

No es desconocido todos los esfuerzos que hace la cadena para que no se filtre nada. La séptima temporada estuvo guardada bajo llave de tal forma que ni la prensa pudo acceder a ella antes de tiempo. Tanta expectación ha contribuido a convertir a sus actores en figuras que podrían competir, como le dicen en la entrevista cuando le comparan con uno de ellos a "cualquier miembro de una boy band". El actor se ve obligado a asentir en medio de un suspiro. Esa es justo la parte que menos le gusta de su vida.

"Con la fama me vuelto gruñón"

"La fama me hace sentir incómodo, me vuelve una persona gruñona y eso es injusto para mis amigos", admite, creyendo que afrontar la parte en la que más de 500 ó 600 personas acampan a las afueras del hotel en el que se hospeda es sin duda, lo peor de su vida, siendo los selfies o más bien, "esa cosa de las fotos", como él dice, lo que más rabia le da al inglés.

Una de las cosas que se ha prometido a sí mismo es que no se sacará fotografías con nadie, a pesar de que se enfaden. "Tienes que hacerlo, porque sino, empiezas a sentirte como un maniquí. Especialmente Rose y yo, que nunca nos hacemos una foto juntos porque haría que nuestra relación se sienta como si fuéramos marionetas".

Intenta separar su vida profesional de su vida personal

Harington está empeñado en conservar su espacio privado más allá del mundo en el que la noche acecha y el invierno ha llegado, sobre todo en lo que a su relación con Rose Leslie, quien fue su compañera de reparto durante dos años, interpretando a su novia en la ficción, se refiere. "No digo y no diré gran cosa acerca de eso". Es firme en su aviso, sin embargo, ofrece una visión personal muy lógica que cualquier persona entendería.

"Es mi relación y es su relación. Ella no quiere que diga nada, así que no digo nada. No tengo nada que objetar a eso. Creo que es nuestra vida privada". Eso es todo lo que dice acerca de su más que estable relación. Tan estable que su eminente boda podría ser uno de los motivos por los que la octava y última temporada de 'Juego de Tronos' se retrase hasta 2019.

Un nuevo proyecto

A pesar de que en su momento le dijera a su agente que no quería más personajes de "espadas, caballos y pelo largo", al final ha terminado por acceder a protagonizar un nuevo proyecto para la BBC en el que se ha visto implicado: 'Gunpowder', ambientado en el Londres de principios del siglo XVII. En esta ficción, Kit Harington será Robert Catesby, la mente que estuvo detrás de todo el plan de volar el Parlamento. Lo más curioso de todo esto es que ese hombre es antepasado de su familia. "He ido directo a esta clase de papeles. Actué en una serie donde tengo el pelo largo y barba y lo saqué adelante, pero eso no quiere decir que vaya a interpretar siempre con espadas y caballos".

En más de una ocasión recuerda los tiempos pasados con cariño, hace alusión a su familia, descendientes de la nobleza inglesa en tiempos de la reina Elizabeth. "La historia de mi familia es interesante y estoy orgulloso de eso pero no condiciona lo que soy", añade rápidamente, después de percatarse de que con su historial es muy fácil que la gente le tache de burgués y elitista. Remarca que sus padres le enviaron a un colegio público porque ni tenían dinero ni querían enviarle a un colegio privado porque creen en el Estado, tal y como le han inculcado.