'¿Quién quiere casarse con mi hijo?' emitía el final de su quinta entrega el pasado 15 de noviembre con muchas sorpresas. A pesar de ser un programa en el que se busca el amor, las parejas que se forman en el espacio no suelen ser del todo duraderas. Sin embargo, Jaime y Sonia han roto la "mala racha" de desamores que acompaña al formato desde su inicio y se han convertido en la pareja por excelencia del reality. El próximo 19 de enero, ambos protagonizan la portada de Primera Línea junto a Torito.
Sonia y Jaime posaban desnudos, siguiendo la tónica de la revista y como ya han hecho multitud de parejas televisivas, en una sesión realizada por Joan Crisol en presencia del reportero Torito. Unas fotos que dejan muy poco a la imaginación en la que se puede ver a la pareja recreando una peculiar boda y a la que acompaña una entrevista que no deja indiferente a nadie.
La pareja reconoce que al comienzo de su relación tenían dudas el uno sobre el otro. Durante el programa, ambos mostraron sus más y sus menos, pero las dudas se disipaban cuando comenzaban una relación real. "Pensé que era un poco blandito, pero el día que me cogió me hizo polvo", reconoce Sonia sobre sus primeras impresiones hacía Jaime. Él, por su parte, confirmaba las palabras de su novia y reconocía que es un pensamiento muy común, hasta que le conocen: "A mí me ven rubio y blanquito y piensan "menudo pardillo".
El sexo, sin tabúes
Entre las confesiones, no podían faltar las más subidas de tono. Sonia y Jaime hablaban sin tabúes sobre sus prácticas sexuales preferidas, a las que, a veces, añaden pequeños toques de agresividad: "Que me den una hostia controlada sí que me gusta", afirmaba ella mientras que él reconocía que le gusta mucho que su pareja le dé "algún cachete". Además, no dudaban en reconocer que en la cama son "muy escandalosos", tanto que incluso los vecinos están hartos de sus demostraciones de amor.
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Sin embargo, saben cuándo controlarse y no dudan en bajar el tono cuando tienen ciertas visitas: "Si hay amigos o madres cerca se pone el mute y no se entera nadie". Pero, ¿qué hay de sus fantasías? Jaime no lo duda ni un momento y asegura que tiene en mente "ir a ver un partido del Real Madrid y, cuando se vacíe el estadio, hacerlo en la misma butaca". Una idea que no parece disgustar a su pareja, quien reconoce que el voyeurismo le pone. "Me gustaría estar con Jaime y que en la misma habitación hubiese un tío, una tía o una pareja que nos mirase", afirma Sonia aunque matiza: "sin tocarnos".