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Sin ningún tipo de dudas, 'Late Motiv' es el programa estrella de la cadena de Movistar #0. Cada noche consigue liderar su franja en lo que a las cadenas de pago se refiere con Andreu Buenafuente a la cabeza. Gran parte de su éxito se debe al equipo de guionistas que tienen detrás, que hace que cada uno de los monólogos o entrevistas que hace el presentador mejore a la anterior.
Marcos Mas, guionista de 'Late Motiv'
Andreu confía bastante en su equipo e improvisa bastante poco, pero cuando lo hace, lo hace muy bien.
¿Cómo es el proceso de guion de 'Late Motiv'?
El guion realmente no termina nunca, no tenemos horarios porque estamos siempre muy pendientes de la actualidad y de todas las noticias que podemos encontrar. Estamos muy muy atentos a la actualidad para poder extraer de ahí material y hacer el proceso de guion. Tenemos un chat donde vamos aportando noticias que pueden dar para monólogo o para sketch y a las 10 de la mañana tenemos la primera reunión en la que se decide el material que se va a usar en el monólogo. Nosotros ya nos vamos con esos temas elegidos a hacer un brainstorming con todos los guionistas posibles que haya en ese momento y repartimos los temas. Por ejemplo, hay una epidemia de gatos en Sri Lanka y hablamos de eso, entonces todos juntos hacemos chistes sobre eso y un guionista en concreto escribe esos chistes. Luego le asigno una pieza a cada uno de los guionistas, que luego me revierten, yo lo junto y luego se lo paso. Esto la parte del monólogo. Luego los sketches, por la tarde hacemos prospección para los siguientes programas y a la vez se van haciendo las entrevistas.
¿Hasta qué punto puede llegar a improvisar Buenafuente?
Andreu confía bastante en su equipo e improvisa bastante poco. Debo decir que cuando improvisa lo hace muy bien, es su programa. Pero está todo muy bien escrito, que si él lo hace es un extra que le añade. No lo suele hacer mucho, pero cuando lo hace lo hace muy bien.
¿Hay algún momento del día en el que un guionista sienta que no está trabajando?
No, lo que pasa es que casi todos los que escribimos somos cómicos y tenemos stand ups o espectáculos por ahí. Esto es una forma de pensar. Estar haciendo comedia constantemente e intentando hacer reír a todos los demás. Después de tantos años es una cosa que nos sale natural, que cuando estoy en verano ya voy pensando en bromas en mi casa. El material que no nos vale para el programa, nos vale para nuestros shows. Siempre estamos ahí con el chiste.
Andreu Buenafuente entrevista a Silvia Abril en 'Late Motiv'
¿Qué hacéis cuando os falta inspiración?
Esto pasa más de lo que puede parecer, pero por eso se hacen grupos de guion grandes. Yo podría escribir 'Late Motiv' solo durante una semana, luego moriría. Pero por eso tenemos grupos de guion grandes. El mínimo para un programa de estas características son seis personas, en 'Late Motiv' ahora mismo somos ocho. Eso hace que el día que tú no estés bien, haya otro que tire del carro. Se crea como una comunidad, un grupo de amigos que trabajamos juntos casualmente. Cada uno coge su rol, y se van cambiando. Es algo muy divertido, y tiene que ser muy divertido porque si no, nos echan.
En la entrevista diaria, ¿cuánto hay de improvisado y cuánto hay de planeado?
La entrevista es un género muy poco lúcido para el humor porque las preguntas chiste están muy bien, pero no tienen mucha respuesta. Una pregunta chiste es para que se luzca el que pregunta y no el entrevistado. Entonces hay que controlarlas mucho y hacer buenas preguntas chiste y muy poquitas para que la cosa funcione. Luego depende mucho del personaje. A lo mejor viene un científico que es súper gracioso y luego viene un actor que es súper soso. Hay un equipo de documentación y la forma clásica de trabajar es que cuando ellos te pasan la documentación, tú metes chistes sobre el personaje. Funciona mejor, para mí gusto, los "happenings", las cosas que ocurren durante la entrevista, como por ejemplo, hacer una entrevista encima de un toro mecánico. También depende mucho del perfil, porque a Eduard Punset no lo vas a poner en un toro mecánico.
