Hay personas que, a su paso por 'First Dates', no dejan indiferente a nadie. Ese ha sido el caso de Luis, un catalán de veinticuatro años que se describe como un amante de la purpurina y los videojuegos. Antes de la llegada de Mariano, su cita, Luis estuvo conversando con Lidia Torrent, una de las camareras, con la que habló de su peculiar pasión y a la que le enseñó su consola personalizada.
Mariano y Luis tras su cita en 'First Dates'
"Desde pequeño, soy un friki", respondió Luis, cuando Lidia le preguntó cuánto tiempo llevaba con aquella consola. "Yo salía con mis amigos, pero con purpurina", confesó el invitado, al hablar de su niñez. Fuera de la conversación, el comensal admitió que él mismo había personalizado la consola con pintura y purpurina, y que la llevaba consigo a todas partes, incluso al cine. De hecho, tenía un mote para ella: "la consola purpu".
Lidia quiso indagar un poco más y le preguntó qué era lo que le daba la purpurina que no le daba nadie más. "La purpurina es mi pasión. En mi casa, me pongo purpurina en mi cama", contestó Luis. El comensal, además, admitió que, sin la purpurina, no era feliz. "Sin mi purpurina, no soy nadie", confesaba, entre risas.
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Una cita que acabó con la puerta cerrada
Como anticipo, Lidia se quedó con la consola para mostrársela a la cita de Luis, Mariano, un chico de veintisiete años que, a pesar de sus rasgos ligeramente asiáticos, es de de nacionalidad argentina. "Ya me imaginaba que iba a venir una Drag Queen", admitía Mariano, al ver la "consola purpu" de Luis. A pesar de los ánimos de Lidia para convencer a Mariano de que la purpurina y los videojuegos no están tan mal, Luis pareció no conseguir tal propósito. Ambos comensales se fueron con lo puesto, ya que el argentino no parecía muy convencido con la filosofía pro-purpurina de Luis.