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Las relaciones de los famosos con sus fans suelen ser siempre muy buenas, pero hay veces que la admiración puede cruzar la línea y convertirse en obsesión. A Lydia Lozano le ha pasado algo parecido con una fan a la que dio su número personal. Todos los días hablaban y se llevaban bastante bien, hasta que Lydia se dio cuenta de que su nueva amiga había dado su número de teléfono a más gente.
Las conversaciones de Lydia Lozano con su fan
Pero ahí no queda la cosa, ya que la fan de Lozano habría grabado varias conversaciones que ahora estarían en manos de 'Sálvame': "Me estás llamando cuando estoy en el programa. Si me ves con el móvil es porque estoy buscando noticias. A las 9, cuando termino, no hago ni caso del móvil y tu no paras de enviarme cosas", reprochaba Lozano, mientras que su nueva amiga, entre risas, reconocía que era un poco pesada.
La pesadilla de Kiko Hernández
Esta historia no tenía ninguna gracia, sobre todo para Kiko Hernández, quien recordó los cuatro años de calvario que había vivido cuando un fan se obsesionó con él: "Durante cuatro años, un señor de Valencia, que se pagaba un ave para venir a molestarme, venía aquí, a la puerta de Telecinco, con armas y a por mí. Llegó un día a mi casa y el portero me dijo: "Está aquí un señor que dice que te quiere liquidar". Otra vez tuvo que llevárselo la policía de Telecinco, no sabéis el calvario. Un día me llamó y me dijo que estaba en el jardín, que bajara. Yo me encerré en mi cuarto", contó Hernández.
Pero ahí no quedó la cosa, ya que el colaborador siguió relatando momentos de máximo terror con este señor: "Un día cogió una revista donde yo salía y la quemó en la puerta de mi casa. También estaba Belén Esteban firmando su libro y apareció este señor con una pancarta en la que ponía: "Soy el novio de Kiko Hernández". Ahí estaba el reportero del programa, le sacó un arma y le dijo que no iba a descansar hasta que eso no estuviera en mi cuerpo. Desapareció cuando le pusieron una orden de alejamiento y una pedazo de multa y se le quitaron las tonterías. Cuando les tocas el bolsillo, desaparecen", relataba Hernández.