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Una de las ficciones más vistas del momento en España es, sin ninguna duda, 'La que se avecina'. A la serie de Alberto y Laura Caballero entran cada temporada muchos actores para realizar algún cameo y, algunos, para quedarse. Otros, después de un tiempo, deciden marcharse y empezar nuevos proyectos lejos de la comunidad de vecinos más loca de la pequeña pantalla. Este es el caso de Cristina Castaño. Nacida en Lugo el 30 de octubre de 1978, la actriz se convirtió en una de las más queridas por la audiencia.
La novena temporada de la serie dejó muy mal sabor de boca a los fans por la salida de la doctora Becker y, aunque las nuevas incorporaciones están pisando muy alto, la ausencia de Castaño no deja de notarse. Desde FormulaTV hemos querido hacer un repaso a los mejores momentos que nos ha regalado su personaje a lo largo de las seis temporadas que permaneció en la serie.1 Judith Becker, psicóloga y guarrilla pelirroja
Judith Becker en 'La que se avecina'
La tercera temporada de 'La que se avecina' fue la primera en la que pudimos ver a la doctora Becker en acción. Propietaria del Ático A, el personaje de Cristina Castaño no tardó nada en convertirse en protagonista. Para ejercer su profesión, la pelirroja se ganó el odio de todos los vecinos cuando montó una clínica psicológica en su propio piso. Por 60 euros la consulta y nunca -en realidad siempre- sin cita previa, Judith atendía a personas con todo tipo de problemas. Aunque desmontó la clínica ilegal, nunca dejó de recibir pacientes en su casa.
Desde el momento en el que puso un pie en Ave del Paraíso número 7, Judith Becker congenió con Raquel, Nines y Lola. Hasta que abandonó el edificio de manera definitiva supo mantener su amistad, aunque con rifirrafes bastante a menudo. A lo largo de las temporadas, su relación se fue reforzando y comenzaron a llegar nuevas incorporaciones al grupo: Maite, Alba y hasta Berta en alguna ocasión. Su manera de ser acompañada de sus dotes con los hombres hicieron que Antonio Recio le bautizara con el nombre de "guarrilla pelirroja", mote con el que se quedó hasta que dejó la serie.
2 Su relación con las drogas: esporádica pero intensa
Judith, drogada en 'La que se avecina'
Casi todas las series hacen mención a las drogas -cualquiera que sea- en alguno de sus capítulos. En uno de 'La que se avecina', Judith Becker prueba las anfetaminas y el rumbo del personaje da una vuelta de tuerca completa. En este momento, los espectadores mostraron su admiración por la pelirroja y los guionistas comenzaron a darle más protagonismo.
Un día antes de su primera aparición en televisión, Becker decidió probar este tipo de estupefacientes y el efecto que causaron sobre ella fue sorprendente. Sin poder parar quieta y con más energía que nunca, Judith montó en bicicleta estática durante mucho tiempo, limpió toda la casa y se preparó para salir de fiesta en menos que canta un gallo. Como era de esperar, cuando llegó el momento de aconsejar a los asistentes al programa de la pequeña pantalla al que fue invitada, no pudo evitar reírse a carcajadas y burlarse en la cara de todos.
3 Enrique Pastor, la piedra con la que siempre tropieza
Judith y Enrique en 'La que se avecina'
Guapa, sexy e inteligente, la psicóloga siempre conseguía lo que se proponía en lo que a hombres se refiere. En la cuarta temporada, después de romper su relación con César, la doctora comenzó a pasar consulta a Enrique Pastor. El tiempo que pasaban juntos, los aspectos que compartían y la soledad de ambos hicieron que comenzaran una relación en secreto.
Aunque Judith siempre intentó engañarse pensando que la edad no importa en el amor, nunca dudó en ocultar su idilio con el que fue concejal de Juventud y Tiempo Libre. Con sus idas y venidas, la pareja pasaba más tiempo rota que unida. Aunque ella casi siempre encontraba un hombre en el que refugiarse, se comportaba como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer; y es que Judith siempre trató de estropear sus romances con otras mujeres sin querer volver con él. Eso sí, cuando recibía calabazas, golpes a su autoestima o sus planes con otros chicos no llegaban a buen puerto, siempre volvía con Enrique. Y nunca recibía un no por respuesta.
4 La fiesta y el alcohol, la solución a sus problemas
Raquel, Judith y Rebeca en una batalla de baile en 'La que se avecina'
Como dice el refrán, siempre hay un roto para un descosido. Aunque la vida de Judith Becker nunca fue una maravilla, ella nunca terminaba de hundirse. Si caía, sus amigas, la fiesta y, sobre todo, el alcohol le ayudaban a levantar. Desde el principio, la psicóloga ha sido la primera en ponerse un vestido apretado, unos tacones y un buen bolso y salir a darlo todo a cualquier discoteca de la ciudad.
Fue en la cuarta temporada cuando empezamos a ver a la chica volviendo de fiesta sin tenerse en pie día sí y día también. Su inestabilidad emocional, una mala racha con los hombres y la bajada de autoestima que le provocó la segunda oportunidad que le dio a César, obligó a la psicóloga a refugiarse en la bebida para evadirse por un tiempo del mundo que le rodeaba. A pesar de que volvió a encauzar su vida por un tiempo, nunca ha dicho que no a un buen cubata durante sus salidas nocturnas con la "chupipandi".
