Todoterreno de la pequeña pantalla, si algo caracteriza a Mercedes Milá es su ausencia de pelos en la lengua y eso es lo que más atrapa de ella al gran público. La periodista ha charlado con Jordi Évole para 'Salvados' mojándose en todos y cada uno de los temas coleantes de la actualidad porque "tienes que dejar que te caiga la del pulpo".
Mercedes Milá en 'Salvados'
La periodista reconocía al principio del programa que dejó de lado las entrevista por culpa de los asesores, que había quitado frescura y naturalidad a los entrevistados en pro de la mentira y la desvergüenza. Ante este periodismo encorsetado, Milá defendía el papel de las redes sociales en cuanto a la exigencia de la información: "las redes sociales han aportado al periodismo lo que estábamos perdiendo". Y es que para la presentadora, lo de menos son los ataques: "el insulto va en el sueldo", aclarando, "tenemos una situación social que nos permite una mesa en un restaurante cuando no lo hay o un piloto te puede llevar con él en la cabina cuando no hay sitio. El insulto es horrible pero no es más que un insulto", sentenciando, "las redes nos dan luz".
Para la periodista, la televisión de ahora no es libre. Una televisión de la que lleva en segundo plano un tiempo a pesar de haber recibido algunas ofertas: "Hace un año he tenido la oportunidad de trabajar en TVE, pero dijeron que era incontrolable y peligrosa", reconociendo, "para mí eso es una medalla". "Creo que se equivocan porque soy una persona muy obediente", explicaba, aunque advertía: "Cómo me hagas trampas al día siguiente te digo que te levanto la alfombra". Aún así, la catalana aseguraba estar deseando volver a televisión y que recibía muchas ofertas, con una pullita especial para la que fue su casa, Mediaset: "Me llaman todos menos los míos. Tengo donde elegir".
"Los médicos me dijeron que no podía seguir haciendo 'Gran Hermano"
A pesar de haber atizado a todos aquellos que han agitado y agitan la crónica del día a día , Mercedes Milá tuvo tiempo para hablar sobre ella y su abismo cuando estaba en la cresta de la ola. Al principio la catalana ya explicaba haber pasado "una época muy dura y la meditación me ayudo mucho".
Pero fue con el suicidio del autor que dio forma a su último programa, 'Convénzeme', que la presentadora hablaba de depresión: "no he tenido tentación de suicidarme pero si entendí que era el sufrimiento mental, la depresión que jamás pensé que tendría, lo que podía terminar en algo incontrolable, cuando no eres dueña de ti".
Mercedes Milá y Jordi Évole en 'Salvados'
Milá compartía con Évole los grandes miedos que le sacudieron en aquella época: "Llegué a dudar de que pudiera hacer periodismo nunca más o hacer entrevistas nunca más", y explicaba porqué decidía compartir su mal momento, "Esto es una desnudez excesiva pero yo lo hago por si ayuda a la gente porque esta tía que parece que se come el mundo ha estado en la mierda y ha salido".
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Un desamor actúo como desencadenante de la depresión allá por el 2000, a diez días de la primera final de 'Gran Hermano': "Le dediqué tantas horas que me acabó matándome". Una depresión que pareció desaparecer pero que en el fondo siempre acompañó a la periodista: "Me di cuenta en la ultima etapa de 'Gran Hermano' que no quería salir de la cama y solo llorar", reconociendo que una vez que le ofrecieron renovar una edición más del reality tuvo que rechazarlo por prescripción médica: "Los médicos me dijeron que no podía seguir haciendo 'Gran Hermano" .