A nivel comercial un late night es cada vez es más complicado de mantener, es un programa muy caro.
¿Dónde conseguís inspiración?
Hay tendencias. Ahora hay una generación de guionistas que son cómicos también y que están mirando al late night americano. Cuando yo empecé, nos llegaba mucho menos de lo que nos llega ahora, era raro ver cosas de cómicos poco conocidos. Creo que en el stand up hay dos tendencias. Cuando empezamos con 'El club de la comedia', que yo empecé a trabajar allí, se imitaba la forma americana pero se buscaba más el reconocimiento de los propios, las cosas que nos pasaban a los españoles. Ahora hay mucha más influencia americana y esto tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. El estilo americano es bastante más arrogante y los latinos somos más humildes, no tan explosivos. Pero bueno, sí, se está americanizando bastante el género.
¿Por qué crees que ya no hay late nights en la televisión en abierto?
Es un programa muy caro de mantener. Es un programa que te da prestigio, pero es un equipo muy grande para una franja como el late. A nivel comercial, cada vez es más complicado de mantener, esa es mi opinión. Tampoco tengo datos.
Andreu Buenafuente en 'Late Motiv'
¿Alguna vez habéis autocensurado algún chiste o algún trozo de un monólogo?
A mí me parece que tú puedes ser gracioso sin ofender a nadie. Esta es una de las premisas, ahora, que también cuando yo estoy opinando sé que va a haber gente que se va a ofender porque no todo el mundo opina igual. En esto del humor hay una premisa que a veces se olvida que es que tú como que tienes permiso de ofender a una persona que está por encima de ti socialmente y quedas mal si lo haces con alguien más débil que tú. Eso a veces no queda claro. Si haces un chiste, por bueno que sea, metiéndote con los niños huérfanos de África, seguramente no quedes como un gracioso sino como un hijo de puta. Si yo digo ese mismo chiste de alguien que tengo por encima, como por ejemplo lo fue Hitler, la gente se pone contigo. Es tan sencillo como esto. Luego, las redes sociales. Yo creo que la gente antes se ofendía, pero ahora la gente ahora busca notoriedad de alguna manera. Además, en teoría en las redes puedes opinar sobre prácticamente cualquier cosa. Siempre ha habido gente ofendida, lo que pasa es que ahora tienen un móvil, lo ponen y eso queda escrito.
Lo de meter al trullo a Valtonyc no dice mucho de la calidad de nuestra democracia y de nuestra libertad de expresión.
¿Dónde están los límites del humor?
Lo que le ha pasado a Mongolia, legalmente es punible, pero también está la cosa de que una revista satírica debe poder hacer esas cosas porque si no no podría existir. A veces es la única forma que tiene la opinión pública de reivindicarse frente al poder. Hay un gris legal en el que tú puedes pedir cosas por tu derecho al honor. Yo creo que lo que está pasando ahora es que se están forzando las leyes por cuestiones que no tienen nada que ver con la libertad de expresión o el derecho al honor. Por ejemplo, si yo no quiero que ningún rapero como Valtonyc me insulte pues cojo y a este lo meto en el trullo en plan ejemplarizante. No dice mucho de la calidad de nuestra democracia y de nuestra libertad de expresión que pasen cosas así. A los hechos me remito, no hay más que comparar una cosa con otra. Yo creo que legalmente todo el mundo tiene derecho a defender su honor, pero debe haber una flexibilidad en la que todos podamos vivir en libertad y expresarnos en libertad. Si todo el mundo al que ofenden en Twitter pusiera una demanda...