Gracias a las redes sociales lo que antes parecía a años luz del público, ahora se encuentra a solo un clic de la mano. El gigante de Internet ha dotado a la sociedad de un espacio para manifestarse, compartir y opinar ante un público mayoritario pero también a descalificar, afear, insultar e incluso amenazar. Y este doble filo de la navaja ha sido el objetivo principal del reportaje de Jordi Évole en 'Salvados', donde "odiadores", conocidos como haters, y odiados han hablado de lo que conlleva está nueva vía de exposición, poniendo en cuestión el lugar de los límites de estos nuevos espacios, así como de la pérdida de la libertad de expresión.
Paula Vázquez en 'Salvados'
La presentadora Paula Vázquez era uno de los rostros conocidos que se sentaba con el periodista para hablar de sus enfrentamientos en la red del pájaro azul. Pero antes, uno de esos haters que dedicó a la gallega un "y qué tal si te echamos gasolina en el coño y te metemos fuego HP" explicaba: "Sentí sus palabras como un insulto a todo aquel que se siente español. Soy una persona normal y corriente", reconociendo que si se hubiese encontrado con la conductora de 'Fama a bailar' no se lo hubiera dicho, y que si hubiese puesto algo más suave "no lo hubiera leído nadie".
La presentadora, ante el vídeo de su atacante, expresaba: "Parece una persona muy normal. Pensaba que me iba a encontrar una persona radical, un canalla, alguien que realmente me impusiera", confesando que estaba llegando a sentir empatía y que, incluso, se pensaría retirar la demanda que le había interpuesto. Paula Vázquez explicaba a Évole no tener miedo a estos ataques pero sí sentir "mucha rabia": "Querría pegarles. Me dan ganas de romperles la nariz".
"Cada mañana que me levantó me niego a hablar de política y cada día me arrepiento"
No obstante, la gallega ha reconocido que ante estos encontronazos tiende a bloquear a la mayor parte, pero en muchos casos habla directamente en primer lugar con quien la increpa desvelando: "La mayoría no solo reculan sino que empiezan a echarte piropos". Y es que por mucho que la presentadora se ha propuesto bajar la intensidad de su actividad para evitar estos conflictos siempre termina entrando: "Cada mañana que me levanto me niego a hablar de política y cada día me arrepiento".
Cristina Cifuentes en 'Salvados'
Igualmente, Paula Vázquez explicaba por qué en otros casos exponía los comentarios hirientes a través de pantallazos: "Para concienciar del acoso que recibimos y por otro lado para avergonzarle", señalando, "el hecho de exhibirlo es mucho más difícil que muchas otras cosas porque es vender un papel de víctima que a mí no me gusta pero hay que mostrar su impunidad". Por ello, la presentadora insistía: "Seguiría haciéndolo. He puesto hasta su propio número de teléfono para que le acosen. Que reciba de su propia medicina", defendiendo que ser un rostro conocido no supone tener que aceptar estos ataques: "¿En qué cláusula lo pone? Hay una cosa que se llama respeto y todos somos iguales ante la ley. Tú tienes derecho a la intimidad y yo también".
"La cárcel por ese tipo de insulto me parece desproporcionada"
Otro rostro público que se sentaba junto al presentador de laSexta era la dirigente del Partido Popular madrileño Cristina Cifuentes. Tras escuchar la versión del primer condenado en España por un ataque de este tipo a un político, la Presidenta de la Comunidad de Madrid reconocía: "Lo que yo sentí sobre todo fue pena. Era un chaval muy joven, de la edad de mis hijos, y creía que el castigo que estaba teniendo iba a tener para él unas consecuencias graves para una persona que realmente había cometido un error".
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Aún así, la política señalaba que las redes han llegado a grandes niveles de crueldad con ella: "Recibí una amenaza muy grave hacia mi hija. Una amenaza de violación". Por ello, la madrileña exponía haber denunciado en numerosas ocasiones, siendo la de este chico la única aceptada: "De todas la única que salió y terminó en condena fue la de este chico. De todas las que me habían dicho era la que menos gravedad tenía. Parecía que él había pagado por todo". Y es que, a pesar de reconocer que "la cárcel por ese tipo de insulto me parece desproporcionada", Cristina Cifuentes insiste: "Quería que se sentara algún tipo de precedente para que se vea que no vale todo. Solo pretendía encontrármelo cara a cara y que me tuviera que pedir perdón. Yo decía "¿cómo se puede condenar a alguien que me llame "puta" y, sin embargo, no le pasa nada a quien me dice que me va a dar un tiro entre ojo y ojo?".