'OT 2017': Lo que ocurrió en plató en la final con problemas de sonido que empañó el triunfo de Amaia

Si la emoción es ingrediente habitual de las galas de 'Operación Triunfo 2017', en la Gala Final de este lunes fue invitada estrella en primera fila. Una semana más, FormulaTV se desplazó a Barcelona para vivir en directo la grabación del programa que se saldó con la victoria de Amaia Romero ante un 30,8% de la audiencia y cerca de cuatro millones de espectadores. Una gala que, no obstante, vivió un desenlace agridulce por los fallos de sonido en plató, que empañaron ligeramente la celebración del triunfo de la navarra.

En una noche en que los cinco finalistas son los grandes protagonistas, los primeros en ser aplaudidos fueron los expulsados, el jurado y los profesores, que hicieron su entrada antes del comienzo del programa. A ellos se suma la madre de Roberto Leal que, tal y como el presentador ya había anunciado, se encuentra en las gradas para presenciar el desenlace del talent show. Jaleada por el público, no duda en vivir su momento de gloria y cruzar la pasarela, chocando las manos de la gente del foso. Mientras tanto, los más avispados se percatan de cómo Raoul manda un saludo a su primo, uno de los bailarines que ya sobre el escenario. Nadie quiere perderse el acontecimiento televisivo de la temporada e incluso Paz Padilla, Dulceida y Abraham García ('Gandía Shore', 'Supervivientes') han acudido a verlo en directo.

El plató se pone en pie para recibir a los cinco finalistas. La letra de "Mi gran noche" anuncia lo que tienen por delante mientras el público se entrega con Raphael, demostrando el efecto que debe producir una gran estrella. A continuación, Alfred, Ana Guerra, Aitana, Amaia y Miriam cantan los temas que han elegido para su última actuación. Con cada uno de ellos la intensidad de las emociones va en aumento; gracias en parte a que el programa se ha entregado en la escenografía de todos los números. Merece ser destacado el baile de Vicky Gómez, incansable a lo largo de toda la actuación del catalán.

Aunque compañeros, los concursantes forman también parte del público de la gala y, mientras Mimi se queda boquiabierta con la actuación de Alfred, Mireya se emociona con Miriam y Ana Guerra no puede contener las lágrimas con Amaia. Los 16 se apoyan y aprovechan los escasos descansos para intercambiar unas breves palabras y darse ánimos unos a otros, especialmente a Ana Guerra y Alfred tras ser proclamados quinta y cuarto finalistas.

El sonido aguanta, por suerte, hasta que las tres últimas finalistas repiten la canción con la que comenzaron el concurso. Mención aparte para Aitana, que revoluciona el plató y se aproxima por momentos al triunfo. Justo después, el escenario se prepara para recibir a David Bisbal con una tarima añadida en medio del foso sobre la que se sitúa un piano, mientras en casa los espectadores ven el repaso de las tres últimas canciones. De repente, el sonido se va. Al público del plató, desconcertado, se le explica que en casa todo se sigue escuchando correctamente. En un principio, parece que hacen pruebas del sonido del piano.

Sin embargo, la Gala continúa sin que el sonido vuelva y un gran chasquido en los altavoces asusta a todos los asistentes, que comienzan a removerse en sus asientos al no escuchar nada de lo que ocurre en el estudio. Ni el disco de platino, ni las palabras de Cepeda, ni el discurso de Miriam. Nada. Para evitar que en los hogares la respuesta del público sea nula, regidores y animador realizan indicaciones sobre cuándo se debe aplaudir.

La actuación de David Bisbal se anula pero hay un hito indispensable que, pase lo que pase, debe producirse: la comunicación de la ganadora. Las tres finalistas, junto al presentador, cruzan la pasarela con actitud fría, sin la habitual sintonía que acalora el plató. Hay que decir un nombre y en las gradas se teme no escucharlo. Sin embargo, Roberto Leal salva la situación con el mismo buen hacer que ha demostrado durante toda la edición y eleva la voz para involucrar al público. Y sí, consigue -menos mal- que los aplausos que celebran el triunfo de Amaia sean atronadores.

Quienes también logran salvar la situación, cómo no, son ellos. Los 16 concursantes que con su naturalidad, su buen humor y su talento han construido una magnífica edición. La misma naturalidad con la que cantan, aunque sea a cappella, un último "Camina". A partir de ahora caminarán fuera de la Academia, fuera de nuestro día a día, de nuestras 24 horas, pero no fuera de nuestras vidas. Fenómenos como 'OT 2017' son los que hacen que la televisión que amamos siga teniendo sentido. Gracias.