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Los narcos están de moda. Como si de una droga se tratase, las cadenas de televisión parecen tener cierta adicción por el universo del narcotráfico. Durante los últimos años, han proliferado innumerables ficciones ambientadas en este entorno: desde 'Breaking Bad', 'The Wire', 'Narcos' o 'Snowfall' en la industria estadounidense, hasta 'Sin tetas no hay paraíso', 'El Príncipe' y, próximamente, 'Fariña' en la televisión nacional. En este contexto, Mediaset no quería dejar pasar la oportunidad de aprovechar este fenómeno con 'Vivir sin permiso'.
La familia Bandeira de 'Vivir sin permiso'
Familia y poder
La serie nos presenta a Nemo Bandeira (José Coronado), un poderoso narcotraficante que ha logrado blanquear su negocio hasta convertirse el empresario más influyente de Galicia. Pero, en la cumbre de su carrera le diagnostican Alzheimer. Entonces, intentará ocultar su enfermedad para no mostrarse frágil mientras intenta encontrar a su sucesor. Sus dos hijos legítimos, que nunca habían mostrado interés por el negocio familiar, intentarán demostrar que son el mejor candidato. Aunque su ahijado, el abogado Mario Mendoza (Álex González), es el más preparado, no tiene la sangre de los Bandeira. Esta decisión no sienta nada bien a Mendoza que pondrá en marcha su propio plan para destruir a la familia.
La apuesta segura de Mediaset
Desde su inicio, la serie arranca con una secuencia brutal que es toda una declaración de intenciones. No hay tiempos muertos, buscan captar al espectador desde el primer instante, y lo logran. Con tan solo unos minutos, conocemos perfectamente la figura de Nemo Bandeira y su influencia en Oeste, la ciudad ficticia donde se desarrolla la historia. Aunque inicialmente pueda parece que estamos ante un 'Narcos' a la española, lo cierto es que rápidamente se va distanciando de esa premisa. 'Vivir sin permiso' utiliza el narcotráfico como trasfondo de la historia, sin caer en la repetición, pero se centra en las corruptelas y luchas de poder de la familia Bandeira. A pesar de las posibles similitudes con series de narcotráfico, la ficción se asemeja más a los conflictos familiares y empresariales que abordaba 'Motivos personales'.
La familia Bandeira de 'Vivir sin permiso'
Mediaset y Alea Media no han querido arriesgar demasiado, decantándose por una apuesta segura. El éxito parece estar garantizado. 'Vivir sin permiso' sabe cómo coquetear con las drogas, el sexo y la violencia en su justa medida, sin transgredir demasiado y perder al gran público. Pero esto no es necesariamente un punto negativo. Estamos ante un buen producto, donde casi nada chirría, con un guion con ritmo, una factura cinematográfica, una atractiva dirección, unas buenas interpretaciones y una ambientación fantástica. Tal vez, su punto más débil sea su decisión a la hora de abordar el gallego, con un acento que va y viene, que unos tienen y otros no. Pero la solución era complicada, prácticamente ninguna ficción nacional o internacional logra salir airosas en este aspecto. Ni 'Breaking Bad' ni 'Narcos' lograron solventar de forma brillante este tema.
Más allá del recurrente tema del narcotráfico, la serie se sostiene gracias a unos solventes intérpretes que salvan algunas frases con demasiados artificios. Una vez más, Coronado interpreta de forma magistral a Nemo Bandeira, pieza más que clave en la historia. Mientras que González cambia de registro para convertirse en el atractivo villano de la ficción. Sin duda, se agradece que la productora haya apostado por dos personajes totalmente opuestos a los que interpretaron en 'El Príncipe'.
Álex González y José Coronado en 'Vivir sin permiso'
Dentro del sector más joven del elenco, destaca una luminosa Claudia Traisac, como hija bastarda de Nemo, que sabe cómo devorar cada plano con su mirada y su dulce voz. Desde que la descubrimos en 'Cuéntame cómo pasó' cuando solo era una niña, no ha dejado de crecer como actriz y esta podría ser su gran consagración como protagonista. Curiosamente, comparte secuencias con Ricardo Gómez, su gran amor en la serie de Televisión Española, que ahora interpreta a Alejandro, el novio de Carlos, el hijo más conflictivo de Bandeira. El actor no necesita más que unos segundos para que nos olvidemos completamente de Carlos Alcántara. Con una nominación a los Premios Goya 2017, Gómez tiene totalmente demostrado que es mucho más que Carlitos.
La historia de pasiones, rivalidades e intereses enfrentados dentro de una saga familiar regresan a la televisión nacional. La despiadada lucha por hacerse con el poder y la progresiva decadencia de Nemo Bandeira podrían convertirse en el nuevo exitazo de Telecinco. Aunque todavía no tiene fecha de estreno, están tan seguros del producto que ya trabajan en una segunda temporada.