Cuando un periodista está en pleno directo, lo único seguro es que no todo está bajo control, cualquier cosa puede suceder. Eso mismo podrían preguntarle a Déborah Fernández, reportera del programa 'Madrid directo' de Telemadrid que ha sufrido eso en sus propias carnes cuando realizaba un reportaje para el formato vespertino de la cadena pública madrileña.
Déborah Hernández, en plena confusión
El surrealista momento se producía cuando en 'Madrid directo' se había decidido apostar por realizar un reportaje en el que veíamos el resultado de un desfile de diseños inspirados en dioses griegos de 30 alumnos de los Grados en Diseño y Bellas Artes de la Universidad Francisco de Vitoria. La mencionada reportera se encontraba en los jardines del Museo del Traje cubriendo el evento, sin imaginar lo que estaba a punto de pasarle.
La primera sorpresa se la llevó cuando entrevistó a unos jóvenes que aseguraron no ser "nada" relacionado con el desfile. "No pasada nada, sigamos", dijo la reportera esquivando el primer contratiempo. Pero no, no era la única metedura de pata que iba a vivir la chica, lo peor sin duda estaba por llegar, simplemente unos segundos más tarde. En mitad del recinto se encontró con una señora a la que quiso hacerle unas preguntas. Esta mujer resultó ser la abuela de unas las chicas que desfilaban.
Lo más leído
¡Menudo error!
"Mi nieta era la que iba con las manos atadas", explicó la señora. "¿Con las bragas atadas?", respondió la reportera sin pensar en lo que había dicho, mientras acto seguido la señora la corregía y le volvía a repetir que lo que llevaba atado su nieta eran "las manos", no las bragas. En este instante, la reportera no podía evitar reír mientras pedía perdón por lo sucedido, dándose cuenta de lo que había dicho. En plató, Emilio Pineda, entre risas, le volvía a preguntar qué era lo que había dicho mientras ella se echaba las manos a la cabeza. Finalmente, los conductores del programa saltaban de tema y salvaban a Fernández de este divertido y surrealista aprieto.