'American Horror Story: Cult': 4 claves del 7x09 que adelantan la confrontación final entre Ally y Kai

Ya en el anterior capítulo, con el cliffhanger final de la inclusión de Ally (Sarah Paulson) en la secta, quedó claro que su regreso iba a ser para dar mucha guerra. La Ally que lo temía todo ha desaparecido, y es que la nueva viene sin esas fobias que han caracterizado al personaje a lo largo de la temporada. Y con ello, Kai ha comenzado a "respetarla" dentro de todo lo que puede hacerlo en su secta misógina.

"Drink the Kool-Aid", el noveno episodio de 'American Horror Story: Cult', plantea las bases de lo que será la confrontación final entre Kai y Ally que llegará en los dos capítulos restantes. Las cartas de los dos protagonistas están sobre la mesa, ahora solo queda ver quién es capaz de jugarlas mejor y confundir al otro en esta extraña nueva alianza que han formado. De este modo, el peso de la serie recae más que nunca en ambos, aunque es un hecho lógico viendo que en el capítulo anterior mataron al doctor Vincent (Cheyenne Jackson) y al agente Samuels (Colton Haynes). ¿Quién sobrevivirá al final de temporada?

1 Cómo lavar el cerebro a tu ejército

Nos habían avisado de que veríamos a Evan Peters convertirse en líder de diferentes sectas históricas, y en este episodio lo hemos comprobado. A través de estos flashbacks, Kai le cuenta a su ejército las historias de estos "grandes" hombres mientras todos los soldados, vestidos con un pijama blanco, atienden embelesados como si se tratara de una noche de hoguera en un campamento. Kai los tiene atrapados e, incluso, pregunta si serían capaces de sacrificarse por él.

Sin embargo, y por mucho que aseguren lo contrario, no todos correrían ese riesgo. Para comprobarlo, decide emplear el Kool-Aid, la bebida que, mezclada con veneno, usó Jim Jones para que los integrantes de Templo del Pueblo se suicidaran. Pero no solo su ejército deberá demostrar su lealtad así, sino también Ally, Ivy (Alison Pill), Winter (Billie Lourd) y una desquiciada Beverly (Adina Porter). Uno de los soldados se niega a beber, por lo que termina siendo abatido a tiros. El resto, encantado, y ellas, aterrorizadas, lo hacen, pero no ocurre nada. Nada excepto otra batalla ganada por Kai en su control del pueblo. Además, ya tiene el control del concejo de la ciudad debido al sometimiento que sufren el resto de concejales, pero su siguiente objetivo es el Senado.

2 Yo soy tu padre

Ally e Ivy parecen haberse reconciliado tras el regreso del psiquiátrico de la primera. Al sentir en sus propias carnes de lo que es capaz Kai, deciden que lo mejor es fugarse, por lo que van a recoger al colegio a Ozzy. No obstante, descubren que Winter se ha llevado al pequeño con Kai. Las madres llegan a la casa, donde Kai lanza la que podría ser la gran bomba de la temporada: Kai es el padre de Ozzy y quiere pasar tiempo con él. Ozzy parece encantado; es más, lo llama padre. Ivy y Ally, por miedo a lo que le pueda ocurrir a su hijo, acceden a que pase la noche con el líder de la secta y se marchan a su casa.

Volvemos a otra noche de historias sobre sectas. Kai cuenta el final de la de Templo del Pueblo, pero Ozzy le rebate, asegurando que esa bajada divina de Dios no es lo que está escrito en Wikipedia. La templanza de Kai se tambalea, y es que el pequeño es un hueso duro de roer. Finalmente, ordena que se lo lleven castigado de la sala, no vaya a ser que los soldados comiencen a replantearse el futuro que los espera.

3 Objetivo: Verte morir

Ally parece ser otra tras pasarse tres semanas internada en un psiquiátrico y así lo demuestra a lo largo del episodio. La primera clave aparece en su reencuentro con Ozzy, cuando le regala un cómic sobre Twisty. Pero sin duda el gran momento del personaje llega en esa romántica cena que le prepara a la que todavía es su mujer. Ally ha cocinado y preparado el mejor vino, el que tomaron durante su luna de miel, y es que, como asegura, ese es un gran día. Pero lo que Ivy, quien parece estar volviendo a enamorarse de su mujer, desconoce es que Ally acaba de iniciar su venganza y ella es la primera víctima.

Ally le cuenta cómo quiso suicidarse mientras estaba encerrada, pero que pensar en la venganza le hizo perder todos los miedos que tenía y la renovó, convirtiéndola en una mujer mucho más decidida. Ivy empieza a sentirse mal, y es que Ally ha envenenado la comida y la bebida con arsénico. Mientras Ivy escupe sangre y se retuerce en el suelo, Ally le asegura que solo quiere dos cosas en el mundo: tener a Ozzy y verla morir; y ya ha conseguido la mitad. ¿Quién nos iba a decir a principios de la temporada que este personaje sería la responsable de una muerte de este tipo? Ally ha vuelto pisando muy, muy fuerte.

4 La familia unida, ¿será vencida?

El siguiente movimiento de Ally es recuperar a Ozzy, por lo que para ello acude a la clínica donde se inseminó para descubrir si Kai es el padre de su hijo como él asegura. Allí descubre que el líder miente, pero esto le ayuda a elaborar una nueva estrategia. Ally le prepara una cena a Kai en donde perfectamente podría haberlo envenenado como a Ivy, pero no lo hace. Quizá le tiene mejores planes reservados, pero por el momento le miente al entregarle un informe falso en donde se asegura que él es el padre de Ozzy.

Con este movimiento, Ally parece haber dado en el punto débil de Kai y ofrecerle el mesías que con tantas ganas esperaba (en el anterior episodio ya vimos cómo obligó a su hermana a ser fecundada por Samuels). La respuesta de Kai consiste en llevar el cuerpo sin vida de Ally a la habitación de sus padres, en donde vemos cómo su hermano yace entre ellos. Todo se vuelve bastante extraño, especialmente en ese abrazo final en el que Ally, Kai y Ozzy se funden. Ally no está nada cómoda con la situación, pero no cabe duda de que guarda un as en la manga que muy pronto se revelará.