La historia de Rose McGowan no es desconocida para nadie que haya leído por encima cualquier cosa relacionada con el magnate de Hollywood Harvey Weinstein, cofundador de una de las productoras más famosas de la industria, Miramax. Weinstein acumula más de 60 acusaciones de abusos, acoso y violaciones de diferentes actrices y compañeras. A pesar de que fue Ashley Judd quien dio el paso adelante, McGowan no se queda atrás, en un intento de recobrar los 20 años que permaneció en silencio después de que este la violara.
Rose McGowan durante su discurso en Detroit
Rose McGowan cuenta que si hubiera querido, le habría sacado hasta 3 millones, dejando caer el nivel de desesperación de Weinstein, quien ya intuía lo que le iba a venir encima. Sin embargo, no lo hizo, porque "no quería su dinero". El objetivo de Rose va mucho más allá: justicia para las mujeres.
Llamamiento a todas las mujeres
"He sido silenciada durante 20 años. Me han colgado el estigma de mujer violada. He sido agredida. He sido demonizada ¿Y sabéis qué? Justo como vosotras", pronunció durante un discurso en Detroit por y para las mujeres, delante de 5.000 mujeres que empatizan con su experiencia, porque como defienden, es algo que pasa a todas horas, en todos los lugares.
"Ponedles nombre, avergonzadles, identificadles", insta Rose McGowan, con el objetivo de "limpiar la casa", dice, refiriéndose a Hollywood, después de comprobar que si no lo hacen ellas, no lo hará nadie, pues ha comprobado que aún después de contárselo a Ben Affleck y a su agente, no hubo ningún tipo de consecuencias para el magnate hasta que una mujer se atrevió a alzar la voz.