5 Un DIU secreto y un aborto fingido
Judith finge un aborto en 'La que se avecina'
En este caso, Judith intentó jugársela a Enrique y acabó ella pagando las consecuencias. El amor que Papuchi sentía por la pelirroja era tal que le propuso tener un hijo en común. Aunque la psicóloga siempre le dijo que sí, en realidad sabía que por mucho que lo intentaran su marido nunca conseguiría su objetivo. O eso creía ella. La insistencia de Pastor hizo que la doctora Becker decidiera ponerse un DIU a escondidas. Por esto, a pesar de los constantes intentos y de los trucos que Enrique ponía en práctica, el bebé nunca llegaba.
Para no levantar sospechas, Judith llevó a cabo un plan malvado. Para ello contó con la ayuda de Nines y de Raquel. Con la intención de evitar más presión por parte de Papuchi, la pelirroja le mintió asegurando que estaba embarazada. Poco después y para frenar la ilusión de Enrique, tuvo la maravillosa idea de tirarse escaleras abajo en un centro comercial mientras Nines lo grababa. Así pudo fingir un aborto que puso fin a su falso embarazo. Al final, un fallo del DIU permitió que el espermatozoide más rápido llegara a su destino y terminó embarazada.
6 Fracasada en el amor: sus mil y una relaciones
Judith y Amador en 'La que se avecina'
A Judith Becker no hay quien se le resista. De todos los personajes de 'La que se avecina', el de Cristina Castaño ha sido uno de los que más -quizá el que más- relaciones sentimentales ha tenido. Hasta ahí todo bien. ¿Su problema? La corta duración de las mismas. Ella, dispuesta a encontrar el amor en todo momento, se ha llevado más palos que nadie en toda la serie. Aunque ha tenido mil oportunidades, por unas cosas o por otras nunca ha conseguido querer y que le quieran.
Primero César, después Hugo, Juanfran, Aitor, Trevor, Rafa, Matthew, Gabi... ¿o quién no recuerda a Judith con Jonathan haciendo flexiones mientras tenían sexo en la cama de la pelirroja? Pero eso no es todo. Los vecinos tampoco han podido resistirse a sus encantos: un pinchito inesperado con Amador, un quiero y no puedo con Javi y, por supuesto, una relación intensa e intermitente con Enrique. La doctora Becker tiene para todos.
7 Una experiencia lésbica
Judith y Raquel en 'La que se avecina'
Y para todas también. Después de probar suerte en el amor con hombres de todas las edades, personalidades y aspectos, Judith cambió totalmente el rumbo y tomó una decisión: probar con una chica. Se tiró a la piscina con la certeza de que peor que le había ido, era imposible que le fuera. Y, ¿qué mejor que una de tus mejores amigas para iniciarte en el mundillo?
En la despedida de soltera de Reyes, todas sus amigas lesbianas no dejaban de intentar ligar con Judith y con Raquel. Para evitarlo decidieron besarse. Todo empezó a complicarse cuando ambas se dieron cuenta de que el beso les había gustado. Tras compartir su opinión sobre los hombres, acordaron que la mejor opción era intentarlo entre ellas. Para ello subieron al Ático A y se metieron juntas en la cama. Después de unos cuantos tocamientos poco acertados y de besos aquí y allá, se dieron cuenta de que eso no era lo suyo y volvieron a la heterosexualidad. Una experiencia fugaz pero pasional.
8 El desastroso juicio contra Papuchi
Judith y Enrique en un juicio en 'La que se avecina'
La calma en la relación de Enrique y Judith duró muy poco. Tras un tiempo de mentiras y continuas discusiones, la psicóloga decidió alejarse de Papuchi y marcharse a Estados Unidos para ocultarle su embarazo y su posterior parto. Allí rehízo su vida con Trevor, un guapo americano del que nunca se olvidó. Cuando regresó a España, después de que Enrique recibiera la noticia del nacimiento de su nuevo hijo y tratara de ir a buscar a Becker a Chicago -y de su incidente en el aeropuerto al ser confundido con un terrorista-, tuvo que enfrentarse a un juicio por la custodia del pequeño Dylan.
Con Rebeca como abogada, la psicóloga intentó por todos los medios evitar ser humillada por su expareja. Aun así, no lo consiguió. Las palabras de Enrique y de su abogado lograron que la "comecocos" reconociera todas las mentiras y que terminara llorando a lágrima viva. Finalmente, ambos llegaron a un acuerdo de custodia compartida por el bien de su hijo Dylan.
9 Adiós a Mirador de Montepinar con una boda fallida
Gabi y Judith en su final en 'La que se avecina'
El decimosexto capítulo de la novena temporada de 'La que se avecina' fue el último en el que vimos a Judith Becker. El que iba a ser uno de los mejores días de su vida, terminó convirtiéndose en una auténtica pesadilla. La psicóloga iba a casarse con Gabi cuando Trevor apareció en España para romperle todos sus esquemas. La pelirroja, enamorada del americano y con la esperanza de volver con él, acudió a la iglesia pero decidió cambiar el "sí, quiero" por un "no" y salir corriendo a por su verdadero amor.
Una vez en el hotel de Trevor, Judith le declaró su amor y, justo en ese momento, apareció Megan, su supuesta expareja. Supuesta porque el americano le había hecho creer que lo había dejado con la rubia, afirmación que resultó ser mentira. Esto destrozó a la novia a la fuga, que no tuvo más remedio que volver a huir con lágrimas en los ojos y el rimmel corrido y recurrir a su segundo plato por excelencia: Enrique.