El racismo y las desgracias se convierten en protagonistas del 14x10 de 'Anatomía de Grey'

La semana pasada regresaba 'Anatomía de Grey' tras el breve parón de invierno para continuar con su decimocuarta temporada. La longeva ficción creada por Shonda Rhimes sigue manteniendo parte de la esencia que la convirtió en una de las series más seguidas de la televisión, tal y como demostraron en el capítulo anterior, cerrando el episodio con un nuevo cliffhanger que nos dejaba con la incógnita de qué le sucedió exactamente a Paul, exmarido de Jo, tras llegar al hospital después de haber sido atropellado. ¿Quién o quiénes son los responsables del ataque?

En este décimo episodio de la decimocuarta temporada de 'Anatomía de Gery', titulado "Personal Jesus", sin más dilaciones, descubrimos al culpable del atropello sufrido por Paul. Asimismo, nos emocionamos con la historia de un joven negro que ha sufrido la violencia policial por su color de piel y es trasladado al hospital para intentar salvar su vida, una trama que también nos descubre aspectos del pasado de Jackson hasta ahora desconocidos. Además, April se convierte en la protagonista del capítulo al estar involucrada en todos los casos médicos y, en especial, en uno en el que un viejo conocido abrirá heridas que parecían cicatrizadas.

Malditas casualidades

Cuando tienes un elenco tan amplio resulta imposible otorgar el mismo protagonismo a todos los personajes y algunos pueden incluso llegar a estar desaprovechados. En esta ocasión han optado por April para ser el hilo conductor de todo el capítulo, intentando así que vuelva a tener una trama interesante. Para ello han recurrido a su forma de ser, es decir, a su bondad y a su espíritu de superación, lucha y optimismo. Han empezado demostrando que en el fondo sigue conservando un toque de ingenuidad como cuando la conocimos, aunque ahora no se calla tan fácilmente y le reprocha a Webber que le haya engañado.

Este principio solo era una presentación de todas las desgracias que estaban por llegar para April, puesto que su mala suerte continúa cuando le toca atender a una mujer embarazada y a punto de dar a luz que resulta ser la pareja de Matthew, el chico que April dejó plantado en el altar por irse con Jackson. Lo peor de todo no es la incomodidad que sufren ambas al enterarse de sus identidades, sino que April descubre que Matthew ha conseguido con otra mujer lo que ella tanto deseaba cuando, por su parte, no ha encontrado al amor de su vida.

Sin embargo, la vida a veces nos golpea de forma inesperada y tira por tierra todos nuestros planes, y eso es justo lo que le pasa a Matthew, que pasa de ser feliz con su hija recién nacida a tener que afrontar la muerte de la mujer a la que amaba. Para colmo, April se siente culpable por no haber podido ayudar a la mujer por no haber detectado a tiempo el problema que sufría tras el parto. Además, ver a Matthew roto de dolor, cuando fue una persona a la que quiso con todo su corazón, no ayuda a mitigar ese sentimiento. Sea como fuere, los guionistas vuelven a hacer de las suyas al no permitir que el amor triunfe.

La verdad sobre Paul

La semana pasada nos quedamos con la duda de saber qué había pasado exactamente con Paul y cuál era su actual estado después de, supuestamente, haber sido atropellado. Al ver a Alex y a Jo presentes, todo apuntaba a que habían sido ellos los culpables del accidente; sin embargo, a pesar de que querían vengarse por todas las vejaciones y el maltrato que padeció Jo, las posibilidades de que hayan actuado de forma tan desesperada eran bastante escasas. Efectivamente, ellos no han tenido nada que ver, pero ha dado la casualidad de que justo Paul tenía la tarjeta de contacto de Jo y la policía le ha llamado a ella. Bien por los guionistas, han sabido generar e hilar a la perfección la acción para intentar engañarnos.

