'La Casa de Papel' se ha convertido en un auténtico fenómeno mundial. La ficción se ha convertido en la serie de habla no inglesa más vista de la historia de la plataforma de streaming y tal ha llegado su repercusión que, al más puro 'Juego de Tronos', los nombres de sus protagonistas están convirtiéndose en los nombres de moda en países como Argentina.
Nairobi, en 'La Casa de Papel'
Si en los últimos años los nombres de Daenerys, Jon o Arya, entre otros, se han normalizado en muchos países, no siendo extraño que nos podamos encontrar con alguno de ellos en nuestras vidas, sobre todo en las generaciones más recientes, ahora son los protagonistas de 'La Casa de Papel' los protagonistas de esta nueva costumbre. De esta forma, Río o Berlín se ha convertido ya en nombres elegidos por algunos ciudadanos después de ver la serie de Atresmedia antes y ahora Netflix.
Aluvión de consultas en Argentina
Ha sido el diario argentino Clarín el que ha querido arrojar luz sobre esta nueva moda en Argentina. Mariano Cordeiro, director del Registro Civil, ha afirmado que en las últimas semanas "muchas han sido las consultas para saber si podían poner nombres de los personajes de la serie a sus futuros hijos". Muchos argentinos han querido saber si podrían poner a sus niños y niñas los nombres de conocidas ciudades de todo el mundo. El número exacto no ha podido ser registrado ya que las consultas son anónimas y no se lleva a cabo un listado oficial de todas.
"No hay antecedentes a algo así"
El propio Cordeiro ha dejado claro que mientras que algunos registros sí se han realizado, la mayoría han sido consultas que finalmente podrían no materializarse en los nombres elegidos finalmente aunque ha querido dejar claro que "no hay antecedentes de tantas consultas en tan poco tiempo" como está sucediendo ahora.
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Pese a ello, ha querido dar datos concretos de los registros sí formalizados: Nairobi (dos veces), Río y Berlín (una cada uno) han sido los nombres más registrados. Destacar que entre 1992 y 2015 sólo se inscribieron tres personas con el primero, once con el segundo nombre y 36 con el tercero. De esta forma, se evidencia que el efecto de la serie sí ha sido real.