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La emoción, la música y el espectáculo que ofrece cada semana 'Operación Triunfo 2017' se multiplica exponencialmente al vivirlo desde el plató de Terrassa en el que se graba el programa. Cuando los asistentes del público acuden puntualmente a la cita para la que han sido convocados, son las siete de la tarde y faltan casi cuatro horas para que comience la gala. Allí, el equipo de RTVE y Gestmusic lleva ensayando dos días para que el espacio mantenga el listón igual o más alto en cada emisión.
Todo listo para comenzar en el plató de 'OT 2017'
El autobús estaciona en la parte de atrás del plató, lejos de la Academia y del acceso al plató por el que entran los concursantes, para asegurar así su aislamiento. El público camina un último tramo junto al Hospital del Tórax, cuyos espíritus y leyendas no parecen haber perturbado el buen ambiente de la Academia de este año. Tras un último control de seguridad se accede por fin al plató. Muchos se sorprenden, como suele ser habitual en estos casos, de que el escenario no es tan grande como se aprecia desde casa. Tampoco es muy amplio el backstage, donde los instrumentos y elementos de atrezzo se acumulan en su propio desorden ordenado, listos para ser utilizados. La magia de la tele.
Mateo Vergara, animador del público en 'OT 2017'
En 'OT 2017' se busca la reacción natural del público ante lo que ocurre en plató
Las gradas toman asiento y los fosos se van acomodando y "esponjando", como le gusta decir a Mateo Vergara, animador habitual de los programas de Gestmusic que entretiene la espera entre anécdotas y chascarrillos que son casi sketches. En 'OT' no hay más que unas normas básicas porque se busca la reacción natural del público ante lo que ocurre en plató: no dejar abrigos y bolsos desperdigados como si fuera más una discoteca que un programa de televisión, no dejar que las emociones transgredan los límites de la mala educación, disfrutar del espectáculo con las retinas y no a través de las pantallas de los móviles -esta es cada vez más difícil-. Y alguna más curiosa, como la de no colgarse la bolsa con la obsequian a los asistentes para que desde casa no parezca que todos van uniformados con una banda blanca en el hombro.
Las luces se encienden por fin. El plató comienza a coger calor y color. Son las 22:05 y Roberto Leal hace su aparición entre los aplausos del público. El presentador es una de las grandes revelaciones de 'OT 2017' y la audiencia está totalmente volcada con él. Él es el reflejo de la emoción con la que trabaja todo el equipo, sumergido para cumplir en una recta final para la que los fans aumentan sus exigencias de forma casi inconsciente.
Tras Roberto Leal, Vicky Gómez entra en plató. Esta noche el número de apertura, la canción "País tropical", requiere que el público agite sus manos con guantes de colores. La coreógrafa lo explica y ensaya con los bailarines, e incluso cumple sus propósitos de Año Nuevo entonando la canción. Minutos después, llega el jurado: Manuel Martos, Joe Pérez-Orive y la esperadísima Mónica Naranjo, a la que el público recibe al grito de "¡no lloré, no lloré!", en referencia a las palabras que dirigió a Aitana en la gala anterior. Ella encaja la broma con deportividad.
¡Estamos en directo!
La gala está a punto de empezar y los concursantes suben sin previo aviso al escenario para estar en sus posiciones desde el inicio. A pesar de que el público enloquece al verlos aparecer, ellos no pueden comunicarse con nadie. Se percibe, quizás, un cariño y un calor especial hacia Alfred, posiblemente a tenor de la difícil gala que vivió hace siete días. Suena la sintonía (esa que antaño bailaban los concursantes frenéticamente) y, a continuación, todos se mueven al son de la primera actuación. Aplaudir, ponerse los guantes, agitar las manos durante tres minutos y quitárselos a tiempo para volver a aplaudir sin dejar segundos de silencio entre medias: parece fácil pero el público ya se ha ganado con creces su bocadillo de jamón.
