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Samanta Villar ha vuelto a Cuatro. Después de '21 días', 'Conexión Samanta' o '9 meses con Samanta', la cadena de Mediaset España estrenó el martes 7 de noviembre en prime time 'Samanta y...', un nuevo formato conducido por la conocida periodista catalana, en el que, una vez más, vuelve a sumergirse en diferentes realidades para mostrarnos infinidad de puntos de vista que hasta ahora eran desconocidos para nosotros.
Samanta Villar en el programa 'Samanta y...'
Un arranque prometedor
Si un adjetivo puede describir los primeros minutos de 'Samanta y...', ese es impactante. La periodista arrancó el programa respondiendo de una forma tajante a los muchos que la han criticado por sus palabras sobre la maternidad. Era sin duda una declaración de intenciones: en el programa se iba a hablar claro de ese proceso, con opiniones a favor y en contra, sin filtros. Y sí, así fue, 'Samanta y la maternidad' fue uno de los pocos programas sobre este tema en el que se han mostrado realidades políticamente incorrectas como el hecho que una madre esté desencantada de serlo, o el conocer de primera mano como vive un hombre el hecho de estar embarazado. Estaba claro que si se quería relatar la realidad, no defraudar y ser consecuente con la opinión de Samanta había que hacerlo así.
Samanta Villa en un momento del programa
Una vez lanzado el cebo, arrancó el programa y pese a todo, no sorprendió. 'Samanta y...' no es más que una nueva versión de '21 días' o 'Conexión Samanta', un programa de reportajes en el que la periodista es protagonista, en el que no duda en implicarse, en emocionarse, en mostrar sin tapujos cómo vive ella esa realidad. El programa sigue por completo la estela de sus anteriores proyectos, es más, parece incluso una extensión. Su historia es la columna vertebral del formato, entremezclándose con diferentes testimonios que completan la radiografía del tema en cuestión.
¿Lo mismo de siempre?
¿Es entonces lo que esperábamos? Sinceramente, sí. La periodista no ha conseguido sorprender, no ha innovado en su forma de trabajar ni en la forma de narrar lo que ve, yo sí esperaba algo más, pero pese a todo, el programa funciona. Y sí, posiblemente no es casualidad que esto haya ido así. Está claro que el público que la sigue busca un tipo de reportaje determinado, no busca ver ni 'Fuera de cobertura', 'La línea roja' o 'Salvados', busca ver a Samanta entregada, mostrando sus miedos y debilidades, entrevistando a todo tipo de personajes, la busca a ella. Y sí, es lo que encontramos en 'Samanta y...'.
La catalana cumple, dentro de su registro, de su forma de trabajar y de narrar la realidad, pero convence. Nos encontramos ante un formato entretenido, con ritmo, que sabe jugar muy bien con los tiempos, y donde el montaje es todo un acierto. No se limita a ir mostrando testimonios, los combina para lograr una narración completa y coherente, permite que el público no desconecte. Aunque el estilo de programa que nos presenta lo hemos visto decenas de veces, yo sí me quedo con ella.
Muchas realidades, un mismo tema
Una vez tenemos claro esto, cabe recalcar la gran riqueza de testimonios que tuvo la entrega. Logró contar con un grupo de invitados que no tenía pelos en la lengua y que no dudaron en todo momento en dar ricas declaraciones peso a lo políticamente incorrectas que eran. Torito habló sin tapujos del proceso de gestación subrogada que le ha permitido tener un hijo, Soraya confesó los problemas que ha tenido con su pareja a raíz del bebé o la calidad de vida que ha perdido siendo madre y pudimos descubrir también cómo un hombre puede quedarse embarazado, presenciamos un parto y unos padres no dudaron en confesar lo desencantados que estaban tras serlo. Samanta se atrevió y consciente de lo polémica que podía ser el reportaje, sí incluyó diferentes puntos de vista, muchas realidades distintas. Así, sí.
Torito y Soraya Arnelas en 'Samanta y...'
Samanta... ¿Demasiado protagonista?
Vimos a una Samanta entregada, emocionándose frente la cámara al hablar del trabajo y sus niños, confesando lo que siente al dejar a sus niños en el colegio o mostrando cómo recoge su propia casa después de una larga tarde de juegos. Una vez más, descubrimos a la Samanta más vulnerable y protagonista y es que ella fue el total hilo conductor del programa. ¿Era necesario? Sí. El mostrarse frágil hablando de sus niños y a la vez fuerte y combativa frente a las críticas sí aportó mucho al reportaje, nos permitió adentrarnos mucho mejor en el tema, incluso identificarnos con ella. Posiblemente, muchas madres se vieron reflejadas en ello y es todo un acierto, se implica mucho mejor al espectador.
¿Pero no era exagerada? Posiblemente un poco, es probable que hubiese momentos en que podía llegar a agotar al espectador y es posiblemente su gran "pero". Es posible narrar el drama personal y a la vez mostrar todas las realidades de otra forma, se puede conseguir un relato emotivo y directo sin llegar a teatralizar tanto diferentes situaciones. Pese a ello, es lo que vimos por ejemplo en '21 días', es un sello Samanta y sinceramente, era previsible verlo aquí.
Conclusión ¿Samanta, sí?
En definitiva, 'Samanta y' sí convence, es un buen programa; que logra entretener, que cuenta con interesantes testimonios y que sobre todo, aporta al tema del que se habla, al menos en la entrega dedicada a la maternidad. Nos permite conocer diferentes puntos de vista y no hace un examen de consciencia a nadie. Ella, está entrega, sigue la línea de sus anteriores proyectos y una vez más nos deja entrar en su vida más personal. ¿Su gran error? No atreverse a innovar, a aportar algo diferente, no traer nada nuevo con el que sorprender. Pese a todo, Samanta... sí.