Personas desaparecidas, niños que no encuentran, carreras a contrarreloj por lograr la supervivencia de los que están en peligro... Estos ejemplos se encuentran en numerosas ocasiones en muchas ficciones, ya sea para que centren las tramas principales o como un añadido para impulsar el drama. Por eso mismo, este es uno de los mayores peligros que pueden surgir a la hora de embarcarse en un nuevo proyecto: que lo que cuente no aporte ninguna novedad.
'The Disappearance' adolece de esto mismo, y es que, al menos según lo que muestra en el primer episodio, no hay nada que no hayamos visto ya en multitud de ficciones. Pero aquí no se centra el único problema de ficción, pues pese a tener un personaje principal que aporta algo de luz, esto no es suficiente para luchar contra la continua falta de ritmo de una narración que se hace pesada.
Rellenar minutos nunca es una buena opción
Protagonista de 'The Disappearance'
El ritmo es uno de los elementos esenciales, especialmente en series concebidas sin un trasfondo que pretenda aportar diferentes capas al relato. 'The Disappearance' no lo consigue, pues en su primer episodio se hace cuesta arriba llegar a la resolución o, mejor dicho, al nudo del problema: la desaparición del pequeño Anthony Sullivan. La pregunta que surge es: ¿por qué esperar tanto a llegar a este momento? La miniserie se vende con la premisa de la desaparición de un niño, por lo que este hecho podría haber ocurrido antes, favoreciendo el ritmo y consiguiendo que no dejen al espectador con la sensación de que el primer episodio no sirve para nada y se podría comenzar en el segundo.
Bien es cierto que el primer episodio sirve para plantear los problemas en una familia en pleno proceso de divorcio, donde el abuelo ejerce un peso de gran importancia respecto al padre y con una tía que no se sabe muy bien la función que cumple dentro de ese desestructurado núcleo familiar. Pese a esto, resulta un problema por el hecho de que la narración se condensa en solo seis episodios, por lo que sería interesante poder haber aprovechado mejor el tiempo.
Un protagonista de lo más interesante
Reparto de 'The Disappearance'
Anthony lleva el peso de todo el primer capítulo de la ficción. Ya desde el principio es presentado como un niño curioso y muy imaginativo, lo cual puede servir de excusa para su desaparición. ¿Ha sido secuestrado mientras jugaba a la búsqueda del tesoro? ¿Se ha metido en algún sitio donde no debía? No sería la primera vez que hace enfadar a un adulto o que se adentra en una casa ajena, por lo que estas pinceladas que aporta el episodio ayudan a comenzar a conformar una historia que bien podría resultar interesante.
A los pocos minutos, Anthony consigue atrapar al espectador por una personalidad muy diferente y adquirir el rol del "niño raro" dentro de su colegio, sus compañeros e, incluso, dentro de su familia. Buena estrategia, pues su pérdida afecta más, especialmente al saber que ha descubierto varios secretos que no son del agrado de muchos. En este punto cabe remarcar el empleo de fashbacks, los cuales se usan con bastante acierto para señalar datos necesarios, sin suponer un abuso.
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El problema está en el planteamiento
Es probable que, tras el primer capítulo, la serie coja mayor ritmo gracias a la mezcla de las situaciones familiares que se produzcan por la pérdida de Anthony con la investigación policial. La premisa, aunque no aporta nada nuevo, puede resultar interesante con un enfoque bien llevado, pero el problema de base se encuentra en el planteamiento. Si el primer episodio hubiera sido ideado con una distribución diferente, habría sido realmente válido, pero dejar el detonante de la ficción para el final no ayuda a generar una conexión con el espectador, preguntándote a cada minuto a dónde te quiere llevar 'The Disappearance' y qué te quiere contar.