Crítica de 'Black Mirror' (sin spoilers): Vuelve la "tecno-paranoia" más agonizante hasta la fecha

La ficción británica creada por Charlie Brooker, 'Black Mirror', lo tenía complicado después de haber dejado el listón tan alto con los episodios de su tercera temporada. Sobre todo con el 3x04, "San Junípero", el cual se llevó en los pasado Emmys dos galardones: mejor guion de miniserie o película para para televisión y a mejor película para televisión.

Sin embargo, sí, ha vuelto y lo ha hecho por todo lo grande. Esta nueva tanda de episodios el creador británico ha querido dar un paso más allá y nos muestra una temporada más oscura, con más solidez narrativa y con una clara sensación final: ¿qué estamos haciendo con nuestras vidas?

Cabe decir también que, en el fondo mantiene su épica esencia, esa tan característica que hace que 'Black Mirror' sea diferente a todas las demás y que no se pueda encontrar un referente igual. Sí, la "tecno-paranoia" ha regresado, y lo ha hecho de la forma más agonizante vista hasta la fecha.

¿Qué tienen en común los seis episodios?

La cuarta temporada nos presenta seis nuevos episodios. "Arkangel", que nos habla de hasta dónde puede estar dispuesta una madre por la seguridad de sus hijos; "Cocodrilo", el que nos demuestra que las cosas privadas no son privadas y que, aunque no queramos, todo sale a la luz; "Hang the DJ", nos enseña cómo la tecnología está dominando uno de los aspectos más básico de las personas: las citas románticas (¡qué tiemble Tinder!); "Cabeza de metal" en donde un acosador sin piedad empuja a un trío de carroñero hasta los límites más insospechados; "U.S.S Callister", nos muestra una película épica del capitán de una nave que recorre el universo junto a los miembros de su tripulación, aunque estos deberán mostrar su máxima lealtad.

Una vez descritos, a priori parece que se sigue manteniendo la esencia tan característica de la ficción de Netflix en la que cada capítulo forma su propio universo independiente de los demás. Sin embargo, si profundizamos en ellos, veremos como el ingrediente común en todos ellos es la agonía. Esa angustia que nos transmiten los episodios que hará que no podamos despegarnos de la pantalla puesto que necesitamos comprender qué está pasando y qué es lo que nos intentan transmitir.

Oda a "Black Museum"

Si has leído hasta aquí, habrás notado que tan solo hemos mencionado cinco de los seis episodios de esta cuarta temporada. El motivo es, ni más ni menos, que el tercero de esta nueva temporada, "Black Museum" puesto que se merece su propio análisis, desglose y crítica.

La espera de casi un año ha merecido la pena solo por esta obra maestra. Esta película de 90 minutos que nos enseña tres historias en una. El episodio nos cuenta la historia de una viajera solitaria que descubre un museo sobre el crimen abierto para turistas que posee una impactante atracción principal. Un museo que desde luego no es apto para cardiacos.

Un capítulo necesario que hará que cualquiera que haya visto las temporadas anteriores esgrime un "¡qué fuerte!", "eso me suena". Sin embargo, podríamos decir que de los seis es el más inquietante y con el que vamos a desear darle al stop, aunque cuando acabe, nos va a dejar con un gran sabor de boca y vamos a entender el por qué 'Black Mirror' es única, diferente y el por qué de que la tecnología esté apoderándose de nuestras vidas.