Este viernes 9 de mayo, Cuatro hará un importante despliegue en torno a la sequía que está afectando a las comunidades del tercio oriental de España. A lo largo del día, las sucesivas ediciones de los informativos de la cadena analizarán, desde todos los puntos de vista, lo que se ha dado en llamar "la nueva Batalla del Ebro".
Al mediodía, a las 14:25h, Javier Ruiz presentará Noticias Cuatro 1 desde la zona de la desembocadura del Ebro, en la provincia de Tarragona. Por la noche, en 'Noticias Cuatro 2', que se emite a partir de las 20:30h, Iñaki Gabilondo entrevista al President de la Generalitat, José Montilla, para repasar las iniciativas del gobierno catalán en la lucha contra el desabastecimiento de agua.
Y para completar la jornada, a las 00:15h, Cuatro emitirá un reportaje elaborado por los Servicios Informativos de la cadena, bajo el título "¿Quién se bebe el Ebro?", en el que se examina a fondo el problema del agua. La Comunidad Valenciana, Murcia y Almería reclaman ahora el trasvase que les prometía el Plan Hidrológico Nacional, mientras Barcelona se va a beneficiar de un aporte de caudal para paliar los efectos de la sequía.
El documento hace un repaso histórico de la utilización del agua que el río más caudaloso de España vierte al Mediterráneo, desde el minitrasvase aprobado en 1989 para abastecer a Tarragona, hasta el derogado Plan Hidrológico del PP, que quería desviar mil hectómetros cúbicos hacia el sureste, hasta Almería, y al norte, para Barcelona. En la actualidad, el gobierno socialista ha aprobado el desvío de 50 hectómetros cúbicos, el agua de boca que necesita urgentemente Barcelona para no sufrir cortes en otoño.
El plan hidrológico del 2001 quería desviar mil hectómetros cúbicos hacia el sureste, y la oposición frontal de los habitantes de Tortosa aún late en una enorme pintada junto al río. 1.000 hectómetros cúbicos a mil millones de litros por hectómetro cúbico, es tanto como lo que consumen en tres años los cinco millones y medio de habitantes de Barcelona. En esta historia de agua y tierras, de recelos y agravios las palabras no son inocentes.
En los años 70 la salinización de los acuíferos que abastecían a la industria química convirtió en un milagro el sabor del agua dulce en toda la comarca. Hasta que llegó el minitrasvase. Desde el delta hasta Tarragona, la extraordinaria expansión del turismo no habría sido posible sin el agua del Ebro. Fuera del verano, a Tarragona ahora le sobra el agua. Sólo consume tres de los cuatro metros cúbicos por segundo que le concede la ley del minitrasvase.
La prolongación del minitrasvase de Tarragona a Barcelona discurrirá en paralelo a la autopista AP-7, por el terreno de servidumbre para ahorrar en trámites de expropiación y acortar la ejecución de las obras. 62 kilómetros de tubería. En 6 meses, dice el Gobierno, aunque antes la propia Generalitat lo cifraba en 21.
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Un equipo de los Servicios Informativos, encabezado por José Luis Fuentecilla, ha estado en los escenarios de la polémica. El reportaje incluye los testimonios de portavoces de organizaciones ecologistas, colectivos agrarios y responsables de la administración, para tratar de esclarecer las preocupaciones y las reticencias de unos y otros. El empleo del agua para regadíos o para abastecer complejos turísticos, y la capacidad real de las desalinizadoras para solucionar el problema son los ejes del debate.