Si ellos no son los responsables, todo apunta a Jenny, la prometida de Paul. Tras conversar con Jo, en su rostro se reflejaba que comprendía a la perfección todo lo que le narraba y que el miedo era el que le hacía permanecer al lado de Paul y creer sus mentiras. Pero de nuevo volvemos a caer en la trampa, ninguna de las dos ha tenido que ver puesto que fue un borracho el que le atropelló y se dio a la fuga. Pero una situación tan trágica ha servido para que Jenny reconozca estar viviendo la mismo que sufrió Jo tiempo atrás y para aceptar que necesita alejarse de Paul y denunciar todos los malos tratos.

Al ver que Jenny se revela y que Jo le apoya, Paul muestra su verdadera cara, el prototipo de persona maltratadora. Al verse indefenso entra en cólera con tan mala suerte que resbala y se golpea en la cabeza, quedando en muerte cerebral. Lo paradójico es que Jo es la encargada de decidir qué hacer con la vida de Paul puesto que es su esposa, y no duda en aprovechar algo tan terrible para sacar el lado bueno y donar todos los órganos de Paul para salvar la vida de muchas otras personas. Así pues, 'Anatomía de Grey' vuelve a convertirse en una llamada de atención a la sociedad para evitar que se sigan cometiendo casos de maltrato, para pedir que se denuncien este tipo de agresiones y abusos.

Racismo e injusticias

Uno de los temas que más ha afectado a Estados Unidos en los últimos tiempos es la violencia policial con las personas de color. Desgraciadamente se han dado muchos casos de personas que han sido asesinadas por un agente de policía cuando no estaban haciendo nada malo solo por tener un color de piel diferente. 'Anatomía de Grey' ha querido aprovechar la oportunidad y su condición de ser una de las series más seguidas en todo el mundo para denunciar los abusos que sufren estas personas y el miedo con el que viven cada día.

El ejemplo escogido para escenificar este problema es de esos que tocan la fibra sensible del espectador. En concreto, han elegido contar la historia de un niño de doce años que recibe un disparo en el cuello porque unos policías habían pensado que estaba asaltando una casa cuando solo se había dejado las llaves dentro. Para añadir más dramatismo a la situación, Jackson se abre y narra su propia experiencia cuando de adolescente vivió algo similar y fue detenido por la policía al pensar que había robado unos altavoces cuando eran de su propiedad, todo porque pensaban que era imposible que una persona de color viviera en un barrio de clase alta, tal y como le ha sucedido al niño protagonista de la historia.

Finalmente, para añadir más dramatismo si cabe al episodio, el pequeño fallece y Jackson no puede reprimirse y culpar a los agentes de policía por su actitud racista, por haberle arrebatado la vida a un niño inocente. Su discurso se aplica a la vida real y es la voz de miles de personas que, desgraciadamente sufren lo mismo en la realidad, al igual que la charla de Bailey y Ben con el pequeño Tucker, una muestra de que todavía queda mucho por avanzar en la sociedad para que todos podamos vivir libres, tranquilos y sin miedo.

Cuando ninguna creencia tiene explicación

El encadenamiento de todas las desgracias provoca que April comience a replantearse sus propias creencias. Unas dudas que aumentan por culpa de un joven paciente que acude al hospital después de intentar cortarse la mano porque se masturbaba mucho y se había tomado de forma literal las escrituras de la Biblia. April, que siempre defendió sus creencias, se ha dado cuenta de que no sirve de nada, de que Dios no le ha ayudado y solo le ha hecho vivir situaciones trágicas una después de otra y de que es injusto que gente como el joven asesinado por la policía o la mujer de Matthew cuando todavía tenían toda la vida por delante.

Sin duda alguna, este capítulo ha supuesto un punto de inflexión en la vida de April y parece que a partir de ahora veremos una cara muy diferente de ella, alejada de esa joven vitalista, creyente y optimista. Obviamente esto influirá en la relación con sus compañeros de trabajo y con Jackson, solo nos falta ver hasta qué punto llegará su cambio de actitud y si le perjudicará o le hará convertirse en una persona mucho más fuerte, además de comprobar si conseguirán que el personaje evolucione para bien o provocarán el efecto contrario.