'Fariña': Manuel Fernández Padín, testigo de la operación Nécora, solicita la suspensión cautelar de la serie

Después de que el libro originario de la serie 'Fariña' llamara la atención del público a raíz del secuestro dictaminado por un juez, parece que es el turno de que la ficción de Antena 3 de seguir sufriendo consecuencias legales a raíz de su contenido. Tras la demanda de Oubiña contra la productora Bambú, el gallego Manuel Fernández Padín amenaza ahora con tomar medidas por vía judicial si la ficción no cambia las supuestas mentiras que el libro recoge sobre su persona.

"La serie la estoy viendo, hablé con Ramón Campos de Bambú y me dijo que iba a ver lo de la serie, pero no volvimos a hablar. Voy a pedir cautelarmente que no se emita", comentó el gallego, en una entrevista para el Faro de Vigo, y afirmó que el martes 20 de marzo pedirá un acto de conciliación en los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, como un primer paso en el ámbito judicial. Su intención es que se corrija lo que considera información errónea del libro, que pueda reflejarse en la serie. "Hablé hace tiempo con Nacho Carretero, pero de lo que le dije a lo que ha publicado en su libro, media un abismo", puntualizó el gallego, quien admitió haber leído el tomo a principios de año.

En el pasado, Fernández Padín fue amigo de uno de los hijos de Manuel Charlín, quien dio el salto del tabaco de contrabando al narcotráfico, y se encargó de delatar al clan de los "charlines". "Dejé de traficar con drogas porque no quise dinero manchado con sangre", declaró Fernández Padín en una entrevista con Jordi Évole en 'Salvados', al hablar de su etapa en ese "mundillo". "Debo defender mi honor y credibilidad como testigo protegido. Siempre fui una persona seria. Demostré aplomo y sensatez, me ajusté a la realidad. No fantaseé como Portabales", reconoció Fernández Padín, en la misma entrevista, haciendo referencia a otro de los testigos protegidos.

Los hechos supuestamente erróneos

El libro "Fariña" afirma que Jorge Argote, abogado del Ministerio del Interior durante el gobierno de Felipe González, fue a ver a Fernández Padín a prisión. Allí le ofreció, supuestamente, un cheque en blanco para denunciar irregularidades del juez Baltasar Garzón en la instrucción de la operación Nécora, para apartarlo del caso de los GAL que comprometía al Gobierno. Algo que, según el aludido, es cronológicamente imposible: el Nécora se instruyó en 1990 y los GAL, en 1994, después de que Garzón abandonase su cargo en el Gobierno del PSOE.

Fernández Padín también señala que el libro le señala como participante en una descarga de 700 kilos de cocaína en la localidad de Muxía, lo cual afirma que es falso. Además, el gallego agrega que el libro de Nacho Carretero contiene errores "de menor importancia": "Dice que mi hermano Ragael tiene un hígado trasplantado, cuando lo tengo yo".