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Tras 14 capítulos trepidantes, la Fábrica de Moneda y Timbre ha quedado liberada de los atracadores que pretendían llevarse el mayor botín nunca visto. 'La Casa de Papel' ha resuelto, por fin, todos las intrigas y, aunque parecía imposible, el Profesor ha conseguido llevar a cabo un atraco "casi perfecto".
La resolución a contrareloj del juego de ajedrez entre la banda de Dalís encapuchados y la policía se ha resuelto con el triunfo de Tokyo, Río, Denver, Helsinki y Nairobi y, de paso, de Mónica y Raquel. No obstante, llegar hasta este momento ha sido un camino ardúo cuyo final se ha saldado con una pérdida importante, por lo menos para el gran público, convirtiendo al villano de la ficción en el héroe de la misión.
La calma antes de la tormenta
Ha llegado el turno de "la jarana", esa que tanto gusta en una serie que encuentra en el ritmo frenético el mejor de sus alicientes. La calma precedía al estallido de la ratonera, dejando un momento para el recuerdo y la emoción de parte de Jaime Lorente y, ya su inseparable, Esther Acebo, dejándonos con las ganas de saber cuál es el verdadero nombre del atracador. Asimismo, el encuentro entre Úrsula Corberó y Álvaro Morte dejaba respirar, al fin, a los espectadores, arrojando luz a la estrepitosa huída.
Denver, Mónica y Tokyo en el final de 'La Casa de Papel'
Mientras tanto, Raquel seguía a su presa como un sabueso a su caza, metiéndose en la boca del lobo. Poco recorrido tendría dentro de un hangar lleno de interesados en el botín, pero este encuentro ha sido clave para terminar compensando la balanza de la conciencia del personaje de Itziar Ituño hacia el hombre del que estaba enamorada. Asimismo, Ángel despertaba del coma, entregándose una vez más a sus sentimientos por la inspectora y, por lo tanto, protegiendo el mayor secreto de este atraco. Una baile de posicionamientos que ha conseguido desquiciar al director del CNI que, finalmente, no se ha salido con la suya.
La expiación de Berlín
Si hay algo que ha resultado evidentemente terrorífico en los días de encierro ha sido la convivencia con el personaje interpretado por Pedro Alonso, que tras caminar entre los extremos de la razón se ha convertido en el héroe inesperado de este final. Tras chocarse con la realidad sobre Ariadna, la que ya sentía como su novia, a puesto punto y final al intríngulis de como sería su muerte sacrificándose a favor de que el resto pudiera escapar.
Berlín le hace pasar el peor momento a Ariadna en 'La Casa de Papel'
En una escena que se tardó en rodar 3 días, se sufre la muerte del personaje, que acompañado por la chica a la que ama, y arrancando carcajadas por el terrible momento que le hace vivir, termina su paso por 'La Casa de Papel' por todo lo alto. Por otro lado, se descubre el secreto mejor guardado de la ficción, Andrés de Fonollosa es el hermano del Profesor.
Un final feliz para todos
Aunque ha costado y en muchos momentos parecía que los planes no iban a salir del todo bien, al final todas las parejas de la serie han conseguido el tan ansiado final feliz. Mientras Denver y Mónica salen de la mano con carrito incluído, sorprendente el cambio de Mónica ametralladora en mano defendiendo a aquellos que la secuestraron, Tokyo y Río salen cada uno por su lado pero mirándose de refilón, dejando al público claro que su camino juntos no ha terminado. Y es que el personaje de Úrsula Corberó ya tiene en su poder eso que les hacía comprometerse, las placas de Aníbal cuelgan de su cuello. Nairobi se queda sin plan pero rodeada de sus millones, al igual que Helsinki, que le pide irse a vivir con ella.
El Profesor y Raquel en el hangar de 'La Casa de Papel'
Sin embargo, la pareja que a más retos se enfrentaba era la formada por Álvaro Morte e Itziar Ituño pero, felizmente, han conseguido terminar su aventura juntos. Aunque la inspectora ha sacado las uñas hasta el último momento ha sido clave para que el plan saliese tal y como estaba medido a pesar del chantaje al que le sume el cabecilla del CNI. Una playa de Filipinas se escondía tras las románticas postales con las que soñaron su destino, siendo precisamente su reencuentro un guiño a cómo se conocieron, la batería del móvil.