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La actualidad informativa tiene fijada su mirada en Cataluña. Tras años de conflicto independentista, aunque los últimos meses hayan sido los más convulsos al respecto del procés, y tras convertirse en el tema estrella de las tertulias de todo programa que se precie, 'Salvados' ha decido poner de nuevo el foco en el separatismo catalán mirando hacia el pasado y sus orígenes. Jordi Évole ha citado a José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas, expresidentes de la Generalitat y del gobierno español, que fueron actores principales de los inicios de un conflicto tan dilatado desde la aprobación del Estatut en el 2006 hasta nuestros días.
Jordi Évole en 'Salvados'
Como viene siendo habitual en esta temporada, Évole usaba de telonero a, ni más ni menos, Serrat, muy criticado por sus palabras hacía el referendum ilegal del pasado 1 de octubre. El cantante señalaba que se mantiene al tanto de todo lo que está sucediendo porque "ni me evado ni quiero evadirme de lo que ocurra". De nuevo, el reconocido artista repetía el mensaje que tantas críticas le habían supuesto, precisando: "el referéndum no se planteó de la manera que se plantea una consulta popular abierta", y tras enumerar varios factores sospechosos llevados a cabo aquel día apuntaba, " yo no creo que a nadie le pueda gustar, a ningún demócrata".
A raíz del término, Serrat fijaba la vulnerabilidad a la que se estaba viendo sometida dicho concepto: "Últimamente demócrata aquí es algo curioso, es el que piensa igual que tú. Cuando me refiero a un demócrata me refiero a aquel que piensa que tus valores e ideas tienen el mismo peso que los tuyos". Igualmente, el cantante explicaba señalaba el problema de no escuchas ideas contrapuestas: "¿Por qué nos tiene que dar miedo la verdad? Me da más miedo está Cataluña low cost que nos estaban vendiendo. Este sueño que juega con lo más profundo de la gente me parece una mentira de la que todavía hay que pedir disculpas".
Serrat con Jordi Évole en 'Salvados'
Évole le preguntaba entonces como se sentía tras haber estado en el punto de mira de los independentistas, a lo que el cantautor esgrimía: "Cuando uno opina sabe que de rositas no se va a ir", y reafirmaba, "No creo en que el independentismo vaya a hacer una Cataluña mejor, por puro pragmatismo. Lo hemos visto con toda la salida de capital de Cataluña, echando por tierra todas las profecías de Artur Mas", y sentenciaba, "no me van a quitar el más mínimo derecho de sentirme catalán, como mínimo tanto como ellos".
Y así, daba paso a los que el también reconoce como factores esenciales en este proceso: "Mas porque fue el que provocó esas elecciones anticipadas buscando la mayoría del parlament e inició este process y Rodríguez Zapatero también tiene que ver porque el dijo en una campaña de Maragall que los catalanes seríamos lo que quisieramos ser y fue el que abrió la caja de Pandora", asegurando, "Desde aquel día no he vuelto a ningún meeting. Creo que él se habrá arrepentido de donde nos han llevado aquellas aguas".
"La solución de poner el término nación en el preámbulo del Estatut fue de Mas"
Llegaba entonces en momento de los expresidentes, que no se dejarían nada en el tintero, y si se lo dejaban, exponían con gestos y sonrisas. Ambos exdirigentes se enfrentaban en cada uno de los puntos con dos perspectivas contrarias pero al mismo tiempo paralelas, desempolvando viejos acuerdos que han descubierto decisiones desconocidas.
Mientras el presidente Zapatero defendía su posición y predisposición en aquella época, "Apoyé el estatuto, lo defendí en el parlamento, lo defendí el Cataluña frente a una oposición muy dura del PP y de voces de mi partido", Artur Mas se parapetaba tras el maltrato del Estado a las aspiraciones independentistas: "El Tribunal Constitucional tocó la columna vertebral del Estatuto. Es más, el Tribunal Constitucional nos expulsó de la Constitución". Descubriendo de donde surgió el concepto como nación en aquellos primeros acuerdos de cara al estatuto: "La solución de poner el término nación en el preámbulo del Estatut fue de Mas".
Artur Mas y José Luis Rodríguez Zapatero en 'Salvados'
El expresident insistía en poder "adecuar el marco institucional español", poniendo como ejemplo la aprobación del matrimonio homosexual, a lo que el dirigente socialista precisaba, "el PP acató lo que dijo el Tribunal Constitucional respecto al matrimonio igualitario y algunos partidos independentistas no han acatado lo que se ha decidido".
Igualmente, Zapatero defendía el derecho del conjunto del pueblo español a formar parte de la decisión: "¿No tenemos todos los españoles derecho a decidir?", a lo que Mas sentenciaba, "Eso es la tiranía de la mayoría". Por ello, el expresidente del gobierno indicaba que la búsqueda de otras vías era la única solución, haciendo política y dando un paso atrás: "Habrá que tener voluntad. Hay muchas cosas que se pueden hacer. No se puede decir que no te vas a sentar en una mesa a dialogar porque es decir que no a la política", ante el desidio del expresidente de la generalitat: "Con medio gobierno en la prisión y con el presidente huído en Bruselas no es lo mismo sentarse en estas condiciones que en las de entonces".
"No hay un proyecto alternativo que le de a Cataluña garantías de un futuro"
La división de la sociedad catalana preocupaba por partes iguales a ambos dirigentes, aunque no se ponían de acuerdo en cuál era el verdadero motivo de la división. Mientras que Zapatero señalaba que el referendum es "un fracaso de la democracia y la convivencia", asegurando sentirse ofendido porque "me diga que este país es autoritario. No se ha perseguido ideas, se han perseguido a personas por hacer actos ilegales", Mas apostillaba, "esto es guerra sucia y se persiguen ideas. A los que están ahora en la prisión y fuera del país les han perseguido por tener ideas", a lo que Zapatero aconsejaba, "Lo que es claro que la gente quiere un acuerdo y la obligación es nuestra. Hay que hacer política".
Artur Mas explicaba no haber sido independentista hasta que se dio cuenta de que no existía otra alternativa, insistiendo en que "No hay un proyecto alternativo que le de a Cataluña garantías de un futuro". Aun así, y tras tantos reproches, ambos dirigentes dieron lugar a la autocrítica confesando, en el caso de Artur Mas, que su peor error ha sido "poner plazos a la independencia", mientras que Zapatero asumía, "no implicar más al nacionalismo catalán".