'Big Little Lies' ha sido una de las grandes triunfadoras de la noche en la 75ª edición de los Globos de Oro 2018. Una de sus protagonistas, Nicole Kidman se alzaba con el premio a Mejor actriz de miniserie o TV Movie. Un premio en el que competía contra otra de sus compañeras de reparto, Reese Witherspoon, así como Jessica Biel, nominada por 'The Sinner' y Jessica Lange y Susan Sarandon, ambas nominadas por sus papeles en 'Feud'.
Kidman aprovechaba su discurso, como ya ha hecho en otras ocasiones, para poner en evidencia la importancia de las mujeres y su valor en la sociedad. Agradecía a sus compañeras de reparto, compartiendo un éxito que era de todas. "Reese, Zoë, Laura, Shailene, nos prometimos lealtad un día, este premio es de todas nosotras", aseguraba la actriz.
Sin embargo, como ya sucediera en septiembre cuando resultaba ganadora del Emmy a Mejor actriz de miniserie, el tema central de su discurso volvía a ser el abuso. Un tema que ha estado de actualidad en los últimos meses, desde que salieran las primeras acusaciones de acoso contra el productor Harvey Weinstein. Kidman aseguraba que el cambio llegaría gracias a la visibilidad que se le estaba dando, cada vez mayor, en los medios y en las producciones de televisión y cine: "El papel que interpreto representa algo que está muy de actualidad en el momento: el abuso. Creo y espero que esto cambiará gracias a las historias que contamos y a la manera en la que lo hacemos".
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Su madre, todo un ejemplo
La actriz aprovechaba, como es costumbre entre los premiados de las diferentes categorías, para agradecer el galardón a su familia, en especial a su marido, Keith Urban, y a su madre, para la que solo tenía buenas palabras. "Mi madre fue una gran defensora del movimiento a favor de las mujeres cuando yo estaba creciendo, gracias a ella estoy hoy aquí. Mis éxitos son su éxitos", confesaba Kidman.