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Ha llegado la hora de poner fin al atraco más grande jamás visto televisión. 'La casa de papel' se despide de Antena 3 tras 14 palpitantes episodios que comenzaron el pasado 2 de mayo. La banda del Profesor, con un retorcido Berlín, una impetuosa Tokyo, un ingenuo Río, un Denver tierno, un Moscú protector, una cautivadora Nairobi y un desternillante Helsinki, sin olvidar al malogrado Oslo, termina su asalto perfecto de una manera tan vibrante como fue su comienzo. En FormulaTV ya hemos podido ver su desenlace y estas han sido nuestras impresiones.
Los atracadores de 'La Casa de Papel'
El espíritu del desenfreno
Marca incomparable de la casa. El último capítulo del robo a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre es tan ágil como impactante. El tiempo juega en contra de los atracadores, favoreciendo así el ritmo de una ficción que no se permite el lujo de perderse en los detalles. Era evidente que el espíritu del cierre tenía que recuperar el de la primera entrega y, por ello, la acción y las emociones se mantienen disparadas, con la firme convicción de dejar al espectador atrapado en cada secuencia, satisfaciendo así los deseos de los más acérrimos. Es lógico, la fotografía y el tratamiento impecable de la imagen te descubren los detalles que las palabras estropearían.
Un desenlace dulcificado sin límites para la imaginación
Cuando apenas hay lugar para la esperanza es el mejor momento para sacar a relucir lo más fascinante del ser humano. El desenlace de la ficción mantiene en los extremos a cada uno de los personajes, teniendo al espectador en vilo hasta el último momento. Lo más interesante: no descubriréis nada nuevo de cada atracador, rehén o policía. No es necesario, conocéis su alma, que se ha ido desnudando en cada episodio para el espectador. Con las cartas sobre la mesa con los límites de cada uno de los que componen este juego de ajedrez, solo queda ver terminar la partida y disfrutarla.
Pero tener tantos detalles en cuenta te hace perder muchos otros por el camino. El final de la serie pone en evidencia algo que se venía notando en esta última temporada, hay personajes que se han dejado algo en el camino, no son redondos. Y no me refiero a lo que sucede con ellos, más bien a lo que no sucede. Cuando al principio de todo el asalto tenías la sensación de que un secundario tendría la clave para un momento determinado simplemente te equivocabas. Queda ese sinsabor en algunos casos, principalmente en dos rehenes: Alison y, el siempre odiado, Arturito.
Denver y Mónica en 'La Casa de Papel'
Una pega muy subjetiva atañe a la dulcificación de la despedida. No aplaudáis todavía, viviréis muertes, pero insuficientes. No es una tendencia gore de una espectadora adicta al dramatismo, la muerte puede ser el menos dramático de los caminos que tome la vida, simplemente cabría esperarse otra cosa de una ficción que ha dado una vuelta de tuerca en cada paso.
Por otro lado, existe un juego con el espectador poco común en la ficción nacional pero muy usado en un mercado como el asiático: no darle respuestas al espectador dejándole usar su imaginación. Tranquilos, todo va a quedar muy "mascadito", pero habrá cosas que querríais saber o ver que no podréis. Y aunque, a priori, os pueda frustrar, es un ejercicio que os da la opción de elegir vuestra mejor versión de los hechos. ¡Ojo! Todo acabará como empezó, y hasta aquí puedo leer.
Pedro Alonso, indomable y brillante
Esta claro que en una ficción tan coral como la de 'La Casa de Papel' hay una tendencia el la que algunos personajes brillan por encima de otros pero este es, sin duda, el capítulo de Pedro Alonso. Berlín, ese esquizofrénico y perturbador personaje al que amas al mismo nivel que lo odias, se come cada escena, cada plano. Ha sido el antagonista de esta historia, el personaje al que le podías desear la muerte más cruenta, pero cuando ya no quede nada más te pellizcará la conciencia. Tiene un halo a su alrededor que consigue sacarte una sonrisa cuando apenas te quedan uñas que morder. Berlín huele a muerto desde hace tiempo, pero estará más vivo y entregado que nunca. Descubriréis el gran secreto que comparte con el Profesor, esa unión perfecta de la impetuosidad de un personaje frente al cerebro del otro.
Pedro Alonso es Berlín en 'La Casa de Papel'
Lo cierto es que hay pocos o ningún pero en las actuaciones de cada uno de los intérpretes. Alba Flores con esa raza que hechiza a la cámara o el gusto de descubrir a Darko Peric, tan serio que te hace partirte de risa. Úrsula Corberó demuestra que sabe hacer mucho más que ser una niña buena y Álvaro Morte nos rompe con el lado más humano del Profesor frente al gran trabajo de constricción de Itziar Ituño. ¡Qué manera de sufrir!.
A destacar Jaime Lorente, puro corazón y coraje que te hace desear a cada segundo la mejor de las supervivencias para Denver. No es nuevo en este capítulo, nos tiene cautivados desde el principio, pero ha sido el actor el que lo ha hecho posible. Y atentos, Esther Acebo aún tiene alguna sorpresa que mostraros. Solo terminar alabando a Enrique Arce, cuyo trabajo ha sido impecable haciéndote sufrir con cada una de sus ocurrencias hasta el último momento.