Vicky Gómez junto al cuerpo de bailarines
Los siete participantes cruzan la pasarela con el atronador reclamo de gradas y foso y toman asiento. Roberto Leal da paso al primer vídeo de la noche y todos ellos se ven rodeados por una visita inesperada: producción se aproxima para darles indicaciones sobre sus posiciones mientras maquillaje y peluquería les retoca tras todo el ajetreo del inicio. Esta será una constante habitual durante toda la gala, pues los concursantes reciben atención durante la mayoría de los vídeos y su apariencia sufre pequeñas modificaciones, casi siempre imperceptibles para el espectador. Agoney, por ejemplo, cambia el cinturón y el complemento elástico que lleva en la rodilla derecha. El pelo de Amaia y Ana Guerra busca un control dentro del (des)peinado que lucen esta noche. Tampoco permanecen en sus asientos de forma constante y es habitual que hagan pequeñas "salidas a boxes". En concreto, precisamente Ana Guerra se ausenta en varios momentos. Nada alarmante, la audiencia nunca se percatará gracias a los planos elegidos desde realización.
Los concursantes reciben atención durante la mayoría de los vídeos y su apariencia sufre pequeñas modificaciones
Cuando no se ausenta ninguno es durante las actuaciones de los dos nominados, Ana Guerra y Roi. No lo hacen y, tal y como señala después Noemí Galera, ambos dedican buena parte de sus actuaciones a sus compañeros. Las letras "Y es que no sabes lo que tú me haces sentir" y "Now nothin' can take you away from me" cobran un sentido mucho mayor al mirar a quienes son ya su familia. Amaia rompe a llorar con Ana Guerra y Alfred se pone en pie con los acordes de la guitarra del Sapoconcho.
Una a una, las actuaciones se van sucediendo: Roberto Leal da paso a un vídeo, producción se lleva al o a los intérpretes fuera del plató y reaparecen en el escenario para cantar. La pasarela solo se cruza para volver. Mientras tanto, el jurado permanece atento, tomando notas u observando casi sin pestañear. Los cuatro miembros tienen una tarea difícil en esta gala que deciden solventar echando mano de una faceta más amable que en otras ocasiones. Al presentador, por su parte, se le van tímidamente los pies al son de la música, aunque no puede desatarse del todo hasta el incontestable "Eloise" de Agoney, que une a un público ya de por si entregado a unos concursantes que ya siente como suyos. Leal también disfruta con la actuación invitada de Abraham Mateo y baila junto a los participantes, especialmente con una entregadísima Ana Guerra, que no ha podido disimular su alegría hacia el artista desde su entrada a plató.
Los concursantes se despiden de Roi
La alegría, no obstante, se disuelve con la expulsión de Roi. Un ajustado 51% que cae sobre el plató como una helada brisa de "Juego de OTronos". Como diría el gallego, sentimientos encontrados: alegría por ella, tristeza por él. El resto de concursantes sale del set para prepararse para la despedida. En esta ocasión, reaparecen por detrás de la mesa del jurado en lugar de por el escenario. Una vez más, no pueden comunicarse con la gente ni siquiera mientras esperan.
La tensión de las valoraciones
Tras una primera parte musical, la segunda parte de la gala viene marcada por la tensión de la expulsión y las valoraciones del jurado. El público conoce a los primeros finalistas y se vuelca con Amaia, que hace pleno de máximas puntuaciones; aplaude a Alfred, que brilla en el escenario; y se sorprende con Miriam, que logra un pase directo a la final de forma inesperada para muchos. También celebra que los profesores se decanten por Aitana. Y sufre con Ana Guerra y Agoney, que pueden ver su sueño finalizar a pesar de los grandes números de la primera y la vocación eurovisiva del segundo.
Para cuando se vuelven a reabrir las votaciones, el público ya ha mezclado hasta el cansancio todo el abanico de emociones que va desde la tristeza a la alegría. 'OT 2017' va llegando a su final con un éxito comprobado y esta noche los concursantes han recibido su primer disco de oro y la noticia de que darán nuevos conciertos tras Madrid y Barcelona, para los que ya solo quedan pocas entradas en el segundo caso. Ojalá no sean hitos que no vuelvan a repetirse en sus carreras. Por el momento, la Gala 11 ha terminado y todos debemos volver a nuestras casas. Unos, en una Academia de televisión; otros, en Barcelona. Las luces se apagan y los engranajes de la semana se vuelven a poner en marcha, preparados para un nuevo espectáculo de altura dentro de siete días.