La tarde del 13 de diciembre se tornó muy dura para Gustavo González en 'Sálvame'. Después de varios días de rumores, él mismo decidió conceder la que pudiera ser la entrevista más dura de su carrera. Primero porque, a diferencia de lo que nos tiene acostumbrados, él ha sido el entrevistado y segundo porque lo ha hecho para hablar de su separación tras treinta años de matrimonio.
Gustavo González hablando de su separación en 'Sálvame'
Para González, esta está siendo "la etapa más dura" de su vida. "Me cuesta mucho hacer daño, y más a la gente a la que quiero. Cuando tomo la decisión de dejar esta convivencia, lo hago por honestidad, porque me sentía un obstáculo para su felicidad. La vida no es para soportarnos, pero ahora me siento un egoísta, al ver el dolor que le estoy causando. No me arrepiento de la decisión, aunque me está costando mucho. Mis hijos, que lo están pasando regular, están al lado de los dos y yo estoy roto, pero ella está mucho peor", confesaba el paparazzi con los ojos llenos de lágrimas.
Jorge Javier Vázquez preguntaba al colaborador si había tomado él la decisión de cesar la convivencia con su pareja y Gustavo, que contestaba de manera afirmativa, dabas sus explicaciones: "Yo creo que esta vida hay que vivirla con ilusión y con pasión, y a lo mejor eso es lo que yo he perdido. Creo que empecé a darme cuenta hace tiempo, porque yo la he decepcionado mucho. Cuesta más decir "no te quiero" que "te quiero". Hay una canción de Sabina que dice que 'no hay historia de amor con final feliz, porque si hay amor no hay final y si hay final no es feliz'", decía el paparazzi que, al terminar la frase, se rompía en un mar de lágrimas.
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El detonante podría ser su historia con María Lapiedra
Gustavo González reconocía que le había sido infiel a su mujer, algo por lo que se siente muy culpable: "Vino María Lapiedra, contó la historia y yo se la he reconocido a mi mujer. Ella se siente engañada y decepcionada. Es un vida entera, cuatro maravillosos hijos que le están dando ahora todo el apoyo que yo le resto. Aunque me lo achaca, yo le digo que le tengo tanto cariño que me gustaría que ella consiguiera ser feliz antes de serlo yo. No se merece el daño que le he provocado"