Ana Obregón tiene un orgasmo con el postre de Rappel en 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition'

Tras el aplaudido estreno de la versión VIP de 'Ven a cenar conmigo', con Lucía Etxebarria como anfitriona, llegaba el turno de la segunda entrega de la mano de Rappel. El vidente abría las puertas de su casa a Lucía, Víctor Janeiro y Ana Obregón en una cena que se llevaba halagos por parte de los dos últimos y que dejaba sin palabras a la primera.

El segundo encuentro de 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition' comenzaba con un pequeño cóctel que Rappel ofrecía en el salón de su casa, mientras dejaba a sus invitados con la boca abierta por la decoración y la extensión de la estancia. Todo tipo de fotos y pequeñas estatuas decoraban las estanterías de la recargada habitación. Sin embargo había un elemento que llamaba especialmente la atención de Víctor, quien pedía a Ana que se lo pasara. Esta no se enteraba muy bien de lo que pasaba y protagonizaba uno de los momentos más divertidos de la noche al darse cuenta de que lo que tenía entre manos era un pene de bronce.

Tras las risas, llegaba el turno de una cena que parecía convencer a sus comensales y que alcazaba el punto álgido en el postre, cuando Rappel ofrecía a los invitados un plato de peras al vino con chocolate. A Ana se le hacía la boca agua nada más verlo y no tardaba en demostrar su debilidad por el chocolate protagonizando varios sonidos orgásmicos.

Ella parecía tenerlo claro, se trataba de unas "peras orgásmicas" y su compañero Víctor coincidía en que había sido un buen postre: "Esto es de estrella Michelín". Lucía, por su parte, no terminaba de encontrarse a gusto en la casa del anfitrión: "Nunca había estado en una casa así, esto te deja tan desarmado y boquiabierto que no puedo ni juzgar la comida".

El tarot, protagonista

La cena llegaba a su fin pero los invitados no podían irse sin conocer el futuro que le deparaban las cartas y Rappel disponía todo sobre la mesa para terminar dejando boquiabiertos a Ana y Víctor. A la actriz le vaticinaba muchas alegrías por parte de su hijo, así como la llegada de un "señor" a su vida, alguien que ya había conocido. Por su parte, el torero no podía creerse que el vidente adivinara que estuviera a punto de comprar una casa y que su mujer esperaba unas vacaciones, aunque se alegraba al escuchar que podrían ser padres de nuevo muy pronto.

Lucía, sin embargo, era la más escéptica de los invitados y mientras Rappel intentaba adivinar su futuro ella apenas mostraba ningún tipo de reacción. El vidente aseguraba que, aunque había tenido alguna relación que le había hecho ser reacia a mostrar cariño, pronto llegaría una mujer que lo cambiaría todo. Frente a las cámaras, Lucía no decía nada pero Rappel aseguraba que a él le había reconocido muchas de las cosas que había dicho.

Después de mostrar sus habilidades, Ana no podía dejar de preguntar al anfitrión cómo había descubierto ese don que tenía. "En el colegio decía cosas que iban a pasar y en casa también y con 14 años me enteré de que había venido a Madrid una eminencia: José María Martínez Pardo. Fui a verle y a pedirle que me enseñara a echar las cartas y él me dijo que tenía mucho futuro en el mundo del tarot", explicaba Rappel, poco antes de despedir a sus invitados.